El torneo con más goles olímpicos de la historia del fútbol argentino

En los días cercanos a un nuevo aniversario del primer gol olímpico anotado en el Río de la Plata, el lunes 2 de octubre se cumplieron 93 años, el duende de Cesáreo Onzari, el delantero de Huracán y de la Selección que logró la primera hazaña, anduvo haciendo travesuras por los arcos de la nueva Superliga. Fue el uruguayo Brahian Aleman, de Gimnasia La Plata y ante Olimpo, el que recordó es que posible acertar después de el tiro de esquina. Fue el domingo 24 de septiembre en Bahía Blanca; hacía casi tres años que no había un gol así en Primera División. El domingo pasado, en Avellaneda, dos jugadores de Independiente, ante Vélez, casi producen un hecho poco frecuente: goles olímpicos en dos fechas consecutivas. Gastón Silva, desde la derecha, estrelló el balón en el palo; luego, Ezequiel Barco pateó desde la izquierda y Aguerre evitó lo que hubiese sido un gol olímpico. Cada vez es más inusual un gol de este estilo. En los últimos 20 años, hubo apenas siete en la A. Un enorme contraste con el torneo en el que hubo más goles olímpicos en la historia: 8 en el Nacional de 1973. 

La International Board, el organismo legislativo del fútbol mundial, realizó una modificación clave el 14 de junio de 1924. Desde ese momento, el tiro de esquina, que era indirecto, pasó a ser directo. Por lo tanto, un gol logrado desde el córner pasaba a ser válido. La novedad se difundió de inmediato. Ricardo Vallarino, árbitro uruguayo, estaba al tanto cuando le tocó dirigir el clásico rioplatense, el 2 de octubre en la desaparecida cancha de Sportivo Barracas. Uruguay había ganado los Juegos Olímpicos de París y el choque internacional era parte de los festejos. A los 12 minutos del primer tiempo, Onzari ejecutó un tiro de esquina que superó al arquero Andrés Mazali. Hubo protestas de los uruguayos por una supuesta falta de Manuel Seoane a Mazali. Pero Vallarino convalidó la jugada. Argentina ganó 2-1 y desde entonces ese tipo de gol se denominada, por esta latitudes, "olímpico" porque fue anotado ante los campeones olímpicos.

En el Nacional de 1973 se jugaron 231 partidos y se marcaron 719 goles. Y fue el torneo con más goles olímpicos de la historia: ocho. En Rosario Central, campeón, jugaba Daniel Aricó, un puntero izquierdo que también actuó en Argentinos y Colón. Es el único futbolista que anotó cuatro goles olímpicos. En ese torneo hizo tres, a Belgrano, a Atlético Tucumán y a Chaco For Ever. Después, en 1975 y con la camiseta de Argentinos, le marcó a Newell's. Belgrano de Córdoba tenía otro especialista, Alberto Antonio De Sá, que anotó dos, a Boca y a Gimnasia. También sobresalieron Walter Durso (de Gimnasia a Independiente), Antonio Lezcano (de Antoniana a Newell's) y Rubén Bedogni (de Estudiantes a San Martín). 

Antonio García Ameijenda igualó dos años después el récord de Aricó al marcar tres goles olímpicos en un torneo. Fue en el Metropolitano de 1975, cuando jugaba en Estudiantes. Los marcó ante Huracán, Atlanta y Central. En tanto, el último jugador que logró marcar dos goles directos desde el córner en el fútbol de Primera fue Jorge Comas, Comitas. Los dos cuando ya jugaba en Boca, a Temperley y a Instituto.