Las 10 claves de Usain Bolt, el atleta que ya dejó su legado

Usain Bolt perdió su última carrera de 100 metros. O, mejor dicho, el estadounidense Justin Gatlin paralizó al mundo con su victoria sobre el jamaiquino quien, además, debió conformarse con el tercer lugar y la medalla de bronce en su último Mundial. Pero el legado de Bolt quedará por siempre. Y para siempre. Porque...

1 Es el más grande de la historia. Siempre se consideró a dos fondistas (Paavo Nurmi y Emil Zatopek) y a dos velocistas-saltarines (Jesse Owens y Carl Lewis) como los más grandes atletas del historia. Pero Usain St. Leo Bolt superó a los cuatro. Dada su vigencia, su cantidad y calidad de triunfos es el más grande de todos. Y él siempre se mostró consciente de ese rol. Dijo alguna vez: "Me encantaría que me reconocieran como uno de los grandes deportistas de la historia, como Ali, Jordan o Pelé". Se lo ganó con creces ese reconocimiento.

2 Fue un prodigio juvenil. Las condiciones naturales de Bolt se advirtieron muy pronto, en esa inagotable cantera de velocistas que es Jamaica. En 2002, a punto de cumplir 16 años, ganó los 200 metros del Mundial junior realizado en Kingston. “Aquella vez, al entrar al estadio y escuchar el grito de la gente coreando mi nombre, comprendí que mi futuro era el atletismo”, contó. Un año más tarde, en Sherbrooke, participó en el Mundial Sub 18 y ganó fácilmente. Durante el Campeonato Panamericano junior batió el record mundial Sub 20 con 20s13, tiempo que mejoró en la temporada siguiente con 19s93. Fue el primer junior en la historia por debajo de los 20 segundos en los dos hectómetros.

3 Tuvo a un maestro. El fenómeno Bolt en cuánto a sus virtudes técnicas, su progreso y su fiereza competitiva no podría explicarse sin el nombre de su entrenador. Glen Mills, uno de los grandes técnicos del atletismo mundial, fue el hombre que guió sus pasos. El había dirigido al equipo nacional de Jamaica durante más de dos décadas hasta que en 2009 se concentró exclusivamente en sus atletas del club Racers Track. Bolt era su emblema. “Es una persona de pocas palabras. Pero precisas. También es una figura paterna, un amigo, un mentor”, lo definió el velocista Dwan Chambers. Mills trabajó sobre el físico y su mentalidad hasta convertirlo en un super campeón. "De vez en cuando en la historia aparece un Mozart, un Einstein, un Picasso... O un Usain Bolt", expresó alguna vez.

4 Es el rey de los Juegos Olímpicos... Hasta los tiempos de Carl Lewis se consideraba casi un imposible que un velocista ganara los 100 metros en los Juegos Olímpicos más de una vez. Los expertos apuntaban a que un sprinter alcanzara su máximo potencial una sóla vez y luego declinara. El profesionalismo, el avance tecnológico y los nuevos sistemas de entrenamiento dejaron atrás aquellas teorías. Lewis, tras ganar los 100 metros en los Juegos de Los Angeles 1984 reuvo la corona de la “prueba reina” en Seúl 1988. Pero Bolt arrasó con todo y se llevó los 100 metros de Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 (además en los tres Juegos se impuso también en los 200 y en la posta 4x100 metros aunque el oro de Beijing le fue quitado por el positivo de su compañero Nesta Carter.

5 Y es el rey de los Mundiales. No hay dudas de que es el número 1 en el historial mundialista, más allá de lo que acaba de suceder en Londres. Bolt debutó con su final en los 200 metros de Helsinki 2005 y dos años más tarde, en Osaka, escoltó a Tyson Gay en esa distancia y medalla de plata en la posta. Desde entonces, apenas no ganó dos pruebas en Mundiales. La primera fue la recordada final de los 100 metros en Daegu 2011 cuando lo descalificaron por la salida en falso y abrió paso a la consagración de Yohan Blake. La segunda... El estrellato exclusivo le corresponde a Bolt desde aquel mágico verano de 2009 en Berlin cuando arrasó con los records mundiales (aún vigentes) de 9s58 en 100 metros y 19s19 en 200. En Daegu compensó aquella frustración con los triunfos en 200 metros y la posta. Finalmente, el triplete (100, 200 y posta) los consiguió en Moscú 2013 y Beijing 2015.

6 Nació en Jamaica, una tierra de fenómenos. La isla caribeña “produce” atletas de primera línea desde hace varias décadas. Habitualmente en pruebas de velocidad o de mediofondo corto, aunque últimamente también surgen vallistas y lanzadores. El primer jamaiquino de renombre fue Arthur Wint, campeón olímpico de 400 metros y subcampeón de 800 en los Juegos de Londres 1948. Nombres como los de Lennox Miller, Donald Quarrie y Merlene Ottey llegaron después a los primeros planos. La generación reciente es más exitosa y reconocida y está integrada por Asafa Powell, Yohan Blake, Veronica Campbell, Merlene Frzer y Elaine Thompson, entre otros. Por encima de todos ellos, claro: Bolt.

7 Es el dueño de las supermarcas. Bolt ofrece espectáculos incomparables en la pista por sus cualidades técnicas y físicas, por su entrega y su personalidad. Pero, además, colocó al atletismo mundial en una nueva dimensión. En una época en la que los records cotizan en alza, llevó la velocidad a un nivel que resultará difícil de repetir por mucho tiempo tanto en 100 como en 200 metros. El no se dedicó a fondo a los 100 metros hasta que a principios de 2008 sorprendió con un record mundial de 9s72 en Nueva York. La marca la mejoró a 9s69 en la final olímpica de Beijing y llegó a los extraordinarios 9s58 del Mundial de Berlin el 16 de agosto de 2009. Bolt se retira con las tres mejores marcas de la historia (9s58, 9s63 en la final olímpica de Londres y los citados 9s69, registro que sí consiguieron luego Tyson Gay y Yohan Blake). En 2008 se apoderó del record mundial –fue de Michael Johnson desde 1996 con 19s32- al ganar la final olímpica de Beijing con 19s30. Y un año más tarde, en Berlin, lo llevó al registro todavía hoy vigente de 19s19. De las diez mejores marcas de la historia en esa distancia, Bolt posee cinco. Y a los records mundiales individuales citados hay que agregarles los tres que consiguió con la posta 4x100 de Jamaica: 37s10 en los Juegos de Beijing, 37s04 en el Mundial de Daegu y 36s84 en los Juegos de Londres.

8 Preparó la despedida para el momento justo. En diciembre, durante el lanzamiento de su documental “I’m Bolt” (Soy Bolt), confirmó que el Mundial de Londres marcará su despedida de las competencias. Y comentó: “Cada vez se me hace más duro, ya tengo 30 años y estoy cansado. La gente me mira y piensa que es fácil. Pero realmente no lo es. Y todo lo que ambicionaba ya lo tengo. Entrenar y competir ya no me resulta tan divertido como antes”.

9 Es el millonario Bolt. Viene de una familia humilde. Su padre (Wellesley) cultivaba café y su madre (Jennifer) era modista. Ambos siguen viviendo en la misma casa de siempre. El cuida mucho la imagen de sus padres y disfruta de ingresos que jamás había soñado. La lista Forbes de los deportistas mejor pagos del mundo en 2016 lo ubicó 32° con 34.200.000 dólares. Esa suma puede ser baja en relación a los deportes super profesionales, pero los premios oficiales del atletismo son ínfimos respecto a aquellos. De todos modos las ganancias de Bolt están diez veces por arriba de su seguidor en el atletismo (el fondista Mo Farah, con 3 millones de dólares). Gran parte de aquella ganancia –unos 10 millones- proviene de su contrato anual con Puma, firma que lo tiene como deportista emblemático y con la que seguirá ligado hasta 2025, mucho después de su retiro. También Bolt es imagen de Gatorade, Virgin, Nissan, Nippon Airways, Optus y Champion shave. Y tiene inversiones en bienes raíces, en su propio restoran y en una marca de vodka.

10 Cumplió la tarea. En las últimas temporadas y, sobre todo, por las lesiones en la espalda, le costó más entrar en ritmo de competencia. Y las carreras se fueron espaciando. Los Juegos de Rio de Janeiro fueron una elocuente demostración de su poder aún en el declive de su trayectoria frente a la generación nueva que parece tener en el canadiense Andre de Grasse (ausente del Mundial por lesión) a su principal exponente. De cualquier modo el legado de Bolt parece intocable por un tiempo largo en cuánto a expresión de marcas y espectáculo. El deporte ya lo empezó a extrañar.