Por los trapitos casi no se puede estacionar sin pagar en el centro de Avellaneda

Después de que el estacionamiento medido propuesto por la Municipalidad para ordenar el tránsito en Avellaneda Centro fracasara a fines de 2013, los trapitos volvieron a hacere dueños de las calles céntricas. Según cuentan los vecinos, cada vez hay más y prácticamente no quedan lugares donde estacionar sin pagar. Y la situación se agrava cuando hay partido en las canchas de Racing o Independiente, porque dejan estacionar a 90° para que entren más coches por cuadra, achicando la calzada e incluso tapando garajes. Esto genera quejas en los vecinos, quienes además los acusan de ocasionar disturbios a menudo.

La zona en cuestión es la comprendida por las calles paralelas a las avenidas céntricas Mitre y Belgrano, hacia los dos lados, y aquellas que las cruzan. De lunes a viernes hay trapitos fijos Palaá, 9 de Julio, Italia e incluso en zonas más alejadas como Marconi y 25 de Mayo.

“No podés ir a ningún lado que aparecen. ‘Te lo cuido’, te dicen, y si le decís que no le querés pagar porque es la vía pública te amenazan diciendo cosas como ‘después no te quejes si te rompen el espejo o te roban algo’”, agrega denuncia Ignacio, un vecino. “Igualmente hay algunos que trabajan hace años, te los lavan y no te piden una tarifa fija ni son amenazadores. No está mal ayudarlos”, aclara María González.

“Es una problemática de Avellaneda. En 9 de Julio entre San Martín y Belgrano hay una mujer que pone cajones en la calle para reservarle el lugar a sus ‘clientes’ y no deja estacionar a otros. Estas cosas molestan a la gente. Además, a veces se pelean. El jueves pasado se armó lío con uno en Mitre al 300 y en la plaza”, asegura Marcelo Frecha, del foro vecinal Avellaneda Segura, que recibe reclamos por este tema.

La situación se agrava cuando hay partido, el radio se extiende y llegan a haber hasta cuatro por cuadra. Cobran entre

$ 80 y $ 90. Y algunos pocos hasta se animan a dejar estacionar en la Avenida Belgrano a 90°. Si bien hay presencia policial en la zona, estos no intervienen en el accionar de los trapitos, sino que se limitan a vigilar el ingreso de los hinchas por las partes valladas.

“Son los dueños de la calle. Si llegás a estacionar como te dicen ellos, en cualquier momento la grúa te lleva el auto sin dudarlo, pero cuando juegan los clubes hacen lo que quieren y no pasa nada. Me llegó a pasar de tener el portón tapado por un auto, cuyo conductor estaba adentro de la cancha, y tener que alquilar una cochera para poder dejar mi propio auto. Una locura”, explica Sergio Puszyvieski, vecino de Avellaneda Centro.

Al igual que él, son muchos los que protestan, aunque prefieren no dar su nombre por miedo. “Dicen que es un negocio de los barras. A mí me conocen hace años y me piden permiso para estacionarme en el garage y la verdad no les digo que no. A veces se terminan peleando entre ellos por espacios o por plata”, relata una mujer de la calle Lavalle.

Desde la Municipalidad suelen responder que ante situaciones de este tipo los vecinos deben llamar al 911 y denunciar el comportamiento de la persona en cuestión. Aunque rara vez la Policía llega a intervenir.

Clarín Zonales