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      Misterio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: un levantador de pesas desapareció y es buscado por la policía

      Las autoridades de la ciudad informaron a la policía de la ausencia del ugandés Julius Ssekitoleko, de 20 años, que no se presentó para efectuar un test diario anticovid. Recrudecen las protestas en medio del alza de la tasa de contagios.

      Misterio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: un levantador de pesas desapareció y es buscado por la policíaJulius Ssekitoleko, el levantador de pesas ugandés que está desaparecido en Japón.
      Redacción Clarín

      A menos de una semana del comienzo de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, una noticia conmueve a la comunidad deportiva. Un atleta olímpico de Uganda fue declarado desparecido tras constatarse que no se encontraba en el hotel de la ciudad japonesa de Izumisano, que alberga a la delegación ugandesa, anunció un portavoz de la alcaldía de esta ciudad cercana a Osaka.

      Poco después del mediodía del viernes, las autoridades de la ciudad informaron a la policía de la ausencia del levantador de pesas Julius Ssekitoleko, de 20 años, que no se presentó para efectuar un test diario anticovid.

      El atleta fue visto por última vez por sus compatriotas poco antes de la medianoche del viernes, precisaron las autoridades locales, que advirtieron de la desaparición a la policía.

      Según un medio ugandés, el Daily Monitor, Ssekitoleko estaba inscripto en una lista de espera para los Juegos, pero recientemente perdió toda esperanza de participar como consecuencia de las cuotas olímpicas, por lo que debía regresar a su país en los próximos días.

      Ssekitoleko formó parte del primer grupo de nueve deportistas, entrenadores y directivos ugandeses que llegaron a Japón a mediados de junio y en el que dos personas, que no eran atletas, dieron positivo al covid poco después. Todo el grupo fue puesto en cuarentena inmediatamente.

      Las autoridades japonesas previeron drásticas restricciones para todos los participantes de los Juegos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto) en momentos en los que la crisis sanitaria se agrava en el país.

      Los deportistas son sometidos a diario a test y sus desplazamientos están limitados a sus lugares de alojamiento, sus centros de entrenamiento y las instalaciones de competición. Casi todas las pruebas se disputarán a puertas cerradas, según decidieron los organizadores la semana pasada.

      Protestas en Tokio

      Protestas contra los Juegos Olímpicos en Tokio. Foto: APProtestas contra los Juegos Olímpicos en Tokio. Foto: AP

      El nuevo repunte de contagios de covid-19 en Tokio revivió la inquietud sobre los Juegos Olímpicos cuando resta sólo una semana para la cita deportiva, que también sigue generando descontento y protestas entre la ciudadanía nipona.

      La región capitalina registró este viernes 1.271 nuevos contagios, lo que supone el tercer día consecutivo por encima del millar de infecciones y después de que en la víspera se rebasaran los 1.300 casos, la mayor cifra en seis meses.

      El auge de las infecciones tiene lugar cuando se aproxima la inauguración de los Juegos de Tokio, prevista para el día 23, y en medio de un ambiente de rechazo popular hacia el evento, que se teme que pueda convertirse en un foco de contagios por la llegada de decenas de miles de participantes extranjeros.

      Los contagios están al alza en la metrópolis tokiota pese a que el pasado lunes entró en vigor un nuevo estado de emergencia sanitaria en la región, una medida que conlleva sobre todo el recorte de horarios para bares y restaurantes, y la prohibición de que vendan bebidas alcohólicas.

      Las protestas se repartieron entre distintos puntos de Tokio. Foto: APLas protestas se repartieron entre distintos puntos de Tokio. Foto: AP

      Estas restricciones no se aplican de forma estricta en la capital -son numerosos los negocios que se las saltan- y no han bastado para frenar el avance del virus en una región donde la mayoría de nuevos contagios afectan a persones menores de cuarenta años.

      La vacunación, además, avanza con lentitud, con un 20 % de la población inoculada con la pauta completa. Y con el 54 % de los mayores de 65 años inmunizados, el Gobierno está lejos de alcanzar su meta de tener plenamente vacunado a este colectivo para el inicio de los Juegos.

      El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, volvió a afirmar este viernes que el Gobierno "tomará medidas firmes para frenar los contagios y proteger las vidas de los ciudadanos", y reiteró su compromiso de "celebrar unos Juegos seguros".

      Suga recordó que los Juegos se desarrollarán entre restricciones sin precedentes, que incluyen realizar varios test a la llegada a Japón de todos los participantes extranjeros, la férrea restricción de sus movimientos en el país y una estrecha vigilancia de los mismos.

      También está generando descontento entre los ciudadanos la visita a Japón del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quien acudió este viernes a la ciudad de Hiroshima con la intención de dar inicio a la tregua olímpica que aboga por la paz mundial durante la celebración de los Juegos.

      Thomas Bach y una ofrenda de flores en el Peace Memorial Park de Hiroshima. Foto: EFEThomas Bach y una ofrenda de flores en el Peace Memorial Park de Hiroshima. Foto: EFE

      Bach, que protagonizó una sucesión de declaraciones desafortunadas desde su llegada a Japón la semana pasada, tampoco ha sido bien recibido en Hiroshima, sobre todo entre los supervivientes de la bomba atómica lanzada sobre esa ciudad al final de la II Guerra Mundial.

      Un grupo de ciudadanos contrarios a la visita del máximo representante del COI ha logrado reunir hasta este viernes unas 70.000 firmas a través de una petición online que señala que la celebración de los Juegos en plena pandemia será un "desprecio para la salud y la vida de las personas" y no "un festival de paz".

      Otro colectivo ciudadano presentó una queja a las autoridades de la ciudad y al gobierno prefectural mostrando oposición a esta visita, argumentando que el COI se aprovecha de los esfuerzos de Hiroshima para promover la paz mundial y se "deshonra" a los supervivientes del primer ataque nuclear de la historia.

      Fuentes: AFP y EFE