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      Juegos Panamericanos: Ulises Saravia, el niño maravilla de la natación que ganó la plata y sueña con ser campeón olímpico

      • El marplatense de 17 años fue segundo en los 100 metros espalda.
      • Cuáles son los planes a futuro después de este resultado en Santiago 2023.

      Juegos Panamericanos: Ulises Saravia, el niño maravilla de la natación que ganó la plata y sueña con ser campeón olímpicoSaravia sumó su primera medalla panamericana. Foto @PrensaCOA

      Ulises Saravia camina despacio, como con paciencia, sin apuro. Viéndolo moverse por la zona mixta del Centro Acuático de Santiago 2023, en un día sin competencia para él, resulta difícil imaginarse que es uno de los nadadores más rápidos de los Juegos Panamericanos. Pero cuando se tira al agua, es pura velocidad. Lo demostró en la final de los 100 metros espalda, cuando, tras completar séptimo el primer tramo de pileta, marcó un parcial impresionante en el segundo, superó a cinco nadadores y se terminó adueñando de la medalla plateada, la única de ese color -y la más importante- que consiguió la natación argentina en la cita de la capital chilena.

      Ulises tiene -apenas- 17 años, que no puede esconder con su rostro de adolescente y un cuerpo alto y delgado, que todavía tiene mucho por crecer. Pero que parecen muchos más cuando empieza a hablar de cómo encara el alto rendimiento, de cómo prepara las carreras, de la enorme evolución que experimentó en algo más de un año y de sus objetivos y sueños para un futuro que pinta enorme. Con los pies en la tierra y mucha madurez, no duda en asegurar: "Quiero ser campeón olímpico algún día, pero hay que tener paciencia".

      Nacido en Mar del Plata en una familia amante del deporte -papá surfista amateur, mamá profesora de yoga y una abuela de casi 75 años "que anda en bicicleta todos los días"-, comenzó a nadar en la pileta de un club de barrio a los cinco años. Y a los once se sumó a pre-equipo de Once Unidos, en el que sigue entrenando, y lo picó el bichito de la competencia.

      "En mi primer club hice muchos amigos y me gustaba eso, la amistad del club. Pero cuando llegué a Once me di cuenta de que lo que me gustaba era la competencia, pelear para ser cada vez mejor. Eso quería hacer. Me gusta la adrenalina y la motivación que me genera la pre competencia. Y también la posibilidad de viajar, de conocer gente gracias a la natación. Me gusta ese tipo de vida", contó en charla con Clarín.

      Él siempre tuvo buena técnica, sobre todo en el estilo espalda, en el que mejor nada (aunque le gustan también el crol y el mariposa). Pero al principio le costaba darles pelea a sus rivales porque tenía una desventaja física.

      "Tuve un desarrollo físico tardío. Era muy chiquito y sabíamos que había que tener paciencia y esperar a crecer para lograr equiparar la fuerza con los rivales", explicó. "Ahora, aunque crecí un poco, todavía me falta y sigo teniendo una desventaja. En estos Panamericanos, por ejemplo, ¡hay rivales que son enormes! Yo sigo trabajando y siempre tratando de perfeccionar la calidad de los entrenamientos, de la recuperación y de la comida".

      El año pasado pudo dar un salto grande. Tras recuperarse de una fractura de muñeca que lo mantuvo afuera de la pileta varios meses en 2021, se sumó al seleccionado junior y consiguió sus primeras medallas internacionales. En los Juegos Sudamericanos de la Juventud de Rosario fue bronce en 100 espalda y en la posta 4x100 medley.

      En este 2023, su evolución se aceleró. En el Mundial Junior de Netanya, Israel, ganó el bronce en los 50 espalda y estableció un nuevo récord argentino absoluto en esa prueba, con los 24s95 que registró en semifinales. Mejoró los 25s16 que había establecido Federico Grabich en agosto de 2012. También estableció una nueva plusmarca nacional absoluta en las semis de los 100 espalda, en las que paró el reloj en 53s95, marca A para el Mundial de Doha 2024 y marca B para los Juegos Olímpicos de París. Y en Santiago, se llevó una plata que no estaba en las previsiones de muchos, pero que a él no lo sorprendió.

      "Era lo que soñaba, lo que esperaba realmente", aseguró. "El podio era el objetivo y lograr esta plata era muy importante para mi carrera. Estaba en los planes porque conocía a los rivales, los había investigado, revisado sus mejores tiempos y sabía que tenía la posibilidad de conseguir esta medalla".

      -¿Siempre estudiás a tus rivales?

      Sí, lo hago siempre antes de una competencia. Me sirve bastante para no llegar sin idea de lo que me espera en la carrera, está bueno saber a qué me voy a enfrentar.

      La natación es hoy el centro de la vida de Saravia. Para dedicarse de lleno a este deporte, dejó para más adelante esos dos años que le quedan pendientes para terminar el secundario. "Igual estoy practicando inglés, porque sirve mucho para conocer personas en todos los viajes, hablar con rivales y con buenos competidores", aclaró.

      Incluso el taekwondo, otro deporte que practicó desde muy chico -aunque nunca llegó a pelear, porque le daba miedo al principio-, es hoy una herramienta que lo ayuda a mejorar su rendimiento en el agua.

      A Saravia le gusta nadar croll y mariposa, pero su estilo preferido -y en el que mejor rinde- es la espalda. Foto AP Photo/Fernando VergaraA Saravia le gusta nadar croll y mariposa, pero su estilo preferido -y en el que mejor rinde- es la espalda. Foto AP Photo/Fernando Vergara

      "Me ayuda bastante para la patada", aseguró entre risas. "La verdad es que antes practicaba mucho más. Pero cada tanto sigo haciéndolo como un entrenamiento complementario al de natación".

      Además, tras colgarse la plata en Santiago, contó que planea mudarse a España después de los Panamericanos para perfeccionar su técnica y seguir creciendo.

      -Los resultados y las marcas que conseguiste este año generaron mucha expectativa. ¿Cómo manejás esa presión extra que suelen generarte en momentos como el que estás viviendo?

      Creo que donde más se puede llegar a generar esa presión es en el momento pre competitivo. Lo suelo hablar con mi papá y mis entrenadores, nunca fui al psicólogo. Aunque creo lo manejo bastante bien. Es un punto fuerte que tengo. Sé que tengo tengo que intentar que no se me pasen muchas cosas por la cabeza, porque si te ponés a pensar 'Tengo que nadar para alguien', 'Mi familia me está viendo' o 'Le debo esto a alguien', te volvés loco. En ese momento, escucho música, me motivo mucho y a buscar la carrera. Simplemente eso.

      "Creo que donde más presión hay es en el momento pre competitivo y lo manejo muy bien", afirmó Ulises. Foto @PrensaCOA"Creo que donde más presión hay es en el momento pre competitivo y lo manejo muy bien", afirmó Ulises. Foto @PrensaCOA

      -¿Y cómo mantenés la concentración durante la carrera?

      -En el agua, casi nunca pienso en nada. La carrera se practica mucho en los entrenamientos y al momento de competir, no pensás en nada, sale solo el movimiento. Quizás los últimos metros es una motivación y vas pensando en cada brazada 'Voy a ganar medalla, voy a ganar medalla...' (Risas). Y llego así a la pared, pero casi nunca pienso en nada.

      -Dijiste que querés ser campeón olímpico. ¿Es un objetivo que te planteás a largo plazo o sos de mirar más a un futuro cercano?

      -Para pensar en ese sueño hay que tener paciencia. Hoy estoy muy feliz con esta medalla. El próximo objetivo es volver a entrenar lo antes posible y llegar al Mundial de Doha de febrero nadando bastante rápido. Y aprovechar ese torneo como estos aproveché estos Panamericanos. Porque cada vez que compito en un evento de este nivel, después voy a otros y siento menos presión y menos nervios. Todas las competencias que pueda sumar en mi carrera me ayudan muchísimo.


      Sobre la firma

      Luciana Aranguiz

      Redactora de la sección Deportes laranguiz@clarin.com

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