Polémica en el Turismo Carretera por la frase de Agustín Canapino: “Es una vergüenza lo que hicieron con el Toyota”

Una carrera más dentro del calendario del Turismo Carretera. Pocas emociones en la vanguardia del remozado autódromo de Termas de Río Hondo, con el dominio del balcarceño Santiago Mangoni que buscaba su segunda victoria en la categoría, objetivo que logró si mayores inconvenientes.

De repente, el ambiente automovilístico sólo habló de un puñado de palabras que se dispararon a través de la comunicación entre Agustín Canapino y el equipo JP, mientras disputaba el puesto con Matías Rossi. El duelo era toda una novedad, ya que a las dos victorias consecutivas que había logrado el piloto de Chevrolet, ahora se asomaba en los puestos de adelante Matías Rossi, su gran rival en la pista, con el tan mentado y controvertido Toyota Camry, que transita su temporada debut en la tradicional categoría.

"Si yo tuviera ese auto ¿Sabes qué?, qué vergüenza, es una vergüenza lo que hicieron con el Toyota, viene jugando, se viene divirtiendo”, le manifestó Canapino a su equipo en comunicación por radio.

A partir de allí, las idas y venidas en función de las apreciaciones del piloto de Chevrolet, en alusión al rendimiento del flamante Toyota Camry, que tanto ruido provocó con su ingreso como la quinta marca y que tanto rechazo originó en la mayoría de los simpatizantes del TC.

El comentario, que se escuchó a través de la transmisión televisiva, inmediatamente se hizo eco en el ambiente teceísta. La competencia quedó en un segundo plano y los comentarios se centraban en las palabras del arrecifeño.

Tras la carrera, los micrófonos apuntaron a Canapino. “¿Se hizo público?”, fue el cuestionamiento que realizó el piloto, al “sorprenderse” por haberse conocido su apreciación sobre el auto de su histórico rival.

En principio, el comentario de Canapino era privado, o al parecer pretendió ser sólo para sus compañeros en el equipo JP, con el que mantiene un gran año. De hecho, Mangoni, el que terminaba de ganar la carrera, es también piloto de la estructura que dirige Gustavo Lema, que además supo ser dirigente de Independiente.

Tampoco se hizo esperar la respuesta de Rossi, que argumentó que es “natural” que un auto sin lastre funcione mejor que otro “pesado”, como el Chevrolet del arrecifeño luego de sus sendas victorias. Y fue más allá. Con ironía, se remitió a las épocas en las que ambos pilotos corrían con la misma marca en el TC, Chevrolet, en las que hay una amplia superioridad en su favor en la comparativa entre ambos.

¿Qué se esconde detrás de la frase de Canapino?

Más allá de rivalidades, en un análisis semántico del pronunciamiento que dio origen a la gran controversia, hay un actor fundamental, que parece quedar inadvertido, pero, en definitiva, sería el principal acusado en la apreciación de Canapino: la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC).

“Es una vergüenza lo que hicieron con el Toyota”. ¿Quiénes hicieron? ¿Los que habilitaron al nuevo modelo? ¿Los que avalan el reglamento? Es interesante el concepto, ya que nadie se refiere de esa forma al trabajo que pueda realizar los integrantes de un equipo, como este caso el responsable del Camry de Rossi. De hecho, la gente de Jakos logró ubicar al nuevo vehículo en el podio en apenas cinco fechas, con el tercer puesto de Rossi en Termas de Río Hondo.

La protesta de Canapino es llamativa. Un piloto de la talla del arrecifeño, que no sólo es muy inteligente para conducir un vehículo a altas velocidades, sino que lo es más aún en las declaraciones, ¿puede creer que un comentario en plena carrera hacia su equipo no puede hacerse público?

El que no quiere que le escuchen sus comentarios, espera a la bandera a cuadros, se baja del auto y en la intimidad del box dice todo lo que no quiere expresar públicamente. Las radios están a disposición de la transmisión televisiva, que define si la saca al aire o no.

¿Hubo un error en la transmisión oficial en dar a conocer la palabra de Canapino en plena competencia? ¿Generó algún malestar esa situación que la generó exclusivamente la transmisión oficial, que responde a los intereses de la ACTC?

Lo cierto es que lo que expresó Canapino se escuchó a viva voz. Y la queja del piloto de Chevrolet pareciera apuntar más allá del Toyota Camry de Rossi. Es la propia ACTC la encargada de otorgar licencias a las marcas en la preciada, o al menos promocionada, búsqueda de la paridad.

Cuál es la polémica con el Toyota Camry

En el caso del Toyota, que ingresó de manera sorpresiva y al parecer sin una planificación por parte de la categoría, hay un reglamento técnico abierto debido a que el Camry realizó las pruebas luego de aquel anuncio de su ingreso, por lo que los tiempos conspiran para dar definiciones sobre su posición respecto de los demás automóviles.

En su momento, el Toyota Camry generó una gran polémica. Las cuatro marcas tradicionales (Ford Falcon, Chevrolet, Dodge y Torino) obedecen a una tradición que excede la lógica de la industria nacional, exponiéndose formatos de modelos que no se fabrican desde hace casi cuatro décadas. Y ahora aparece un vehículo “moderno” frente a los antiguos vehículos, al menos en su silueta.

Los pilotos de elite saben muy bien que en un campeonato como el del Turismo Carretera, que con la Copa de Oro sólo importa el gran rendimiento en las fechas finales de la temporada (en la que se define el título), cada detalle es fundamental para llegar en óptimas condiciones a esa instancia.

Y en el caso del Toyota, si se abre el debate en la previa a la Copa de Oro, podría limitarse algún detalle técnico a través del reglamento abierto, y así condicionar a un rival fundamental.

Los pilotos son muy inteligentes arriba del auto. Y por lo visto, no sólo en la conducción. Preparan terrenos, generan climas y tratan de imponer condiciones. De hecho, en las últimas horas la Comisión Asesora y Fiscalizadora (CAF) de la ACTC citó a declarar a Agustín Canapino. En el ambiente se habla de la “mordaza” que tradicionalmente se utilizó en la categoría para controlar la palabra de los pilotos. Más allá de la polémica de una radio que sugestivamente se “escapó”, detrás del ruido cada uno juega su juego. Siempre mirando más allá de lo que permite ver el parabrisas.