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      Luis García Montero: “Trump quiere que el español sea la lengua de los pobres”

      Dice que se quiere imponer el inglés como lengua de prestigio. Y respecto de quienes critican el Congreso de la Lengua, que hay "falsos progres" que enseñan en universidades privadas estadounidenses.

      Luis García Montero: "Trump quiere que el español sea la lengua de los pobres"Poeta y académico. Luis García Montero, consciente del peso de América en el idioma español. /Lucía Merle

      Córdoba. Enviado especial. 

      Se escuchan distintas tonadas en las calles, pasean académicos, escritores, lingüistas y periodistas de numerosos países. Este miércoles se inaugura el VIII Congreso Internacional de la Lengua y en medio de ese torbellino de palabras que crece, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, recibe a Clarín en un hotel de Córdoba capital. El Instituto que encabeza -uno de los organizadores del encuentro- fue creado por el gobierno español en 1991 para promover el castellano y hoy tiene 87 sedes de enseñanza en el mundo, en países en los que el español no es lengua oficial. En Córdoba también está funcionando un Contracongreso: García Montero dice que no lo ofende, pero los criticará sin vueltas.

      -¿Para qué sirve un Congreso de la Lengua? 

      -No tiene una vocación académica, de discusión universitaria profunda para especialistas. Estos congresos son de divulgación, para convocar el interés de la mayor gente posible. El lema de este congreso para mí es muy importante: América y el futuro del español, educación, cultura, tecnología y emprendimiento. Primera cosa: somos un idioma que casi está llegando a los 600 millones de hablantes. España representa el 8 por ciento de esas personas y luego la inmensa mayoría está en Latinoamérica y Estados Unidos. El primer número de hablantes se da en México, casi 130 millones, y después ya viene Estados Unidos, por encima de los 50 millones. Nuestro futuro está en América, eso es lo primero. Y lo segundo, el futuro está vinculado con lo tecnológico, pero conviene que la tecnología y los emprendimientos de la vida económica no se olviden de su lado poético, humano, digno. Mantener una unidad trascendente del idioma, extensa, es un valor importante. Pero esa extensión no puede servir para traicionar lo que tiene de intimidad la lengua materna.

      "Algunos de los falsos progres pertenecen a universidades privadas norteamericanas para elites muy fifí"

      Contundente. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. / Lucía MerleContundente. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. / Lucía Merle

      -¿Qué sería traicionarla?

      -Imaginate que se cayera en la tentación de decir, alguien, una academia desde un centro, cómo se debe hablar. Y puede decir dónde se habla correctamente o dónde se habla incorrectamente. Si se puede utilizar el "vos" o no...

      En marcha. Córdoba se prepara para inaugurar el Congreso de la Lengua. / Lucía MerleEn marcha. Córdoba se prepara para inaugurar el Congreso de la Lengua. / Lucía Merle

      -Bueno, esa es una de las críticas a la Real Academia Española...

      -Y la Real Academia lo aprendió hace tiempo y por eso favoreció la creación de la ASALE, la Asociación de Academias de la Lengua Española que reúne a 23 academias y ahora el diccionario ya no es el diccionario de la RAE sino el diccionario de la lengua, donde están todas las academias y se aprueban las nuevas incorporaciones en común. Yo, como poeta, puedo estar muy de acuerdo con las metáforas más avanzadas, pero lo que no me puedo olvidar es que la fuerza de mi idioma es la fuerza de una emoción que tiene que ver con que cada cual en su idioma "se ha hecho" y ha aprendido a decir "madre", "padre", "te quiero", 'tengo frío"... No puede haber una norma abstracta que traicione o mate la verdad de cada particularidad.


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      -Entonces, el objetivo de este congreso es el de permitir que haya varios centros.

      -Claro, y potenciar la voluntad de una comunidad que mantiene su unidad, pero a costa de respetar. Con la exigencia de respetar cada uso geográfico concreto. 

      -En el caso del idioma, ¿las nuevas tecnologías amplifican las posiblidades de la lengua y a la vez la mixturan con nuevas palabras? ¿Hay un riesgo?

      -Yo creo que el idioma nos enseña a través de los siglos a no ser catastrofistas. Recuerdo algunos textos del siglo XVIII que por la influencia de la cultura francesa, decían: “El castellano está en peligro, va a desaparecer". Y se escandalizaban porque se utilizaran palabras como “peluca” o “peluquería”, que venían de Francia.


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      -Los nuevos usos surgidos en las redes sociales, como los emoticones o las abreviaturas ad hoc, ¿pueden empobrecer?

      -Bueno, según como utilicemos la lengua. Hay muchas palabras, a lo largo de la historia, que se ponen de moda y que luego desaparecen. Y otras que se quedan y entonces la Academia testifica que los hablantes ya hemos incorporado esa palabra. En las redes sociales, me parece que la gente está escribiendo más que nunca. La escritura se ha convertido en una cosa cotidiana. Tengo la esperanza de que alguna gente empiece a preocuparse por mirar el diccionario cuando no conoce una palabra, para saber si escribe con v o con b, porque sienta vergüenza de que los amigos se rían de él cuando ha escrito con una falta de ortografía. Y por otra parte, las redes sociales, que tienen un amplio poder de comunicación, aseguran también la unidad de un idioma que solo se fragmenta cuando no hay comunicación. Como el idioma siempre ha estado apegado a la piel de la vida, habrá algunos cambios que naturalmente van a entrar en el idioma. ¿Te has dado cuenta de que cuando te mandan mensajes, si es una pregunta, la gente se está acostumbrando a mandar solo el signo de cierre de la interrogación? Sospecho que con el tiempo eso se irá normalizando.

      "La fuerza de mi idioma es la fuerza de una emoción que tiene que ver con que en ese idioma uno ha aprendido a decir 'madre', 'padre', 'te quiero', 'tengo frío'".

      -Vivimos un momento de cambios...

      -Sí, porque la vida se acelera más que nunca. ¿Sabes qué es lo que a mí me preocupa más de las redes sociales? Están sustituyendo la conciencia de ciudadanía, donde la gente ya no puede pensar lo que va a decir antes de decirlo, por una prisa demagógica, por donde están circulando muchas mentiras, muchas falsas noticias y eso sí es un grave peligro de empobrecimiento del idioma y de la democracia de los hablantes. A veces me preocupa cuando no las redes sociales sino algún periodismo clásico está cayendo en la tentación de participar en la sociedad del espectáculo de las redes sociales y hacen titulares o portadas que tienen más que ver con buscar un “me gusta” inmediato. Esa es una problemática que afecta al idioma también.

      Ciudad tomada. Córdoba, sede del Congreso de la Lengua. / Lucía MerleCiudad tomada. Córdoba, sede del Congreso de la Lengua. / Lucía Merle

      -Desde una institución de la lengua, ¿qué se puede hacer?

      -Ser muy conscientes de que un idioma no es un vocabulario sino que es un espacio de conocimiento del otro, de diálogo con el otro y de difusión de los valores culturales. ¿Qué es lo que se puede hacer? Por ejemplo, convocar a una reflexión donde la tecnología y el emprendimiento sean inseparables de la inversión en cultura y en educación. 


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      -Más allá de la presencia de esos valores, el Congreso también le dará importancia a la ciencia y el emprendedorismo... 

      -Cuando el presidente de China visita España y firma acuerdos con España, sabe que la enseñanza del español en nuestros centros en Beijing o en Shanghai tiene que ver con un horizonte de negocios económicos donde España es una parte y Latinoamérica es una inmensa parte. Las posibilidades económicas del idioma son fundamentales en las relaciones también entre Europa y Latinoamérica. Pero aparte de eso, hay otros retos por delante. Por ejemplo: Donald Trump ha hecho toda una política en su administración para decir que el español es una lengua de pobres. Es una manera de maltratar a los inmigrantes mexicanos, pero es también una manera de imponer el inglés como lengua de prestigio. Reto fundamental es decir que este es el idioma de Borges, de García Márquez, de Sor Juana Inés de la Cruz, y al mismo tiempo decir que tenemos una perspectiva hispánica de la ciencia y de la tecnología que nos den prestigio como idioma.

      En el lugar. Luis García Montero en Córdoba, donde empieza el Congreso de la Lengua. / Lucía MerleEn el lugar. Luis García Montero en Córdoba, donde empieza el Congreso de la Lengua. / Lucía Merle

      -¿Una perspectiva hispánica qué quiere decir?

      -A mis alumnos de la Universidad, para hacer carrera, los obligan a publicar sus artículos en revistas de impacto. Bueno, pues nos hemos acostumbrado a que las revistas de impacto se hagan bajo una lógica anglosajona, de revistas que tienen impacto en el mundo anglosajón, y a lo mejor un artículo torpe publicado en una revista de Estados Unidos vale más que un buen artículo publicado en una revista de Chile o España. Reivindicar el horizonte científico en lengua española es fundamental.

      -Estará enterado de que en estos días también se realiza un "Contracongreso" en Córdoba, con un manifiesto muy crítico a España y las instituciones de la lengua. ¿Qué reflexión le merece?

      -La primera reflexión es que estoy muy acostumbrado a que cada cual se reúna con toda libertad para defender sus puntos de vista. Yo no me siento ofendido. Creo que lo mejor es el respeto y que cada cual discuta lo que quiera. En segundo lugar, me siento tranquilo a la hora de defender mis posturas. Yo siento más simpatía por defender a una comunidad hispánica que por seguir manteniendo una leyenda negra que solo ha servido para ayudar a los piratas ingleses y al imperialismo norteamericano. Yo soy profesor de una universidad pública, algunos de los falsos progres pertenecen a universidades privadas norteamericanas para elites muy fifí. En ese sentido, como yo me he preocupado mucho de limpiar mi gusto por lo hispánico de cualquier tipo de interés imperialista, nacionalista, y me he preocupado mucho desde el Instituto Cervantes de recordar una y otra vez que España es el 8 por ciento de un idioma de 600 millones de hablantes, y que este Congreso se ha convocado con el lema América y el futuro del español, me parece que muchas de las críticas que plantean están fuera de lugar. Pero son sus sentimientos y tienen todo derecho.

      PK


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      Ezequiel Viéitez
      Ezequiel Viéitez

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