Noticias hoy
    En vivo

      Museos centrales de los EE.UU. cierran sus salas de acervos originarios

      • Debido a las nuevas leyes sobre patrimonio, deciden cerrar alas enteras con artefactos de las culturas originarias.
      • La nueva legislación federal exige a los museos tramitar permisos a las comunidades nativas antes de exhibir sus acervos.
      • Serán devueltos decenas de miles de esqueletos y restos óseos, usados en estudios científicos, a sus descendientes originarios

      Museos centrales de los EE.UU. cierran sus salas de acervos originariosVisitantes en el Museo Americano de Historia Natural. Desde febrero, dos grandes salas etnográficas quedarán cerradas. Foto de Jeenah Moon/ NYT
      Redacción Clarín

      El Museo Americano de Historia Natural cerrará dos grandes salas que exhiben objetos nativos norteamericanos, según dijeron sus autoridades el pasado viernes 26, en drástica respuesta a las nuevas disposiciones federales, que requieren de los museos contar con el consentimiento de las diferentes comunidades antes de exhibir o realizar investigaciones sobre artefactos culturales.

      Las salas que estamos cerrando son resabios de una época en la que museos como el nuestro no respetaban los valores, las perspectivas y, de hecho, la humanidad compartida de los pueblos indígenas", informó el viernes último el presidente del museo, Sean Decatur, en una carta al personal de la institución. "Acciones que pueden parecerles repentinas a algunos, otros pueden considerarlas necesarias desde hace mucho tiempo".

      El mismo fin de semana, el museo cerró galerías dedicadas a las regiones de Eastern Woodlands (Bosques orientales) y Great Plains este (Grandes planicies) y cubrió otra serie de vitrinas que exhiben objetos culturales de comunidades nativas norteamericanas, mientras revisan su enorme colección para asegurarse de que cumpla con las nuevas reglas federales, en vigor en enero.

      Hall Great Plains del Museo de Historia Natural de Nueva York.Jeenah Moon/NYTHall Great Plains del Museo de Historia Natural de Nueva York.Jeenah Moon/NYT

      Museos de todo el país han estado tapando sus vitrinas mientras los curadores repasan los inventarios para determinar si se las puede exhibir de acuerdo con las regulaciones nuevas. El Museo Field de Chicago cubrió algunas, el Museo Peabody de Arqueología y Etnología de la Universidad de Harvard informó que retiraría todas los acervos funerarios de sus lugares de exposición y el Museo de Arte de Cleveland cubrió parte de sus exhibidores.

      Nueva ética para los museos

      La decisión del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, que atrae a 4,5 millones de visitantes al año, lo cual lo convierte en uno de los museos más visitados del mundo, envía al ámbito museístico local un mensaje poderoso.

      Su departamento de antropología es uno de los más antiguos y prestigiosos de Estados Unidos, conocido por realizar un trabajo pionero bajo dirección de una larga línea de curadores que incluye a personalidades como los antropólogos Franz Boas y Margaret Mead.

      Las clausuras dejarán más de 900 metros cuadrados de espacio de exhibición fuera del alcance de los visitantes. El museo hizo saber que no podía proporcionar un cronograma exacto de cuándo reabrirían las muestras reconsideradas.

      “Es posible que algunos objetos nunca vuelvan a exhibirse como resultado del proceso de consulta”, respondió Decatur en una entrevista. "Pero buscamos crear programas de menor escala en todo el museo que lleguen a explicar qué tipo de proceso es el que está en marcha."

      Los cambios son resultado de un intento concertado de la administración Biden, orientado a acelerar la repatriación de artefactos y restos, objetos funerarios y otros objetos sagrados de comunidades nativas norteamericanas.

      En verdad, el proceso de restitución comenzó en 1990 con la aprobación de la Ley de Repatriación y Protección de Tumbas de Pobladores Nativos Americanos, o NAGPRA, por sus siglas en inglés, que estableció protocolos para que museos y otras instituciones devolvieran restos humanos, objetos funerarios y otros bienes a las tribus correspondientes.

      Sin embargo, como tales aspiraciones fueron prolongándose durante décadas, los representantes tribales criticaron la ley por ser demasiado lenta y demasiado susceptible a la resistencia institucional.

      Este mes de enero entraron en vigencia nuevas regulaciones federales destinadas a acelerar las restituciones, dando a las instituciones cinco años de plazo para preparar todos los restos humanos y objetos funerarios con motivo de la repatriación y otorgando mayor autoridad a las tribus a lo largo del proceso.

      “Finalmente estamos siendo escuchados, y no se trata de una pelea, es una conversación”, afirmó Myra Masiel-Zamora, arqueóloga y curadora de la Banda de Indios Pechanga.

      ¿Será ésta la mejor solución?

      Ya en las dos semanas transcurridas desde que las nuevas disposiciones entraron en vigor, cuenta Masiel-Zamora que ella sintió que el tenor de las conversaciones había cambiado. En el pasado, las instituciones a menudo veían las historias orales de los nativos como menos persuasivas que los estudios académicos a la hora de determinar a qué tribus modernas se repatriarían objetos, dijo. Pero las nuevas regulaciones exigen que las instituciones “se remitan al conocimiento tradicional de los nativos americanos de sus descendientes directos, las comunidades indias y las organizaciones nativas hawaianas”.

      "Podemos decir 'Esto debe volver a casa', y espero que no haya retroceso", comentó la arqueóloga. Los directivos de los museos han estado preparándose para las nuevas regulaciones durante meses, consultando a abogados y curadores y llevando a cabo largas reuniones para analizar qué podría ser necesario cubrir o eliminar.

      "Podemos decir 'Esto debe volver a casa' y espero que no haya retroceso", comentó una experta.

      Muchas instituciones planean contratar personal a fin de cumplir con las nuevas reglas, algo que puede implicar consultas extensas con representantes tribales.

      El resultado ha sido un cambio mayor en las prácticas con respecto a las exposiciones vinculadas con nativos americanos en algunos de los principales museos del país, cambio que será perceptible para los visitantes.

      Segmentos de la colección que alguna vez se utilizaron en el Museo Americano de Historia Natural para enseñar a estudiantes acerca de los iroqueses, mohicanos, cheyenes, arapahos y otros grupos estarán temporalmente inaccesibles.

      Eso abarca objetos grandes como la canoa de corteza de abedul de origen menomini del Salón de Eastern Woodlands, y otros más pequeños, incluyendo dardos que datan del año 10.000 a.C. y una muñeca Hopi Katina procedente de lo que hoy es el estado de Arizona.

      Ahora que no tendrán ya acceso a esas galerías, se están repensando las excursiones para estudiantes al Hall de Eastern Woodlands.

      La exhibición de restos humanos de nativos americanos está generalmente prohibida en los museos, por lo que las colecciones bajo revisión comprenden objetos sagrados, funerarios y otros elementos del patrimonio cultural.

      Saqueadores de cementerios aborígenes

      A medida que las nuevas normas se analizaron y debatieron durante el último año, algunas organizaciones profesionales, como la Sociedad de Arqueología Estadounidense, expresaron su preocupación en cuanto a que las reglas estuvieran llegando demasiado lejos en las prácticas de gestión de colecciones de los museos.

      Pero desde que las regulaciones entraron en vigor, el 12 de enero, ha habido poca oposición pública por parte de los museos.

      Gran parte de los restos humanos y objetos culturales nativos se recolectaron mediante prácticas que ahora se consideran anticuadas e incluso detestables, entre ellas, las donaciones de saqueadores de tumbas y excavaciones arqueológicas que vaciaron cementerios indígenas.

      "Este es un trabajo de derechos humanos, y debemos pensar en él en esos términos y no como ciencia", sostuvo Candace Sall, directora del Museo de Antropología de la Universidad de Missouri, que todavía está trabajando para repatriar los restos de más de 2.400 nativos norteamericanos.

      "Este es un trabajo de derechos humanos y debemos pensar en esos términos y no como ciencia", sostuvo la directora del Museo de Antropología de la Universidad de Missouri.

      La doctora Sall señaló que había agregado cinco integrantes del personal para trabajar en la repatriación anticipándose a las disposiciones y que confía en poder agregar más.

      Las críticas al ritmo de las repatriaciones ejercieron visible presión pública sobre instituciones como el Museo Americano de Historia Natural. En más de 30 años, el museo ha repatriado restos de aproximadamente 1.000 personas a agrupaciones tribales; todavía alberga restos de unos 2200 pobladores nativos norteamericanos más y miles de objetos funerarios. (El año pasado la entidad anunció que revisaría las prácticas que se extendían a su colección más grande de aproximadamente 12.000 esqueletos retirando de la exhibición pública los huesos humanos y mejorando las instalaciones donde se guardan.)

      Una de las principales prioridades de las nuevas regulaciones, que son administradas por el Departamento del Interior, es terminar el trabajo de repatriar los restos humanos nativos en distintas posesiones institucionales, que ascienden a más de 96.000 personas, según datos federales publicados el otoño boreal reciente.

      El gobierno ha dado plazo hasta 2029 para que las instituciones preparen adecuadamente los restos humanos y sus pertenencias funerarias en función de la repatriación.

      Tanto los restos humanos como los objetos culturales contienen poca información en muchos casos, cosa que en el pasado demoró la repatriación, especialmente en aquellas instituciones que buscaron pruebas antropológicas y etnográficas rigurosas de vínculos con un grupo nativo moderno.

      Ahora el gobierno insta a las instituciones a seguir avanzando con la información de que disponen, en determinados casos basándose únicamente en información geográfica, como ser en qué condado se descubrieron los restos.

      Algunos funcionarios tribales expresaron temor de que las nuevas reglas provoquen una avalancha de solicitudes de los museos que puedan superar la capacidad de respuesta de sus organizaciones y generar una carga financiera.

      Algunos funcionarios expresaron temor de que las nuevas reglas provoquen una avalancha de solicitudes de los museos que superen la capacidad de respuesta de sus organizaciones de pueblos originarios.

      Hablando en junio ante un comité que revisa la implementación de la ley, Scott Willard, quien trabaja en cuestiones de repatriación para la comunidad Miami de Oklahoma, manifestó su preocupación por que la retórica sobre las nuevas regulaciones a veces hacía parecer que los ancestros nativos eran “artículos desechables”.

      "Esta mentalidad de venta de garaje de 'regalarlo todo ya mismo' es muy ofensiva para nosotros", expresó.

      Los funcionarios que elaboraron las nuevas reglamentaciones aclararon que las instituciones pueden obtener extensiones de sus plazos siempre que las comunidades a las que están consultando se muestren de acuerdo, enfatizando la necesidad de responsabilizar a las instituciones sin sobrecargar a las tribus. Si se descubriese que los museos han violado las regulaciones, podrían quedar sujetos a multas.

      Bryan Newland, subsecretario de Asuntos Indígenas y expresidente tribal de la Comunidad India Bay Mills, indicó que las reglas se redactaron en consulta con representantes tribales que querían que sus antepasados recuperaran su dignidad al morir.

      “La repatriación no es sólo una regla escrita sobre papel”, destacó Newland, “sino que aporta a las personas sanación y un cierre realmente significativos”.

      Copyright The New York Times. Traducción: Román García Azcárate