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      Carlos Gamerro: “Las teorías conspirativas o negacionistas tienen que ver con nuestra incapacidad de aceptar lo que no tiene explicación”

      En "Siete ensayos sobre la peste", el escritor propone un recorrido erudito y reflexivo por epidemias y pandemias en la literatura y las artes.

      Carlos Gamerro: "Las teorías conspirativas o negacionistas tienen que ver con nuestra incapacidad de aceptar lo que no tiene explicación"El escritor Carlos Gamerro. Foto Juan Manuel Foglia

      “Se lee con el cuerpo, es una sensación muy física y después se trata de explicar qué sucede ahí”, explica el escritor y docente Carlos Gamerro (Buenos Aires, 1962). Es muy atractiva esta idea porque corre a la lectura del lugar intelectual/abstracto y la pone en el espacio de siempre tuvo: cotidiano, ardiente y que impulsa a la supervivencia. Leer como experiencia vital.

      Esta cosmovisión le sirvió a Gamerro para poder encarar un ensayo que mira al pasado para hablar del momento más terrorífico y caótico que se vivió en los últimos años: el de la primera pandemia del siglo XXI. Siete ensayos sobre la peste (Taurus) es una máquina del tiempo que atraviesa toda la literatura occidental (desde La Ilíada de Homero a La peste de Camus, por citar algunos) para ver de qué modo se contaron, pensaron y hablaron de las distintas pandemias a lo largo de la historia.

      Explica en diálogo con Clarín Cultura: “Las obras que elegí son muy disfrutables porque que tratan un tema terrible como son las pandemias, se da esa paradoja. Pienso en Diario de la peste de Daniel Defoe que cuando leí hace tiempo me pareció una buena novela y ahora que la releí me pareció una de las mejores novelas que leí en mi vida. Para llegar esa conclusión tuve que pasar por la experiencia de esta pandemia”.

      "Siete ensayos sobre la peste", de Carlos Gamerro (Taurus, $5.299 papel; $1.457 ebook)."Siete ensayos sobre la peste", de Carlos Gamerro (Taurus, $5.299 papel; $1.457 ebook).

      Su último libro fue una novela, La jaula de los onas (estuvo en la shortlist del premio Filba Medifé), que trata sobre el secuestro de once selk'nam en Tierra del Fuego para ser exhibidos en jaulas de París. Una obra que incluye diversos géneros y posee un espíritu expansivo y total.

      Dice Gamerro: “Desde Las islas que me gusta la novela totalizadora como modelo, más allá del logro puntual. La novela totalizadora es un género y una concepción y por eso tengo una larga relación con el Ulises de Joyce. Hay algo ahí que me convoca. Había unas ganas de hacer un homenaje a la novela del siglo XIX con La jaula de los onas”.

      Este era un libro que estaba planificado para circular en librerías durante el 2020. Sin embargo, la realidad modificó los planes y la llegada de la pandemia lo retrasó un año. Ese fue un limbo que el autor utilizó a su favor y lo llevó a escribir Siete ensayos sobre la peste.

      ''La Ilíada'', de Homero, se desata por una epidemia.''La Ilíada'', de Homero, se desata por una epidemia.

      “Para escribir este libro tuve que expandirme a casi toda la literatura occidental: desde La Ilíada hasta la actualidad. Todo esto mientras estaba encerrado en la vida doméstica, como todos. Una duda fue si hablar de la pandemia en pasado o como algo actual. Y me sirvió pensarla en presente”, señala el escritor.

      Nuevamente la lecturas como tabla de salvación, como posible ordenador, como vehículo de comprensión, como caja de herramienta lingüística cuando la palabra frente a una pandemia estaba amenazada, como punto de fuga natural para lectores entrenados. Y Carlos Gamerro lo es. Siete ensayos sobre la peste se presenta como un ensayo que disecciona la literatura del pasado para encontrar un filtro a través del cual vislumbrar el presente.

      –¿Cómo viviste la salida de La jaula de los onas con este libro nuevo tan cerca?

      –Cuando me encontré con esta historia yo tenía poco más de veinte años y siempre quedó en mí como algo que me llamaba, me convocaba. A medida que pasaban los años iba investigando cosas pero no sistemáticamente.

      En un momento me llegó el momento de encararlo y ahí fueron cinco años de trabajo intenso y apasionado, incluso viajé a Tierra del Fuego. Cuando lo terminé, llegó la pandemia y se retrasó la salida. Pero trajo otro libro. Siete ensayos sobre la peste sale del limbo en el que entró la novela.

      Albert Camus, autor de "La peste".Albert Camus, autor de "La peste".

      –¿Cuáles fueron tus primeras reacciones frente a la pandemia?

      –Entré en una confusión, como todos, aunque sí tuve la sensación inmediata de que era serio y daba para largo. Pasa que la vivencia de las epidemias es parte de la experiencia que define la condición humana y nos habíamos olvidado de eso.

      De pronto me vi en un naufragio y sólo atiné a agarrarme de la literatura, como hice siempre. Al lado del miedo que sentíamos todos por nosotros mismos y nuestros seres queridos se sumaba el caos informativo. En medio de eso me preguntaba por dónde empezaba a ordenarme para calmar tanta locura. Y recurrí a la literatura.

      Hace casi tres mil años que se viene escribiendo sobre pandemias. Para algo me tenía que servir ese saber acumulado. Pensé, entonces, que ese saber podía orientarme como una brújula en medio de los vientos contradictorios, entre información y desinformación incluso proveniente del mundo científico, que era lo que estábamos viviendo con el comienzo de la pandemia.

      –¿Qué saberes fuiste redescubriendo y recuperando al leer y desde ese contexto de pandemia?

      –Uno de los parámetros que sentí respecto de esta pandemia fue darme cuenta que me modificó como lector. En ciertos libros que leí hace tiempo y aparecía la pandemia como tema no le había dado cabida, empezando por La Ilíada que comienza con la llegada de una epidemia.

      O Mrs. Dalloway de Virginia Wolf que transcurre inmediatamente después de una de las mayores pandemias en la historia de la humanidad: la mal llamada “gripe española” (1919-1921), que incluso pegó muy fuerte acá en Argentina. O Paradiso de Lezama Lima, donde el corazón de la novela es una pandemia. Todas cuestiones que se la pasaban por alto y fue porque no había vivido una pandemia.

      –Una de los aspectos del libro es que se pueden ver distintas maneras de encarar una pandemia a lo largo de la historia. Que no todo es horror: puede aparecer el aburrimiento, la liberación y hasta la felicidad.

      –Las lecturas para este libro comenzaron La peste de Camus, que nunca lo había leído. Y hasta que no apareció esta pandemia siempre había tenido una lectura alegórica. Ahora sabemos que es una obra sobre lo que es o puede llegar a ser una peste efectiva y lo que le ocurre a la sociedad y el individuo.

      A partir de ese núcleo me volvieron a la mente otros momentos: el Decameron de Bocaccio, El teatro y su doble donde Artaud habla de la pandemia como un aspecto positivo pero en un sentido orgiástico y desgarramiento de la sociedad con su costado erótico y tanático.

      También recordé La muerte en Venecia que transcurre en un contexto de una epidemia de cólera y Thomas Mann por algo lo puso de fondo. Ahora nos damos cuenta que sin la pandemia es imposible esa novela: se encuentra el deseo en el límite con la muerte.

      Son distintos aspectos que aparecen en el libro y por eso al final está el capítulo donde hablo de cierto aspecto de belleza de la pandemia, pero es posible solo después de haber hecho el recorrido del libro.

      Es como plantea Camus: “La peste termina para todos menos para los que perdieron a alguien”. No es por buscarle el lado positivo, pero también hay que reconocer que esta pandemia trajo un costado de beneficio a cierta parte de la humanidad: cosas que no hubieran sucedido sin este hecho que vivimos todos.

      "Poner en palabras algo implica darle un sentido. Y la pandemia, probablemente, no tiene un sentido, una lógica", dice Carlos Gamerro. Foto JM Foglia"Poner en palabras algo implica darle un sentido. Y la pandemia, probablemente, no tiene un sentido, una lógica", dice Carlos Gamerro. Foto JM Foglia

      –A lo largo del libro está también la necesidad humana de encontrarle un sentido, religioso o místico, a las pandemias y una forma de nombrarla de diversas maneras.

      –Es clave: para poner en palabras algo implica darle un sentido. Y la pandemia, probablemente, no tiene un sentido, una lógica. Quizás era eso lo que más nos costaba, y todavía nos cuesta, comprender.

      La proliferación de teorías conspirativas o negacionistas tiene que ver con nuestra incapacidad humana de aceptar lo que no tiene explicación. Por eso se utilizan metáforas para hablar de pandemias: se trata de darles algún sentido, alguna lógica humana, intencionalidad, fin. El “para qué” desaparece en una pandemia, tenés que enfrentarte a un “qué” puro, no hay “para qué”.

      –¿Tiene algún tipo de encanto escribir en tiempo real sobre un tema que se está viviendo?

      –Lo que yo sabía era que no quería escribir ficción porque lo sentía muy cercano al tema. Yo necesito una mínima distancia. Escribir un ensayo producía esa distancia porque trabajaba con textos que abordaban otras épocas, culturas, otras enfermedades. En ese sentido, sobre cada epidemia que leía presentaba una particularidad.

      Cada pandemia activa miedos y reacciones muy distintos por el modo en el que se esparce la pandemia. De algún modo, todo eso me sirvió para poder hablar de esta pandemia y esa fue la metodología: voy a meterme con todas las pandemias pero no con esta que estamos viviendo. Era un modo de comprender y ordenar el presente.

      Fragmento del prólogo

      El impulso inicial para escribir este libro me lo dio, qué duda cabe, el comienzo de la actual pandemia de covid-19, que llegó a la Argentina en marzo de 2020. De un día para otro me encontré encerrado en mi casa, sin un proyecto de escritura (acababa de terminar una novela, cuya publicación se postergaría por la pandemia), leyendo obsesivamente las noticias cada vez más alarmantes, confusas y contradictorias sobre el avance de la nueva peste, pensando en ella todo el día pero pensando, de alguna manera, en falso, como quien pedalea en el vacío. Sin una tradición de la cual agarrarme, porque epidemias y pandemias para muchos de nosotros no formaban parte, en aquellos días hoy tan lejanos, de nuestra memoria personal, ni familiar, ni siquiera histórica, se me ocurrió recurrir, como suelo hacer en situaciones donde me encuentro un poco perdido, a la literatura y a sus parientes narrativos, el teatro y el cine, las únicas formas de conocimiento que me resultan enteramente confiables, tal vez simplemente porque al practicarlas las conozco mejor que otras y me siento más capacitado para separar la paja del trigo; tal vez por su capacidad de abarcar a la vez las múltiples dimensiones de un fenómeno tan complejo como este, desde la naturaleza del patógeno y las formas del contagio hasta su repercusión en la sociedad y la psicología más íntima de los afectados, incluyendo sus sueños, fantasías y delirios, tanto individuales como colectivos.

      La sobreabundancia de información, de opiniones más o menos autorizadas, la explosión de noticias falsas y teorías conspirativas, ha constituido, como bien sabemos, una pandemia dentro de la pandemia, y lejos de decantarse y ordenarse, con el paso de los meses y los años no hizo sino crecer y multiplicarse: frente a esta ingobernable maraña, las mejor estructuradas narraciones del pasado ofrecen, si no un remedio, al menos un espejo donde podemos observar de qué maneras, a veces análogas, a veces enteramente distintas, errores, deformaciones y mitos parecidos fueron fenómenos concomitantes de las epidemias anteriores, históricas o imaginarias, narradas en clave fantástica o realista. Sobre tales distinciones este libro se propone no abrigar prejuicio alguno: más podemos aprender sobre la pandemia y nuestras reacciones a ella de una buena película de zombis que de una mala novela realista. Se limita, eso sí, a la narrativa de epidemias precedentes, y esa puede ser otra manera de definir su proyecto: contar la historia de la actual pandemia a través de las anteriores, sabiendo que, inevitablemente, la mirada que podamos echar sobre aquellas estará modelada por nuestra experiencia de esta. Leer las epidemias del pasado desde la actual no es, al fin y al cabo, una operación demasiado diferente a leer la presente desde aquellas. A Borges le gustaba decir que una literatura se define menos por el modo en que ha sido escrita que por el modo en que es leída, y una de las cosas que más me llamó la atención, apenas iniciada la actual pandemia, fue cómo mi percepción de ciertas obras había cambiado y seguía cambiando a medida que pasaban los meses: nunca había tomado cabal conciencia, por ejemplo, de que la literatura occidental se inicia con un episodio de peste, en el canto primero de la Ilíada; ni había advertido la presencia fantasmal pero decisiva de la gran pandemia de influenza en Mrs. Dalloway, ni había logrado terminar, por aburrido, el Diario del año de la peste, que hoy me parece, no solo la mejor novela sobre la peste que he leído, sino una de las mejores a secas. El mundo, todos intuimos más clara o más oscuramente (y tantas veces es más confiable la intuición oscura), nunca será el mismo después de la pandemia; nosotros tampoco somos los mismos: prestar atención a cómo han cambiado los libros y las películas que conocíamos no es una mala manera de descubrir en quiénes nos hemos convertido.

      No quisiera concluir este breve prólogo, e invitación a la lectura, sin dejar asentada mi gratitud al Dr. Jorge Neira, quien tuvo la generosidad de leer el manuscrito, señalando numerosos errores y omisiones y haciendo valiosas sugerencias, no solo en lo que concierne al aspecto estrictamente médico, sino también poniendo en juego sus sólidos conocimientos históricos y probada sensibilidad literaria.*

      *Fragmento del prólogo "Siete ensayos sobre la peste", de Carlos Gamerro.

      ​Gamerro Básico

      • Nació en Buenos Aires en 1962. Es licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeñó como docente hasta 2002.
      • Su obra de ficción publicada comprende las novelas Las Islas, El sueño del señor juez, El secreto y las voces, La aventura de los bustos de Eva, Un yuppie en la columna del Che Guevara, Cardenio, La jaula de los onas y los cuentos de El libro de los afectos raros.
      • Sus ensayos incluyen El nacimiento de la literatura argentina y otros ensayos, Ulises. Claves de lectura, Ficciones barrocas, Facundo o Martín Fierro (Premio de la Crítica Fundación El Libro, 2015), Borges y los clásicos y Shakespeare en Malvinas.
      • Entre sus traducciones se encuentran Un mundo propio, de Graham Greene, Poesía y represión, de Harold Bloom, y Enrique VIII, Hamlet, El mercader de Venecia y Romeo y Julieta, de William Shakespeare.
      • En 2007 fue Visiting Fellow de la Universidad de Cambridge y en 2008 y 2019 participó del International Writing Program de la Universidad de Iowa.
      • Junto con Rubén Mira escribió el guion de la película Tres de corazones, dirigida por Sergio Renán.
      • En 2011 se estrenó en el Teatro Alvear de Buenos Aires su obra teatral Las Islas, con dirección de Alejandro Tantanian. Sus novelas han sido traducidas al inglés, francés y alemán.
      • En 2022, fue parte del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela.

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