Comenzó el CIMAM: museos “contaminados” para seguir existiendo

"Lo que llamamos objetos, las obras, para nuestras comunidades son sujetos. Y no se habla de patrimonio porque es machista: hablan de herencia cultural, es algo que se hereda pero nadie es superior a nadie". Con esta mirada "completamente distinta" del arte, la poeta y tejedora aymara Elvira Espejo Ayca inauguró el jueves 9 las ponencias de la 55ª Conferencia Anual del CIMAM en el Museo de Arte Moderno, un encuentro que hasta el sábado 11 concentra en Buenos Aires a líderes globales de instituciones a discutir su rol. Estaban ahí, escuchándola con atención hablar de una sensibilidad diferente alrededor del Museo Nacional de Etnografía y Folklore que dirige en La Paz, Bolivia.

A la "trampa de la belleza superficial" que adjudican al paradigma de los curadores, interponen la ciencia y tecnología que describen como el campo de fuerzas de los tejidos, los pantones de tintas naturales o detrás de la geometría, que se condensan en el concepto de uyway o crianza mutua de las artes, donde muchos fenómenos, elementos y personas participan, de forma material e inmaterial.

Bajo el lema El museo, una creación compartida: Ética, transformación social y legado cultural, la conferencia comenzó un rato antes, con las palabras de Suhanya Raffel, presidenta de CIMAM, ante el auditorio repleto. Se refirió al papel "siempre en evolución" de los museos, que son vistos "cada vez más como espacios dinámicos para el compromiso social, la reflexión ética y la preservación de nuestro patrimonio común". Y destacó que la segunda vez que el CIMAM hace su encuentro en la Argentina.

Pero es la primera vez en la historia que se aborda la responsabilidad social y educativa de los museos de arte moderno y contemporáneo, según señaló Victoria Noorthoorn, directora del Moderno, miembro del CIMAM e impulsora de este encuentro. "Ser permeable, trabajar mano a mano con la sociedad civil y escuchar y trabajar en diálogo con los artistas es, creo, el único camino a seguir", definió a su turno, en su papel de anditriona. "Es la única manera de consolidar al museo como un espacio cultural abierto, respetuoso y democrático, donde el arte que presentamos se comparte con nuestros públicos en un marco que se nutre de los problemas y desafíos de la vida contemporánea".

Personalidades como la directora de la Tate St. Ives, Anne Barlow; el director del programa internacional del MoMA de Nueva York, Jay A. Levenson; el flamante director del Museo Reina Sofía de Madrid, Manuel Segade y la directora del inminente Guggenheim Abu Dhabi, Stephanie Rosenthal; Erica Roberts, del comité de adquisiciones latinomaricanas de las galerías Tate de Londres; y Elvira Dyangani Ose, directora de Macba de Barcelona, entre muchos otros. Son 250 personas que visitan estos días Buenos Aires. Escuchaban los conceptos provocadores que circularon la primera jornada del evento de tres días, que combina las conferencias y charlas de 16 oradores invitados por la mañana y un programa de visitas que recorrerá por las tardes los espacios de arte de la ciudad.

Quemar el museo

La curadora Chus Martínez, coordinadora del panel, señaló que para conservar el museo es preciso verlo como un organismo. "Ver no solo la forma que tenemos en un momento sino la posibilidad de transformarse", dijo. Y comentó una encuesta sobre confianza que afirma que las personas ya no confían en las instituciones, excepto las culturales. "Muchos incluso expresaron que aceptarían recomendaciones de cómo hacer una mejor sociedad, en un ejercicio colectivo de mutualidad".

El director del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Pablo Lafuente, ilustró con el episodio del incendio que sufrió en 1978, el tema de esta conferencia: qué está haciendo cada institución en su contexto. "Quizás debemos pensar en otra lógica de la palabra mantenimiento, que venga de afuera para adentro: lo que el museo hace por fuera del contexto del arte, el intercambio colectiviza el proyecto de defensa del museo como institución".

El escritor y curador francés Simon Njami desarrolló el concepto de Heterotopías acuñado por Michel Foulcault para referirse espacios culturales que pueden ser transformadores o incluso perturbadores. Y retomó la palabra del "filósofo contemporáneo" Bob Marley: "Emancipate yourselves from mental slavery", para pensar de otras maneras, a través del lenguaje. "Filosofía no es un doctorado, si queremos polucionar tenemos que ver al museo no como lo que se dice que es sino como Magritte".

Completaron las exposiciones, el director del museo-taller Ferrowhite de Bahía Blanca, Nicolás Testoni, quien contó la experiencia de un museo local, comunitario y alejado del rol de espacio de exhibición; y la artista cubana Coco Fusco, quien habló de la necesidad de forjar "una nocion progresista de la institución de comprometerse con todos, no solo con las elites". Y definió al museo como "uno de los pocos espacios donde los miembros de las clases obreras pueden codearse con las elites". Y agregó: "Para que el museo sea más inclusivo, hay que negociar con los benefactores del arte".

Momento de intercambio

En el coffee break, por los pasillos del Moderno se sucedían encuentros. Entre los directivos locales, que la secretaria de Cultura de San Juan, Virginia Agote; el director artístico de Colección AMALITA, Germán Barraza; el director de Fundación Typa, Américo Castilla, pionero en los encuentros de este tipo organizados desde la Argentina; María Teresa Constantin, directora de artes visuales de Arthaus; María Amalia García y Guadalupe Requena de Malba; Cecilia Jaime, de Proa; la argentina Aimé Iglesias Lukin, directora de Arte de Americas Society de Nueva York; Florencia Ortolani del MACBA y Analía Solomonoff, directora del Museo Rosa Galisteo de Santa Fe, en una lista que se extiende.

Mientras que un programa de becas de Arthaus aseguró la presencia de Mariana Marchesi, directora artística del Museo Nacional de la Bellas Artes; Teresa Riccardi, directora del Museo Sívori; la titular de la Casa Nacional del Bicentenario, Marcela Roberts; la directora del Palais de Glace, Federica Baeza; el director del MAR, Daniel Eduardo Besoytaorube; la directora del Museo de Bellas Artes Lola Mora de Salta, Marcela López Sastre; Cintia Mezza de la Fundación Klemm; los curadores independientes Carla Barbero, Lara Marmor, Sebastián Vidal Mackinson, Belén Coluccio, entre muchos otros.

Una foto de familia detuvo unos minutos el tránsito al mediodía, para después trasladara toda la comitiva a la Fundación Proa, entidad anfitriona de la conferencia, junto al Malba y Colección AMALITA. Después del recorrido por las exposiciones en Proa y PROA21, en La Boca, todos comieron choripanes al aire libre, para continuar por la tarde en la Distrito de las Artes: fundaciones, galerías, residencias de artistas y espacios gestionados por artistas. Por la noche, tenían tickets para ver Madama Butterfly, dirigida por la reconocida directora brasileña Livia Sabag, en el Teatro Colón.

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