Noticias hoy
    En vivo

      Un hombre viajero y agradecido al fútbol

      -¿Cuál fue el primer libro que leíste?

      -Una colección de Salvat, de color naranja. El primer número era El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Como mi padre faltó pronto, no había libros en casa. Tampoco en mi pueblo había una biblioteca, salvo la que existía en la escuela, donde no había más de 20 libros. Pero una lectura tira de otra y uno se va haciendo un patrimonio literario.

      -Te fuiste muy joven del país, ¿también influyó eso?

      - Fui de los primeros casos, con 19 años ya estaba en el Alavés. En el país vasco era el único argentino. Para esa soledad, en una ciudad fría, en las largas tardes en el hotel, la lectura era una muy buena compañía.

      -El apodo de ‘filósofo del fútbol’, ¿cuándo surgió?

      - Me lo puso un periodista español con el que estaba enfrentado. Empezó a llamarme poeta, catedrático, filósofo; era un modo de insultarme. Igualmente, ya cuando estaba en Zaragoza, como el periodismo necesita diversificar el paisaje, estaba definido como ‘el intelectual’. Hubo una entrevista en la revista Interviú, en la que en un ambiente muy decadente aparezco con smoking y un libro en la mano. Además, en esa época hablaba mucho de política, algo que no era habitual en un futbolista.

      - ¿Qué le debés al fútbol?

      - Muchas cosas, como conocer el mundo. Además, haber compartido mesa y mantel con Benedetti, García Márquez y Vázquez Montalbán, entre otros. La pelota fue como un vehículo que me llevó de un lugar a otro, pero también de un personaje a otro.


      Sobre la firma

      Oscar Barnade

      obarnade@clarin.com

      Bio completa

      Tags relacionados