La Ferrari de una leyenda: sale a la venta una icónica F50 que manejó Michael Schumacher

Un combo de excelencia e irresistible como pocos en el planeta: acaba de ponerse en venta uno de los ejemplares más icónicos de Ferrari que, además, fue utilizado fuera de las pistas por uno de los grandes pilotos de la historia del automovilismo, Michael Schumacher. Se trata de la Ferrari F50 que supo conducir nada menos que el multicampeón alemán en sus primeros días como piloto de la casa de Maranello. Por supuesto, su próximo dueño deberá desembolsar una fortuna para tenerla en su garaje.

Este ejemplar en particular perteneció en un primer momento a Weber Management GmbH, la firma de Willi Weber, representante de Schumacher desde sus comienzos y, como tal, pieza clave para su desembarco en Ferrari. Por eso no es extraño que haya caído directamente en manos del piloto alemán justo al momento de su desembarco en la escudería italiana.

De hecho, si de pruebas de autenticidad se trata, existen de sobra: al historial de mantenimiento de la F50 se le suma el informe de Marcel Massini, un historiador especialista en Ferrari, y ambas fuentes confirman que, en efecto, la F50 que ahora sale a la venta fue uno de los medios de transporte privados del Káiser entre 1997 y 1999, cuando empezaba a hacer historia grande con la marca en la Fórmula 1 luego de haberse consagrado con Benetton.

Y como si le hiciera falta un condimento extra, hay que sumarle un autógrafo de lujo en el panel interior: el del ingeniero y diseñador Sergio Pininfarina, acaso como una muestra de admiración hacia el conductor de lujo de la F50.

Weber se desprendió de la Ferrari F50 en el año 2000, cuando la adquirió un coleccionista privado japonés. Fue su único dueño en todos estos años hasta la actualidad, pero al parecer la usó muy poco en la ruta: el odómetro asegura que en estos 25 años la unidad recorrió apenas 3.750 kilómetros.

Antes de ponerla a la venta, sin embargo, la F50 viajó al noroeste de Londres para una puesta a punto a cargo de nada menos que DK Engineering, la prestigiosa firma de restauración de vehículos que se especializa en ejemplares de Ferrari de todas las épocas.

Es difícil calcular el valor de una pieza única como esta Ferrari F50, pero queda claro que la operación tranquilamente podría quebrar cualquier registro que la anteceda. Y algo se puede intuir, de hecho, porque hasta el momento su precio de venta ni siquiera se hizo público.

Un ícono de Maranello que fue más allá del 50 aniversario

Pensado desde un comienzo como un Fórmula 1 de calle, la Ferrari F50 es un superdeportivo de dos plazas que se fabricó entre 1995 y 1997 para anticipar el cincuentenario de la marca (fundada en 1947), pero que terminó siendo un mito en sí mismo.

Nunca hubo muchas unidades de la F50 disponibles, ni siquiera en sus primeros días: apenas se pusieron a la venta 349 ejemplares, una menos que las 350 que demandaba el mercado, según un estudio interno de la marca. ¿Por qué esa decisión? Un mandato de Enzo Ferrari, quien aseguraba que ésa era la clave para seguir produciendo modelos exclusivos.

Pero también existen otras razones que elevan la leyenda del modelo: la sucesora de la F40 representó un gran avance a nivel mecánico. Fue, por caso, el primer superdeportivo de edición limitada construido de cero y no basado en modelos anteriores de Maranello. Y al mismo tiempo tiene colgado el cartel de ser el último modelo analógico de Ferrari, sin ningún tipo de asistencia electrónica.

Construida en fibra de carbono y aluminio, la F50 es, además, una auténtica bestia: monta un motor V12 atmosférico que derivaba de los que Ferrari usaba en la Fórmula 1. Con 4,7 litros de cilindrada y asociado a una caja manual, entrega nada menos que 520 CV, nada mal para un auto con 27 años en el mercado.

Otra joya de Schumacher en venta

Por estos días hay otra Ferrari a la venta que también fue conducida por Michael Schumacher, en este caso, en la pista: el 9 de noviembre saldrá a subasta la Ferrari F2003-GA con la que ganó su sexto campeonato del mundo de Fórmula 1.

Se trata del ejemplar de chasis 229, el mejor de los cuatro que la escudería puso a disposición del alemán para la temporada 2003: lo acompañó en nueve grandes premios, de los cuales ganó cinco.

Es una pieza de colección muy codiciada: Sotheby’s, la casa a cargo de la subasta, ya anticipó que buscará el mejor postor en una puja que tranquilamente podría alcanzar los 10 millones de euros.