Marcelo Bielsa vuelve a la Bombonera, el escenario de su primera vuelta olímpica con Newell's

Cinco mil ochocientos setenta y ocho días después de su última presentación oficial en el país, Marcelo Bielsa volverá a dirigir este jueves un partido oficial en Argentina, cuando Uruguay visite a los campeones del mundo por la quinta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de 2026. El compromiso será en la Bombonera, un escenario donde el rosarino vivió una de las mayores alegrías deportivas de su carrera y fue partícipe de una fiesta inolvidable para los futboleros.

Cuatro partidos oficiales dirigió Bielsa en el coliseo de Brandsen 805. Tres fueron hace más de tres décadas, cuando el entrenador estaba iniciando su carrera en Newell's. Después de haber trabajado en las Divisiones Inferiores y haber conducido a la Reserva, se había hecho cargo del equipo principal el 1 de julio de 1990, en reemplazo de José Yudica.

El 16 de junio de 1991, el conjunto rosarino, que había terminado primero en el Torneo Apertura 1990, cayó 1 a 0 como visitante frente a Boca en un duelo correspondiente a la 13ª fecha del Clausura 1991. Enrique Hrabina, de cabeza, marcó el único tanto del conjunto dirigido por el uruguayo Oscar Washington Tabárez, que marchaba primero y estaba invicto y a un paso de quedarse con el certamen que le daría el pasaje a la final por el título de la temporada.

“Quiero destacar la dignidad del equipo. No quiero hablar de merecimientos porque eso es algo muy trillado en el fútbol. Pero me parece que Newell's dominó más de lo que fue dominado y cumplió una actuación tan digna como Boca. Demostró que no es menos que ningún equipo y que por eso se ganó el derecho de jugar la final”, resaltó esa tarde el joven Bielsa, de 35 años.

Esa final, para la cual Newell's ya tenía su lugar asegurado, se disputó menos de un mes después. En la ida, el 6 de julio en Rosario, la Lepra ganó 1 a 0 con un tanto de Eduardo Berizzo. Tres días después, en La Boca, el local se impuso por el mismo marcador con un gol de Gerardo Reinoso. El título se definió por penales y la visita festejó gracias a Norberto Scoponi, quien detuvo los remates de Alfredo Graciani y Claudio Rodríguez (también falló Walter Pico).

“Ahora sí verdaderamente estoy disfrutando mucho porque haber obtenido el Apertura fue muy importante, pero no le di tanto valor como a éste. Todo el trabajo de un año está reflejado ahora”, celebró ese día Bielsa, quien resaltó “la limpieza del fútbol argentino y del árbitro (Francisco Lamolina), porque no en todas partes se puede dar la coronación de un club del Interior en la capital, con este marco excepcional que le dio la hinchada de Boca”.

Diez meses después, el Loco volvió a la Bombonera con un equipo que lideraba el Clausura 1992 (terminaría siendo campeón) y estaba disputando los cuartos de final de la Copa Libertadores (llegaría hasta la final y caería ante San Pablo). El 16 de mayo de 1992, Boca y Newell's empataron 1 a 1 con goles de Alberto Márcico para el local y el paraguayo Alfredo Mendoza para la visita.

Una vez terminada esa temporada, el entrenador nacido el 21 de julio de 1955 en la cuna de la bandera nacional partió a México para trabajar primero en Atlas y luego en América. Regresó al país para hacerse cargo de Vélez el 28 de agosto de 1997. Después de un primer certamen irregular y de rumores de conflictos con el plantel, el Fortín hizo una campaña brillante en el Clausura 1998 (14 victorias, cuatro empates y solo una derrota) y se quedó con el título.

Uno de los 14 triunfos en ese certamen fue en la Bombonera: el 28 de febrero, el equipo de Liniers se impuso 3 a 2 en un partidazo. La visita estuvo dos veces en ventaja, gracias a los goles de Lucas Castromán y Rodolfo Arruabarrena (en contra), pero Martín Palermo y Diego Latorre empardaron para el conjunto que dirigía Héctor Veira y que también contaba con Juan Román Riquelme, Claudio Caniggia y Guillermo Barros Schelotto, entre otros. A dos minutos del desenlace, un error de Oscar Córdoba y una infracción en el área de Néstor Fabbri (fue expulsado) sobre Martín Posse permitió que José Luis Chilavert, de penal, le diera la victoria a Vélez.

Después de una brevísima estadía en el Espanyol de Barcelona, Bielsa tomó el timón del seleccionado argentino, al que condujo durante poco más de seis años. En ese tiempo, dirigió 17 veces al equipo en duelos oficiales en territorio nacional, aunque nunca en la Bombonera: 14 encuentros fueron en el Monumental, uno en el José Amalfitani, uno en el Ciudad de La Plata y uno en el Mario Kempes de Córdoba, que entonces no llevaba el nombre del exdelantero campeón en el Mundial de 1978.

De todos modos, en ese tiempo estuvo una vez en uno de los bancos de suplentes del estadio xeneize: el 10 de noviembre de 2001 participó en la fiesta de despedida del fútbol de Diego Armando Maradona, en la que el seleccionado nacional enfrentó a un combinado de estrellas que capitaneó el "10" y que integraron, entre otros, el búlgaro Hristo Stoichkov, el croata Davor Suker y el colombiano Carlos Valderrama.

Esa tarde se vio una versión mucho más distendida que la habitual de Bielsa, quien sonrió, aplaudió al ritmo de la música que sonaba a través de los altoparlantes, se sumó a algún grito de aliento, abrazó cálidamente a Diego y recibió un agradecimiento especial del agasajado. También escuchó un repetido pedido de los hinchas de Boca: que incluyera a Riquelme en el seleccionado. Esa fue su última visita a la Bombonera.

Tras su desvinculación de la Asociación del Fútbol Argentino en septiembre de 2004 y un período sabático de tres años, el rosarino se hizo cargo del seleccionado chileno en agosto de 2007. Dos meses después, en su tercer partido con la Roja y en el primero por los puntos (había jugado dos amistosos ante Suiza y Austria), se presentó en Buenos Aires: su conjunto perdió 2 a 0 frente a Argentina en el Monumental el 13 de octubre por la primera fecha de la clasificación para el Mundial de Sudáfrica. Dos golazos de tiro libre de Riquelme sentenciaron el duelo.

En las tribunas del estadio de River hubo algunas banderas de apoyo, muchos aplausos y algunos silbidos cuando el DT fue nombrado por los altavoces. Antes del pitazo inicial del uruguayo Martín Vázquez, Javier Zanetti, Gabriel Heinze, Javier Mascherano, Carlos Tevez y Roberto Abbondanzieri (los futbolistas que más participación habían tenido en su ciclo y que continuaban en el plantel de Alfio Basile) lo saludaron cálidamente.

“Agradezco y valoro la recepción de la gente”, destacó en la conferencia de prensa posterior al duelo, en la que fue duro con la labor de su conjunto: “Fue una derrota justa. Al comienzo, el equipo se sintió mejor, pero luego se complicó. Nunca tuvimos posibilidades reales de cambiar el resultado, no pudimos nunca incomodar la circulación de Argentina. No fue una actuación para estar satisfecho”.

Esa fue la última visita a Buenos Aires de Bielsa como entrenador, aunque no el último partido contra Argentina. El 15 de octubre de 2008 en el Estadio Nacional de Santiago, la Roja se tomó revancha y triunfó 1 a 0 con un gol de Fabián Orellana. La flojísima actuación marcó el final del ciclo de Basile en la Selección.

Tres lustros después y ahora al mando del combinado uruguayo, el técnico que guió al Sub 23 al oro olímpico en Atenas 2004 volverá a enfrentar a un seleccionado argentino. A solo unos metros de él, en el banco local de la Bombonera, habrá otro hombre formado en Newell's: Lionel Scaloni, quien el miércoles, en la conferencia de prensa que brindó en Ezeiza, fue consultado sobre su vínculo con Bielsa.

“Para los que hemos salido de Newell's, él es una referencia. Todos los que hemos pasado por sus manos estamos marcados por él. Es una alegría y una satisfacción poder enfrentarlo y saludarlo”, sostuvo el hombre nacido en Pujato sobre el DT que lo hizo debutar en el seleccionado argentino. Fue el 30 de abril de 2003, en una victoria por 3 a 1 sobre Libia, en un amistoso disputado en el estadio 11 de Junio de Trípoli.