Con la dirigencia, hay furia; con el plantel, hay diálogo

Las personas pasan, la institución queda. Colón, rengo y todo, busca reinventarse víctima de un vaciamiento sin precedentes. El día posterior a la renuncia de Germán Lerche como presidente y de la no presentación del equipo frente a Atlético de Rafaela, los jugadores volvieron a entrenarse. Pero el día comenzó complicado. A la madrugada, en la casa de la madre de Lerche explotaron bombas de estruendo y pusieron custodia policial. Además, los frentes de las casas de varios directivos amanecieron pintados. También la de Iván Moreno y Fabianesi.

El tema, obviamente, fue el principal tratado en la reunión de Comité Ejecutivo de AFA. Según pudo saber Clarín, Julio Grondona les advirtió a los 27 dirigentes presentes (de Colón fue Rubén Moncagata, presidente en funciones): “Déjense de joder con las deudas y asuman sus responsabilidades”. Y avisó: “Hasta que no regularicen su situación, no hay más plata para nadie”. El Tribunal de Disciplina deberá decidir mañana si aplica el reglamento y le da por perdido el partido a Colón (más una quita de tres puntos) o si lo reprograma y le aplica sólo una sanción económica. Esta última opción es la que toma mayor fuerza.

Volviendo a Santa Fe, los experimentados del plantel salieron a hablar por los medios para explicar el por qué de la determinación. “Sergio Marchi (secretario del gremio de futbolistas) nos aseguró que el partido se reprogramaba”, dijo entre lágrimas Sebastián Prediger.

En algunos casos la deuda es de siete meses.

En otros, la cuestión se agrava: fueron intimados por empresas que no pueden cobrar los cheques que recibieron de jugadores de Colón. “ Fuimos estafados.

Queremos salir aclarar lo que estamos viviendo, sobre todo el desastre que nos causó la gente que manejó el club durante este tiempo”, reconoció Gerardo Alcoba.

Tras el entrenamiento, los jugadores hablaron con unos 80 hinchas. Hubo abrazos y reconocimientos. Tal vez así se reinvente Colón y, con otras decisiones dirigenciales, el clima encuentre la calma que hace meses no tiene.