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      El otro acusado sigue prófugo y pidieron orden de captura

      Alejandro Biscardi, señalado como el segundo conductor de la picada, todavía  no declaró. 

      El otro acusado sigue prófugo y pidieron orden de capturaPrófugo. Alejandro Biscardi, buscado por correr picadas en la avenida 9 de Julio, se exhibe en las redes sociales. (@ale.biscardi)
      Redacción Clarín

      Alejandro Biscardi, el otro imputado por la picada en la 9 de Julio, sigue sin presentarse ante la Justicia. Por eso, la Fiscalía General de la Ciudad le pidió ayer al juez de la causa, Pablo Casas, que libre una orden de captura.


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      Biscardi, el dueño de la Dodge RAM que aparece en los videos de las picadas, está prófugo desde que se viralizaron las imágenes. Su abogado pidió la eximición de prisión, con el argumento de que su cliente no tenía intención de entorpecer la investigación, y que de hecho aportó la dirección donde fue secuestrado el vehículo, que se encontraba estacionado en Doblas entre Rivadavia y Chaco, en Caballito. Pero el fiscal de la causa, Gonzalo Viña, rechazó ese pedido, porque entiende que Biscardi no compareció ante el juez y no colabora con la Justicia.


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      De mantenerse esta situación, Biscardi podría enfrentar una condena más dura que la de Radetic, quien terminó confesando su participación en la picada.

      Biscardi también tiene antecedentes de infracciones de tránsito. Eso se desprende de los múltiples videos que subió a sus redes sociales, donde se lo ve manejando a alta velocidad y hasta con un brazo enyesado. Hace un año ya se habían conocido imágenes de este joven mostrando "habilidades" con sus vehículos. De todas formas, en los registros de infracciones del Gobierno porteño sólo le aparece una multa por mal estacionamiento.

      La pena por conducción riesgosa y daño agravado es de hasta siete años, y se le podría sumar una inhabilitación para conducir por hasta el doble de plazo por el que se lo condene.

      Biscardi es hijo de un ex comisario de la Policía Federal. En 2010 se había anotado en la escuela policial, pero al año dejó la carrera. Según informó su abogado Francisco Oneto, hoy trabaja en una empresa familiar de provisión de plantas para viveros.