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      Una discusión con Gallardo, las palabras de Bielsa y un vestuario caliente en San Lorenzo: las mejores anécdotas del libro de Andrés D'Alessandro

      A punto de cumplir 40 años y de empezar una nueva aventura en Nacional de Montevideo, el zurdo publicó sus "memorias" en más de 300 páginas imperdibles.

      Una discusión con Gallardo, las palabras de Bielsa y un vestuario caliente en San Lorenzo: las mejores anécdotas del libro de Andrés D'AlessandroMientras se prepara para jugar en Nacional de Montevideo, Andrés D'Alessandro lanzó su libro. Foto: EFE/Federico Anfitti

      Es uno de los últimos exponentes del clásico potrero argentino. O de la pisadita en una baldosa del baby, si se prefiere. Zurdo, como buena parte de los grandes talentos del fútbol, le puso copyright a una jugada que uno de sus compañeros, el Chacho Coudet, bautizó "La Boba".

      Andrés Nicolás D’Alessandro cumplirá 40 años el 15 de abril y mientras se prepara en Nacional de Montevideo para dar sus últimas funciones, acaba de lanzar su biografía, “Cabezón. Mi vida. Mis sueños. Mi fútbol. Mi legado”, tanto en Argentina como en Brasil, traducida en portugués, ya que en Inter de Porto Alegre es considerado uno de los máximos ídolos de toda su historia. Por lo pronto, es el tercero que más partidos jugó.

      La tapa del libro de Andrés D'Alessandro.La tapa del libro de Andrés D'Alessandro.

      A través de 335 páginas, producto de más de 50 horas de charlas con el periodista Diego Borinsky, quien escribió el libro, D’Alessandro relata en primera persona, sin esquivarle a ningún tema, dificultades, alegrías, enojos, aprendizajes y peleas con los diferentes integrantes del ambiente del fútbol. "La idea de escribir un libro nació porque se acerca el final y de algún modo quiero dejar un mensaje. No puedo reclamarle nada a mi carrera, aunque debo admitir que mi gran espina es no haber podido jugar un Mundial", explicó D'Alessandro, muy entusiasmado por esta obra.

      Levantando la Recopa Sudamericana, el título internacional que ganó con River.Levantando la Recopa Sudamericana, el título internacional que ganó con River.

      Varias partes del libro están dedicadas a River. Y, claro, ahí aparece la figura de Marcelo Gallardo, quien fue compañero y luego técnico de D'Alessandro. "Una de las claves del éxito de este River de Gallardo es mental, logra convencer a los jugadores de que hay que seguir esforzándose para ganar", cuenta Andrés, describiendo al mismo tiempo en anécdotas cómo el DT ejerce su liderazgo. "¡Siempre me sacás a mí!", le reprochó cuando quedaban 15 minutos en un River-Banfield del 2016. "Terminó el partido y Marcelo encaró para el lado de las duchas. Nunca se metía en nuestra parte del vestuario, y cuando lo vi venir supuse que algo iba a pasar, que venía a buscarme... 'Vení, Cabeza, vamos a hablar', me dijo. 'Escuchame, no podés hacerme esto, el martes lo hablamos'... El me retrucó que lo había hecho para que me aplaudieran y que las decisiones las tomaba siempre considerando lo mejor para el equipo. Más de una vez se acercó y me dijo: 'Cabeza, mirá que mañana no vas de entrada, te digo para que no me pongas cara, eh'".

      La historia no terminó ahí... D'Alessandro continuó el relato: "Al otro día me agarró el Enzo en Ezeiza y me recalcó que no podía hacer lo que hice. En River las cosas andan bien hace años porque todos piensan de la misma manera. Me marcó que entendía mi carácter, pero que nosotros somos ejemplo para muchos chicos".

      Andrés aclara que admira a Gallardo. "En 2020, para mi cumpleaños 39, Marcelo me mandó un lindo saludo por Whatsapp. Un poquito me sorprendió, la verdad es que no lo esperaba. Para mí fue muy importante que se hubiera acordado. Siempre le estaré agradecido por darme la posibilidad de cumplir mi sueño de regresar a River y por exigirme para mejorar, más allá de algún entredicho menor".

      Así, con varias anécdotas y relatos de su historia futbolística, van desfilando la desilusión por jugar muy poquito en las inferiores de River y la negativa que recibió del club cada vez que su padre fue a pedir el pase libre. Su idolatría por Rubén Paz. Las tácticas como alcanzapelotas. El “bautismo” de duras patadas que recibió en las primeras prácticas con los profesionales. La mala relación con el Tolo Gallego. La sintonía con Ramón Díaz. Las canas que le sacó a Manuel Pellegrini. Por qué no se sintió nunca hombre de Pekerman a pesar de ganar el Mundial Sub 20 del 2001 en Argentina, entrando por la ventana por la lesión de un compañero. La cuenta pendiente por no haber disputado un Mundial de mayores. Su hipótesis de por qué Maradona no le dio ni un partido de prueba en el mejor año de su carrera. Su pase caído al Barcelona en 2002 después de haber sido recibido en la televisión catalana con una camiseta blaugrana y su apellido estampado en la espalda. Y las razones por las que considera que Marcelo Bielsa fue su mejor entrenador.

      En un pasaje del libro, que se detalla a continuación, D’Alessandro explica su admiración por Bielsa.

      “Bielsa fue el mejor técnico que tuve. Fue el que me sacó más cosas como jugador, el que mejor me hizo entender el fútbol y el trabajo de los entrenamientos, el que me dio confianza y me bancó. Sabía que podía jugar mal, pero que iba para adelante y que asumía la responsabilidad cuando tenía que asumirla. Siempre me pareció un entrenador diferente, por su manera de ser, por la intensidad con la que trabajaba, por cómo desmenuzaba cada partido. Primero hacía un análisis grupal y luego uno individual. Tenía a su lado al Caño, un pibe que le preparaba los videos. Marcelo te esperaba con ese editado listo, parado en la puerta de su oficina en Ezeiza, con el camperón puesto. Ahí dentro de su sala estaba con el aire acondicionado a menos 20, entrabas y te congelabas, ja ja. El tipo ya tenía listo un video con tu actuación individual, algo que no era común en aquel tiempo. Ahí, cuando estabas solito, te metía una buena cagada a pedos si era necesario y te marcaba los errores cometidos, para no exponerte delante del resto… Cada tanto le mando algún mensaje para saludarlo. Apenas ascendió con el Leeds le escribí y esta vez me respondió al toque. Impresionante la felicidad que transmitía su mensaje de voz: ‘Andrés, ¡qué alegría que usted esté cerca de mí en este momento! Tiene un valor inmenso para mí que usted me testimonie afecto’. Un maestro. Lo invité para Lance de Craque, el partido benéfico que organizo cada fin de año en Porto Alegre. ‘Mándeme la cuenta, por favor, Andrés, quiero ayudar’, me contestó, porque no podía venir. Un fenómeno, en cualquier momento puede salirse con una que no esperás. Marcelo te sorprende siempre”.

      Con Ruben Paz, su ídolo en uno de los partidos benéficos que Andrés organiza en Porto Alegre.Con Ruben Paz, su ídolo en uno de los partidos benéficos que Andrés organiza en Porto Alegre.

      Y siguen los temas. El rol dañino de ciertos representantes. Cómo vuela la cabeza del joven cuando llega la fama y la noche. Su experiencia en Europa. Sus peleas con Pablo Aimar y el entrenador de Zaragoza. Cómo se siente jugar para no descender en la Premier. Sus duelos con Messi y Cristiano Ronaldo. Las puertas cerradas en River cuando quiso volver. La hazaña con San Lorenzo en la Libertadores 2008 en el Monumental.

      Tras ese partido histórico contra River, San Lorenzo queda eliminado en cuartos de final con Liga de Quito. Y en el medio de esa serie hubo una disputa por los premios. El Cabezón cuenta detalles en su libro.

      “Después de eliminar a River en el Monumental nos tocaba Liga de Quito en cuartos. Liga era brava pero nosotros vivimos una disputa innecesaria la noche previa al partido de ida. Hubo un problema interno entre el cuerpo técnico y algunos referentes (Orión, el Gallego Méndez, Hirsig y Adrián González) por temas que se dan habitualmente en los planteles de fútbol. Y se generó una discusión larga, dura y sin sentido, que se estiró hasta la madrugada, cuando al día siguiente teníamos que enfrentar a Liga en casa para arrancar los cuartos de final. No era el momento indicado para tener esa reunión, pero a veces las circunstancias no se eligen, y el grupo creyó que ese era el mejor momento para definirlo. Se estiró demasiado. Fue algo que no le hizo bien a nadie. Yo no participé de la reunión porque recién llegaba pero como parte del grupo intenté mediar y tranquilizar un poco las aguas, porque Ramón había sido el técnico que me llevó a San Lorenzo, el que siempre me quiso, pero también era muy amigo de Orión, y yo formaba parte de ese grupo, era uno más de ellos. La verdad es que quedé en el medio, no me gustó. Cuando el asunto se puso heavy traté de hacerles entender a todos que teníamos un partido importantísimo al día siguiente. Y al día siguiente justo le tocó a Orión cometer un error que terminó en el gol de Liga. No digo que haya sido consecuencia directa de lo vivido la noche anterior, porque cualquiera puede cometer un error, pero evidentemente el ambiente no era agradable, no había quedado tranquilo. Tampoco creo que lo vivido en la reunión entrara directamente a la cancha, pero no es normal quedarse hasta las tres o cuatro de la mañana resolviendo cuestiones internas antes de un partido”.

      Y hay muchos temas más que aborda. La idolatría alcanzada en Inter: sus partidos benéficos todos los fines de año (Lance de Craque) y el honor de ser nombrado Embajador del Instituto de Cáncer y Ciudadano Ilustre de Porto Alegre. El oro olímpico. El regreso a River. Los aprendizajes, y también los roces, con Gallardo. La familia. Su mirada del fútbol. El cuidado para llegar en buen estado a los 40 años. Sus charlas ante auditorios repletos. Qué piensa hacer en el futuro.

      En familia. Con su mujer y sus hijos.En familia. Con su mujer y sus hijos.
      Con sus padres en el estadio de Argentinos Juniors. Andrés nació y creció en La Paternal.Con sus padres en el estadio de Argentinos Juniors. Andrés nació y creció en La Paternal.

      Sin filtros ni ambigüedades, con frontalidad y en un lenguaje llano y simple, D’Alessandro intenta dejar un mensaje, el que surge de lo que le tocó vivir y pone sobre la mesa diferentes problemáticas que atraviesan el ambiente del fútbol. Editado por Penguin Random House en Argentina, “Cabezón” se puede comprar en todas las librerías del país a 1.299 pesos y también la versión electrónica en las habituales plataformas digitales a 500 pesos.


      Sobre la firma

      Maximiliano Benozzi
      Maximiliano Benozzi

      mbenozzi@clarin.com

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