Noticias hoy
    En vivo

      Bienalsur: el arte se filtra en la ciudad

      Gigantes manos sobre el Recoleta y una gran viga en la Facultad de Derecho, entre varias obras que sorprenden. 

      Bienalsur: el arte se filtra en la ciudadUnas manos encima. El Recoleta y el trabajo de la brasileña Regina Silveira. /Martín Bonetto

      La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur, BIENALSUR, está en marcha. Tras la apertura de su capítulo en Montevideo la semana pasada, anoche se realizó su primera conferencia en Buenos Aires, en el Museo Nacional de Bellas Artes. El eje fueron la obras que ya se pueden ver en espacios públicos de la ciudad, cerca de una decena. De aquí a fin de año se agregarán más acciones que prometen transformar el perfil urbano.  

      Clarín dialogó con artistas que exponen en las calles porteñas: la consagrada Marie Orensanz -de intenso trabajo en París y que presenta una obra en la Plaza Rubén Darío, a metros del Bellas Artes-, la artista de San Pablo (Brasil) Regina Silveira -su trabajo puede verse en las fachadas del Centro Cultural Recoleta y en el Parque de la Memoria- y el francés Bertrand Ivanoff, que sorprendió con el mural con el que está terminando de cubrir el Palais de Glace. 

      En el Palais de Glace. El artista Bertrand Ivanoff y su intervención en un edificio histórico./Martín BonettoEn el Palais de Glace. El artista Bertrand Ivanoff y su intervención en un edificio histórico./Martín Bonetto

      “El arte en espacios públicos está más cerca de su verdadera función: cambiar la percepción de las personas y hacer circular poéticas”, le dice a Clarín Silveira, artista visual que expuso en sedes de renombre como el Palacio de Cristal del Museo Reina Sofía español. Orensanz cree que en la calle “el público se apodera de la obra y le otorga nuevos significados más allá del artista”. 

      BIENALSUR tendrá actividad en 32 ciudades de 16 países, bajo la organización de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y con auspicio de Revista Ñ. El acto oficial de inauguración será el 8 de septiembre. Pero en la Ciudad ya se pueden recorrer varias instalaciones, como The Eye (El ojo): un gigantesco ojo grabado en video que mira desde la fachada del Museo de Arquitectura y Diseño (MARQ), de la artista estadounidense Katie Urban. 

      Orensanz. Pondrá agujas de reloj para hablar del tiempo. /Martín BonettoOrensanz. Pondrá agujas de reloj para hablar del tiempo. /Martín Bonetto

      También, una enorme viga en tono naranja que atraviesa las escalinatas de la Facultad de Derecho, como un quiebre de su orden arquitectónico, intervención del artista portugués Pedro Cabrita Reis titulada La línea de Buenos Aires. En el entorno del Museo de Arte Decorativo, además, está Le la tour du monde, de Joël Andrianomearisoa. 

      Ivanoff está transformando la histórica fachada del Palais de Glace con rayas verticales y horizontales en colores naranja, azul, verde agua y rosa. En los próximos días, se le agregarán luces de neón. Se llama Setenta y tres cuarenta y nueve. Es una “anamorfosis”, una gran pintura que se ve conformada por líneas rectas desde un ángulo pero que, al caminar, se transforma cuando aparecen distorsiones y curvas. 

      El artista, un crítico de las formas de consumo que tienden a la uniformidad, explica el proyecto: “Desde el primer momento pensé que se trata de un edificio muy neutral. Conviven muy cerca un parque, espacio para caminar tranquilamente, y la Avenida del Libertador, que es una autopista. Lo que vino a mi mente fue algo que no era simétrico en términos de circulación. De un lado es pedestre y del otro está lleno de velocidad. Súper ruidoso. La idea fue crear un sistema visual insoslayable a la vista que confirme que el edificio es una interfaz entre la historia de esta ciudad y su evolución; entre la hipervelocidad y la ausencia de velocidad”. 

      Consultado sobre el arte urbano, Ivanoff ofrece guiños para la comprensión: dice que a veces lo más naif puede contener la expresión más brutal y explica que la técnica de la anamorfosis permite hacer evidente en la imagen sólida de un edificio pliegues y ángulos ocultos. Todo un punto de vista sobre la realidad.   

      Con el nombre de Touch (Toque), Regina Silveira instaló inmensas manos de color negro, en las que se ven, caladas, huellas digitales que son reales. Se hicieron en vinilo y se adhirieron a las fachadas del Centro Cultural Recoleta y el Parque de la Memoria, pero también se verán en Rosario y en San Juan. ¿Qué nos dicen esos dedos gigantes? La creadora brasileña anticipa: “Puede ser un signo de ocupación, de identidad, de apropiación de las personas o de violencia... Con ellas, cambia el significado del edificio y lo aproxima a la poética del cuerpo”. Las sensaciones, que movilizan, dependen de cada espectador. 

      En la Plaza Rubén Darío, Orensanz propone un recorrido alrededor de doce agujas de reloj. Se hicieron en acero inoxidable espejado y tienen entre dos y cuatro metros de altura. La instalación se titula Más allá del tiempo. La artista explica que “todos somos víctimas, de algún modo, del tiempo”, sin tener plena conciencia de él. “Me interesa que la gente se detenga un momento allí. Somos víctimas del tiempo, pero en algún sentido también nos podemos apropiar de él”, dice. 

      Una invitación a mirarse en un espejo diferente.  

      ¿El escudo no se toca? 

      Ivanoff y los muralistas de su equipo contaron que recibieron insultos de algunas personas que los vieron trabajar en el Palais de Glace, como si la colorida intervención le faltara el respeto al edificio. 

      Detalle. El escudo, atravesado por rayas. Martín BonettoDetalle. El escudo, atravesado por rayas. Martín Bonetto

      “Con esa gente no hay posibilidades de dialogar, no nos afectaron”, explicó el artista. 

      Pero la pequeña polémica escaló hasta el punto de que desde el Palais de Glace les pidieran a los artistas que el escudo nacional en la fachada del edificio vuelva a ser pintado con su color original.  


      Sobre la firma

      Ezequiel Viéitez
      Ezequiel Viéitez

      Bio completa