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      La Justicia interviene para sacar a los trapitos del centro de Ramos Mejía

      Tras los reclamos vecinales porque exigían entre $ 20 y $ 50 para dejar estacionar, un fiscal abrió una causa de oficio. La Policía ahora los demora para verificar si tienen antecedentes y armó un registro. Así lograron que muchos se vayan, pero aparecen otros.

      La Justicia interviene para sacar a los trapitos del centro de Ramos MejíaCLAIMA20150625_0250 Tras las quejas, abren una causa para sacar a los trapitos de Ramos.
      Redacción Clarín

      A partir de las quejas que los vecinos hicieron en reiteradas oportunidades por la presencia de cuidacoches en el centro comercial y la zona del corredor gastronómico de Ramos Mejía, la Justicia decidió intervenir de oficio, a diferencia de otros lugares de Capital y el Conurbano donde esta actividad ilegal no tiene ningún control. Fue luego de la nota que publicó el Zonal La Matanza de Clarín el 4 de junio, donde la gente denunció que eran víctimas de hechos extorsivos por parte de los denominados trapitos, quienes les exigían pagos de entre $20 y $50 para dejarlos estacionar. El fiscal Carlos Arribas, a cargo en ese momento de la Fiscalía N° 11, abrió una investigación penal e instruyó a la Policía para que determine la existencia o no del delito.

      Pero como para eso era necesario contar con la denuncia policial de vecinos que están siendo extorsionados, y la mayoría, por temor, evita hacerla, la Policía encontró una vuelta de rosca con la que, amparándose en esa causa, busca desalentar la presencia de cuidacoches en la zona. Es así que, desde hace unas semanas, cuando un agente ve a un trapito en acción, debe conducirlo a la comisaría para identificarlo y verificar si tiene antecedentes, lo que permitió armar una suerte de registro de cuidacoches.

      “Ya tenemos identificados a 27 trapitos. Entre los datos que se registran figuran el nombre completo, número de documento, edad, dirección y su foto. Así vimos que sólo algunos tienen residencia en la zona: la mayoría llega desde otros lados, como la Villa Carlos Gardel, de Morón”, detalló el comisario de Ramos, José Nieto.

      Ya tenemos identificados a 27 trapitos con nombre, DNI, edad, dirección y su foto. La mayoría llega de otras zonas", afirma el comisario José Nieto.

      Desde que se implementó en Ramos Mejía y San Justo el estacionamiento medido, se venía dando una suerte de corrimiento por parte de los trapitos que antes estaban durante el día en el centro comercial. Según el relato vecinal, que Clarín pudo corroborar en algunas recorridas, los cuidacoches empezaron a tener más presencia de noche, sobre todo desde el jueves y durante todo el fin de semana, cuando se intensifica la movida nocturna de Ramos Mejía.

      Se los suele ver sobre Avenida de Mayo, Rivadavia y Necochea, entre otras calles en lo que refiere al lado Sur de la localidad, y en Gaona y sus transversales, del sector Norte, que es donde está la zona de boliches. Si bien hace tiempo que, dependiendo del accionar policial que imparte el comisario de turno (Ramos llegó a tener seis diferentes en menos de un año), la presencia de trapitos se ve intensificada o merma, esta es la primera vez que interviene la Justicia para tratar de dar una solución definitiva. 


      En el centro de Ramos ahora se ven menos cuidacoches.


      El sábado 20 los integrantes del grupo de Facebook “Entrevecinos”, que fueron los que iniciaron el reclamo ante el comisario a comienzos de junio, volvieron a reunirse con Nieto, quien los puso al tanto de lo realizado. “Esperamos que a partir de la intervención de la Justicia se pueda terminar con los trapitos”, destacó un miembro del grupo. 

      Lo cierto es que desde que arrancaron con estos operativos de identificación, bajó la cantidad de trapitos que se ven en las calles. Pero el alerta sigue en pie, porque se trata de una actividad muy dinámica. “Si bien algunos de los cuidacoches identificados dejaron de pisar las calles de Ramos, hay otros que llegan a tomar sus lugares”, reconoció el comisario Nieto. Según la Policía, es un trabajo a largo plazo y el objetivo es erradicarlos por completo. Hay que tener en cuenta, aclaran, que "a la mayoría no le resulta nada agradable ser demorado en una comisaría para ver si tienen antecedentes". Así, es probable que terminen buscando otras zonas. 

      Clarín Zonales