Noticias hoy
    En vivo

      Goleada y punta con un juego lleno de esperanzas

      San Lorenzo combinó ambición, toque, presión y eficacia. Seguirá como líder exclusivo si hoy no gana Newell’s.

      Goleada y punta con un juego lleno de esperanzasCLAIMA20130929_0078 MARCELO CARROLL Imparables. Piatti sale a festejar el primero y lo busca a Verón, quien lo había dejado solo frente al gol después de una aceleración brutal que quebró a la defensa de Gimnasia. / MARCELO CARROLL
      Redacción Clarín

      Hay un fútbol que genera esperanzas.

      Es azulgrana, como esa camiseta que tanta admiración despierta del otro lado del Atlántico. Y no debería ser un exclusivo patrimonio de los habitantes del Nuevo Gasómetro, un auténtico teatro de los sueños . Es propiedad de todos aquellos que no se dejan obnubilar apenas por el resultado. De esos mismos hinchas que, sin distinción de colores, aspiran a un juego abundante desde la riqueza técnica, despojado de esas rigideces tácticas y esos mezquinos planteos tan cotidianos en nuestros campeonatos. No es Barcelona este San Lorenzo de Juan Antonio Pizzi, pero deslumbran Los Tocadores de Almagro. Y dejan claro, por encima de esta inapelable goleada ante Gimnasia, que es posible ser candidato y líder con una propuesta tan ofensiva como renovadora.

      Presiona al límite de exponer demasiado a Torrico, pero hace cinco fechas que no recibe goles. Tiene paciencia de ajedrecista para elegir la mejor opción para la primer jugada, sin ruborizarse por tener que jugar la pelota, cuantas veces sea necesario, con su arquero. Le saca lustre a la pelota desde los pies de Mercier, que si tuviera pelos en la cabeza, ninguno sería de zonzo. Elabora con el fino talento de Piatti, la vigencia de Romagnoli y la velocidad de Correa. Rompe líneas con Buffarini y Mas por los costados pero es profundo, especialmente, con Verón. Hasta Alvarado surge desde el fondo y llega al área rival con personalidad de crack.

      Sí, fue perfecto el partido de San Lorenzo, justo en su casa, donde tanto le costaba. Por esos treinta y cinco minutos iniciales a puro asedio, con la pelota imantada en los botines de sus jugadores, sin temor a ponerse colorados a la hora de rematar de media distancia. Probó Romagnoli, a colocar. La pelota se perdió a un centímetro del arco. Pateó Correa, forzado. Salvó Monetti. Hasta que el Pipi recibió un lateral de Mas y, de espaldas, metió un pase de primera que peinó Correa. Verón se corporizó en un Fórmula 1, aceleró a fondo entre dos marcadores y habilitó a Piatti, quien definió con el arco vacío.

      Fue por más San Lorenzo.

      Y Piatti sacudió el poste de Monetti, que alcanzó a pellizcar la pelota. Y Correa se perdió el segundo, dos veces. Gimnasia era un equipo oscuro, casi un retrato de esas nubes que presagiaban la tormenta. Se había preparado para bloquear a su ilustre oponente con dos líneas de cuatro y Mussis, el volante sombra , tapando a Ortigoza. Y aunque el pibe hizo bien su trabajo y anuló durante un buen rato al paraguayo, el resto fue imparable.

      Le quedó corto el resultado al primer tiempo. Entonces, Buffarini cambió de frente para Mas y apareció Alvarado, anticipando a Fernández, pisando el área, hamacando su cuerpo hacia la derecha, engañando a Blengio y resolviendo de zurda con la jerarquía propia de los elegidos. Y un ratito después, Correa habilitó a Piatti, quien picó la pelota ante la desesperada salida de Monetti y marcó el tercero.

      Troglio movía el banco, pero no encontraba respuestas. Ni en el colombiano Peralta ni en el gigante Rasic. Mereció un gol Correa, el Angel rosarino , pero el travesaño se lo negó. También, Verón. No hubiera sido un exceso otro grito de esas tribunas extasiadas por el juego de San Lorenzo, el que entusiasma a propios y extraños.