¡Más seguridad en la Superfinal que en la Champions!

El fútbol argentino recorre caminos peligrosos desde hace tiempo. Provoca miedo y más miedo porque a ese partido que juega contra la violencia lo pierde por goleada y no sabe cómo empezar a remontarlo. Se suman los ejemplos de deterioro. Ahora, ya, se impone una comparación que dispara tanto asombro como impotencia. Es que habrá más seguridad en la Superfinal de San Luis que en la final de Champions League en Lisboa.

Los números no mienten. El operativo para el River-San Lorenzo estará compuesto por 900 policías. El dispositivo para Real Madrid-Atlético de Madrid contará con 1.250 efectivos. La incongruencia se activa si se establecen proporciones. Los dos partidos se jugarán a estadio lleno. Con una diferencia: mientras en la Superfinal de San Luis ingresarán 20.000 personas, en el choque de Lisboa delirarán 60.000 espectadores. Con otro dato imprescindible: las autoridades portuguesas calculan que en el estadio Da Luz merodearán otros 60.000 españoles sin entradas...

Los números no cierran. Acá, 900 policías para 20.000 hinchas, en una final entre dos grandes que muy lejos está de romper el termómetro de la trascendencia por tratarse de una Copa improvisada, que se jugó sólo una vez y que en 2015 ya no se disputará. Allá, 1.250 hombres de seguridad para 60.000 fanáticos, en una cita futbolera de élite que atrapa al planeta. ¿Se exageran las prevenciones en este partido en la Argentina o se relativizan en Portugal? Ni una cosa ni la otra. Son apenas dos postales. Una pertenece a un lugar donde el fútbol es un drama permanente, sin solución a la vista. La otra ocurre en un sitio donde todavía hay espacio para creer en una fiesta.