Noticias hoy
    • Jueves, 28 de marzo de 2024
    En vivo

      De León Ferrari a Vargas Llosa: el aborto no se quedó en el Senado

      El artista, que murió en 2013, había defendido el derecho que ahora respalda el Nobel. 

      De León Ferrari a Vargas Llosa: el aborto no se quedó en el SenadoDisertante. Mario Vargas Llosa en abril, en la Feria del Libro de Buenos Aires. /Martín Boneto
      22/08/2018 20:50

      Si alguien pensó que la discusión por la legalización del aborto se terminaba cuando los representantes de las provincias ponían su mano sobre el botón de dar el “no”, se equivocó bastante.

      El verde sigue adornando calles, colectivos y subterráneos desde los pañuelos atados a mochilas y muñecas. No hay que mirar mucho: se ven.

      Quizás, también, alguno se haya asombrado por la columna que Mario Vargas Llosa publicó hace unos días sobre este tema.

      Insospechable de progresismo, un antipopulista de cuchillo entre los dientes, Vargas Llosa busca ser, también, un liberal-liberal, un liberal respecto del movimiento del dinero y el de los cuerpos, también.

      Seguramente muchos recordarán su postura a favor de la legalización de las drogas: “Es la única forma de acabar con el narcotráfico”, ha dicho. “Con la política represiva no se combate el problema de la drogadicción y de la delincuencia”.


      Mirá también

      Respecto del aborto también dio sus razones. Primero, contra la apropiación de la palabra “vida” por quienes se oponían a la legalización. “Los enemigos del aborto se presentaron como ‘los defensores de la vida’, sugiriendo con ello que quienes defendemos el derecho de la mujer a decidir si quiere o no tener hijos somos partidarios de la muerte, y, horror de horrores, nada menos que la de criaturas inermes e inocentes. Eso no es verdad”, dijo el Premio Nobel de Literatura.

      Vargas Llosa aduce, también, que “esta terrible decisión suele acarrear traumas y conflictos psicológicos de larga duración”, algo que ha sido más que discutido por muchas mujeres en estos meses. También sostiene que la decisión se toma “generalmente por unas condiciones de vida paupérrimas”, lo que tampoco es tan así en nuestro país: en todas las clases sociales hay abortos, pero lo que pasa con las más pobres es que no pueden pagar buenos médicos que acepten llevarlos adelante en la clandestinidad.

      “Defender el derecho de la mujer a decidir cuántos hijos quiere (y puede) tener es fundamental para garantizar la igualdad de género"

      Mario Vargas Llosa

      Nada nuevo, hasta ahora. Quizás lo mejor que Vargas Llosa tenía para decir era que “defender el derecho de la mujer a decidir cuántos hijos quiere (y puede) tener es fundamental para garantizar la igualdad de género y para dar a las mujeres la independencia y los recursos de organizar su vida de acuerdo con su propio criterio, sin verse obligadas por las circunstancias, como ha ocurrido y sigue ocurriendo todavía en gran parte del mundo, a ser solo un ser ancilar, destinado a la procreación y al cuidado de la progenie”. Y acá el peruano está más cerca de Margaret Atwood y sus criadas paridoras en un totalitarismo cristiano.

      Tampoco es suave con la Iglesia el escritor. Habla de la institución como “una Iglesia Católica muy escorada hacia la caverna y el oscurantismo”. Y de paso -ningún polemista se lo perdería- recuerda el escalofriante informe sobre abusos sexuales cometidos por unos 300 sacerdotes contra más de mil jóvenes, que reveló un jurado de Pensilvania, Estados Unidos, en estos días. “La jerarquía católica ocultó las denuncias y protegió a los abusadores de acuerdo con un sistema sutil, jurídico y eclesiástico”, escribe Vargas Llosa. Y habla de “un código de ‘ocultación de la verdad’ que, por lo visto, conocía y ponía en práctica toda la institución, desde los más altos jerarcas hasta sus miembros más humildes”. Porque una mala manzana tiene cualquier cajón, pero un plan para meterla en la compota ya es otra cosa.

      León Ferrari. Un artista plástico con ideas potentes.León Ferrari. Un artista plástico con ideas potentes.

      En las antípodas del pensamiento de Vargas Llosa, el artista León Ferrari -que murió en 2013- había escrito sobre la cuestión en 1998, en el artículo “Derechos humanos: sexo y aborto”. Ferrari hacía cosas como tomar imágenes “bíblicas” e instalar sobre ellas jaulas con gallinas. A medida que los días pasaban y el sistema digestivo de las gallinas funcionaba... se imaginan.

      Ya entonces -hace veinte años- Ferrari decía que la Iglesia había dado información falsa sobre el profiláctico. Que el virus del SIDA atravesaba el látex, como sugirió hace un mes el pediatra AbelAlbino. Y que el Creador prohíbe el sexo si no es para multiplicarse. “El sexo sería una trampa para cazar pecadores: desparramado sobre el cuerpo en tentadoras formas, pieles, montes y valles, fuentes de innumerables formas de placer que parecen ser el regalo de una mente privilegiada y bondadosa pero que en realidad ejerce la función que cumple el queso para cazar ratones”.

      Ferrari también cree que la prohibición del aborto es un tema de discriminación: “basta una legislación que equipare la atención médica de las que tienen con la de las que no tienen”, escribe.

      Ferrari sostenía que la Iglesia avalaba la tortura en la Tierra al anunciar un “castigo eterno” en el infierno. En el artículo va por ahí:“En los exterminios de ayer -diluvios, Sodoma, Jericó- Se destruyen junto a los óvulos fecundados también los vientres que los albergan”. Un debate que no empezó ni termina con el “no” del Senado. 


      Sobre la firma

      Patricia Kolesnicov
      Patricia Kolesnicov

      pkolesnicov@clarin.com


      Tags relacionados