Boulevard Caseros: la zona que dejó de ser “oscura y complicada” pero todavía colapsa cuando juega Boca

“Estos locales le dieron vida al barrio, está mucho mejor. Es una zona muy tranquila. El único problema ocurre cuando juega Boca, porque al estar cerca de la cancha las calles del barrio se complican por tránsito, trapitos, y puede haber algún que otro arrebato, sobre todo a los turistas”, explica Miguel, un vecino que vive en el límite entre San Telmo y Barracas, a pocos metros del histórico Parque Lezama, precisamente en la cuadra en donde funciona el Boulevard Caseros hace unos años.

Este polo gastronómico -que se extiende desde Perú hasta Defensa, y que tiene alrededor de 15 locales sobre la avenida Caseros- nunca dejó de crecer, ni siquiera en pandemia. Para Miguel, como para otros vecinos, con la llegada del boulevard también aparecieron las luces en un barrio que muchos definen como “oscuro y complicado”, sobre todo, cuando hay partido.

Hace más de una década, un puñado de emprendedores gastronómicos descubrió que había potencial y se instaló en los locales de la planta baja, que en otros tiempos supieron ser, por ejemplo, talleres navales. Desde allí, se fue construyendo una interesante propuesta gourmet, que en pandemia ganó además la calle los fines de semana, ampliando la oferta.

Esa medida que se implementó en 2020 para muchos espacios gastronómicos de la Ciudad de Buenos Aires todavía se conserva en este boulevard: todos los locales tienen mesas afuera y llegan a ocupar un carril de ambas manos sobre la avenida Caseros. Conviven con colectivos que tienen paradas obligadas en este tramo.

“Estamos contentos, la mayoría, con la presencia de los locales. Vemos que hay un cambio positivo, que atrae hasta a turistas. Y las noches son más seguras, pero precisamente por las luces, porque además con estos bares hay necesariamente más seguridad los fines de semana. Yo lo veo cuando bajo de mi edificio, que está en Defensa y Caseros. Lo único que puede significar un problema son los días en que se moviliza mucho la gente hacia la Bombonera. Ahí todo se resume en tránsito pesado, trapitos, y alcohol por todos lados”, describe Miguel.

Esos días el tramo del boulevard se llena de gente que busca alguna mesa para comer y tomar en grupos, mientras espera para ir a la cancha. Con este tipo de eventos masivos, como cuenta Miguel, estacionar se vuelve una odisea: las cuadras que rodean la zona colapsan rápidamente de autos que, en su mayoría de casos, tendrán que pagarle por las horas de estadía a algún cuidacoche.

“A mí me pasó que un día que jugaba Boca tenía a mi sobrina abajo con el auto y no encontraba estacionamiento. Bolívar y Caseros. Esperamos un rato a que se habilitara algún espacio. En la calle el trapito te cobra 4.000 o 5.000 pesos. Esos días, especialmente, lo que pasa es que hay mucho más alcohol circulando y es más frecuente que se de algún robo, porque están todos comiendo al aire libre”, agrega otro vecino.

Desde el Gobierno de la Ciudad explican que “siempre estos casos de eventos masivos se apoyan con agentes de tránsito que están en la zona y que están dispuestos, incluso, a hacer más fluidos los tiempos de los semáforos; entonces se paran en las esquinas como para darle prioridad a las arterias que más lo necesiten”.

“En esas oportunidades, va a haber más gente en las calles reorganizando el tránsito, pero eso es algo que se da de manera espontánea, y depende por donde ingrese la gente es por donde se van a tratar de generar los desvíos. Pero son los agentes de seguridad los que tienen la mirada integral de cómo llevar adelante estos eventos”, añaden.

En cuanto al estacionamiento, explican que, haya o no un evento como lo es un partido, “la infracción por dejar el auto en lugares indebidos está vigente e incluso hay acarreo cuando la situación lo amerita (por ejemplo, cuando se obstruye una rampa o espacio reservado para personas con discapacidad, o una parada de colectivo)”. Dicen que, por día, se reciben 500 denuncias por mal estacionamiento.

Respecto de los operativos de seguridad en torno a la presencia de cuidacoches en esta zona, desde la Ciudad señalan: “Siempre que haya un evento masivo, se trabaja este tema. En estos casos, como es un partido, la policía trabaja los problemas de venta ilegal pero también de los trapitos. Lo hace en conjunto con Tránsito y la Agencia Gubernamental de Control (AGC)”, a ellos se suma la División Contravenciones y Faltas.

“Cuando hay un partido, hay mucha más seguridad que en un día normal. Todo el control tiene un radio. Se lleva al trapito a una oficina judicial y se le toman los datos para intentar desalentarlo a que haga eso. Muchas veces, si se lo vuelve a encontrar realizando esa misma actividad, se lo termina demorando”, concluyen.

SC