La ampliación del Centro de Arte Contemporáneo Luigi Pecci, recién inaugurada, parece un plato volador que escapa a todas las clasificaciones modernas. El centro, que nació en 1988, fue diseñado por el arquitecto Italo Gamberini. El edificio original alberga más de mil obras de grandes artistas internacionales como Anish Kapoor, Jan Fabre, Jannis Kounellis y Sol Lewitt, y evoca a la arquitectura de los 60. Su composición prismática y bastante rígida encuentra justificación en una suerte de homenaje a la arquitectura industrial de Prato.
La ampliación actual, del arquitecto chino holandés Mauricio Nio, parece colocarse en una sugerente vanguardia alternativa. “El nuevo edificio ofrece formas fluidas y soñadoras, abraza y rodea el edificio original, tocándolo sólo cuando es necesario”, dice Nio en tono casi funcionalista.
En 2000, la dirección del Centro decidió duplicar el espacio de exposición y reestructurar el edificio original, que ya recibía críticas.
Así, hace diez años, la junta del museo presentó una lista de arquitectos a la familia Pecci para realizar una competencia privada. Buscaban respuestas claras y apropiadas a una situación difícil. “Uno de los principales problemas era el sistema de entrada y circulación alrededor del museo. Para ver todo el museo tenías que entrar, salir y volver a entrar”, explica Nio.
El arquitecto fue elegido y hoy puede ver su obra concretadas, pero parece no estar muy contento con los detalles: “La impresión general es perfecta, el concepto fue plenamente respetado. Pero para un arquitecto los detalles son fundamentales, y a pesar de las frecuentes visitas al sitio, al no estar a cargo del control de la obra, no se pudo mejorar algunas cosas. Tal vez sean detalles que sólo nosotros los arquitectos notamos”.
La ampliación, realizada con el apoyo del Ayuntamiento de Prato y la región de la Toscana a través de los fondos europeos, se inició en 2006 y se centró en la construcción de la nueva ala que diseñó Nio.
A pesar de la forma singular de la obra, el arquitecto afirma que el Centro "no ha nacido para ser un ícono”, sino un catalizador de la sensibilidad y la energía creativa. “La sencillez y la limpieza de la forma es lo que hace que el edificio se vea como un ícono, pero la forma es el resultado directo de las funciones que alberga”, asegura. Además, detalla que el centro no es altivo, distante. “Mi edificio está construido con materiales cálidos y acogedores”, sostiene.
El Centro Pecci es el primer museo dedicado al arte contemporáneo en Italia. Fue donado por el empresario Enrico Pecci a la ciudad en memoria de su hijo Luis. Pero también recibió el apoyo de varios otros contribuyentes, incluyendo la ciudad de Prato, la Unión Industrial, la Caja de Ahorros de Prato y un conjunto de aportes privados. Su misión: promover la conciencia sobre el arte emergente italiano e internacional a través de exposiciones temporales, actividades educativas, documentación e información, entretenimiento y eventos multimedia.
Con la ampliación, el Centro alcanzó los 10 mil metros cuadrados de espacio expositivo. Además, incluye un archivo, una biblioteca especializada (50 mil volúmenes), un teatro al aire libre, un cine-auditorio, un espacio para espectáculos con 400 asientos, una librería y un restaurante, así como talleres y varias salas de reuniones.
En la difícil tarea de conciliar pasado y actualidad, Nio diseñó una estrategia solvente y elegante: construyó un nuevo edificio elevado que se desarrolla como un anillo alrededor de la estructura existente, la que termina quedando completamente preservada.
La nueva entrada, la librería y el restaurante quedan situadas en el cuerpo transparente que ocupa la planta baja. Con este recurso, el complejo queda expuesto a la calle, invitando al ingreso del público través de un gran jardín público. A Nio no lo preocupan los diez años que pasaron entre su proyecto y la inauguración. “Una buena idea nunca envejece”, afirma. Y agrega: “mi intención era crear un edificio con alma, que acariciara y abrazara al existente, como si estuviera diciendo "Estás a salvo conmigo, ven, vamos a avanzar juntos, quiero llevarte al futuro’”.
Al arquitecto, hoy radicado en Rotterdam, tampoco le molestan las comparaciones del Centro con un plato volador. “Plataforma de aterrizaje, base de lanzamiento, nave espacial. Todas las interpretaciones son buenas, porque lo importante es que la gente use su imaginación, que sean inspirados por el edificio”.
Ficha técnica:
Proyecto: 2006 Inauguración: 2007 Autor y director artístico: Maurice Nio (NIO architecten) Ubicación: Prato, Italia Director Técnico: Luca Piantini Supervisión de obra: Paolo Bartalini, Antonella Cacciato y Massimo Lastrucci. Diseño del paisaje: Luca Piantini y Michele Faranda. Diseño de iluminación: Bernardo D’Ippolito (Kino Workshop). Acústica: Pietro Danesi.
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