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      Federer irá por más gloria

      El mejor jugador de la historia se metió en su octava final de Wimbledon. Y si gana mañana volverá a ser el N° 1.

      Federer irá por más gloriaCLAIMA20120707_0157 Un tipo feliz. Es el final y la sonrisa de Roger Federer es el símbolo de su alegría. Atrás quedó el serbio Djokovic. efe
      Redacción Clarín

      Wimbledon venera de pie, y desde hace un rato largo, a su Dios. Aquí son 15 mil fieles seguidores pero hay millones que lo siguen por la televisión o Internet. Roger Federer lo hizo. Por eso lo aplauden durante cinco minutos sin parar desde la última devolución a la red de su rival hasta que su figura se pierde en el vestuario. Vibran por su triunfo brillante ante el 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic, el defensor del título, a quien minimizó en dos horas y 19 minutos por 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 en otra maravillosa entrega de un artista que deleita todo el tiempo con sus golpes. Y que sigue quebrando records en el All England al llegar aquí, como nadie, a ocho finales. Así el suizo quedó a un triunfo de recuperar el liderazgo del ranking mundial y de conquistar por séptima vez este Grand Slam.

      Hay una devoción sin límites por Federer en Wimbledon aunque juegue a techo cerrado en la cancha central, como ayer. Por eso aquel loco lindo grita desde la tribuna antes de que saque: “Come on, Roger” (“Vamos, Roger”) o “You are a genius” (“Sos un genio”). No es para menos: un tenista que sólo comete diez errores no forzados ante el mejor de todos y en una semifinal de un Grand Slam lo merece. No es una final más a la que llegó, además: es la 24ª, otro escalón que nadie pudo subir. “Por momentos jugué un tenis fantástico”, dijo Federer ante la televisión minutos después de su 111° triunfo en césped y de alcanzar una final de Grand Slam tras 12 meses y medio.

      ¿Alguien podrá decir si se puede jugar mejor al tenis? ¿O en forma más bella? Difícil la respuesta y difícil encontrar al tenista que supere en ese ítem al hombre de Basilea. Porque ayer, con 30 años en su espalda, le mostró su chapa a Nole , le tiró su historia encima. Como en el primer set, en el que en sólo 23 minutos jugó de una manera impecable perdiendo apenas cuatro puntos con su servicio, dominando el juego de derecha y de revés.

      Reaccionó Djokovic en el siguiente parcial con más actitud y más tiros ganadores y un quiebre que le alcanzó para igualar.

      El tercer set fue el más dramático, el de mayor adrenalina y el mejor jugado por los dos al mismo tiempo. Con un séptimo game inolvidable y con el décimo en el que Federer rompió el saque del Djokovic con un smash; lo gritó con el puño y llegó la ovación atronadora. Allí se vieron esos drives invertidos perfectos del tercero del ranking o esos aces (12 en todo el partido) logrados en momentos importantes.

      Más tarde Djokovic se desinfló y el ganador no lo perdonó en el cuarto y último parcial.

      “Obviamente uno espera jugar su mejor tenis ante los grandes jugadores y en grandes partidos. No lo pude hacer en París, pero lo estoy haciendo aquí”, comentó más distendido Federer, peinado para atrás, en la conferencia posterior. Y agregó que “me gustaría ganar el título y me queda un partido. Soy conciente de eso”.

      “Perdí con un gran campeón, el que más Grand Slams ganó en la historia de este deporte. No jugué como esperaba y si él logra el 1 estará bien ganado”, dijo Djokovic, ya resignado ante los periodistas, unos minutos después de la derrota.

      Para llegar otra vez a lo más alto Federer tendrá que volver a ganar mañana. Ese será otro encuentro con la gloria. Y más allá sólo parece quedarle el cielo. Eso, ganar por última vez para un hombre que no tiene límites será llegar al lugar más hermoso del triunfo: el paraíso.