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      Mundial de voley: La fórmula que encontró Facundo Conte en China para volver a disfrutar

      Después de un año sabático, vuelve a la Selección y jugará el Mundial de vóleibol en septiembre. 

      Mundial de voley: La fórmula que encontró Facundo Conte en China para volver a disfrutarOtra vez con la indumentaria de la Selección argentina, Facundo Conte posa para Clarín. Foto: Fotoreporter

      Dos años en China hicieron falta para que Facundo Conte pudiera sacarse de encima una mochila muy pesada. La frustración de ser eliminado por Brasil en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro lo demolió hasta llegar derruido al gigante asiático. Pero hoy, luego de un año sabático alejado de la Selección en el que aprovechó a bajar un cambio, volvió a adueñarse de "su" camiseta albiceleste con el "7" en la espalda. Y se encamina a jugar su tercer Mundial de vóleibol.

      "Necesitaba tiempo para mí. Para reencontrarme. Sacarme un tiempo la camiseta de la Selección y del club y poder andar de civil. Y me hizo muy bien", explica mientras sus manos van de un lado hacia el otro y en más de una oportunidad las lleva a su pecho y las vuelve a abrir, como buscando expulsar algo de su interior.

      Las presiones, el peso de su apellido y la autoexigencia lo llevaron a tomar medidas drásticas. "Poder vivir como Facundo y no como Facundo Conte fue muy lindo", le dice a Clarín el jugador de 29 años que fue bicampeón de la Liga china con el Shanghai Golden Age. 

      "Necesitaba tiempo para mí. Para reencontrarme", le contó Facundo Conte a Clarín."Necesitaba tiempo para mí. Para reencontrarme", le contó Facundo Conte a Clarín.

      En su aventura china encontró otra cultura, otro idioma, otra vida. "Estaba aislado porque el régimen chino es sumamente cerrado y es difícil comunicarse con las redes sociales bloqueadas, con Internet restringido y con WhatsApp que no funciona. Fue muy difícil, pero creo que por alguna razón me puse en ese lugar, lejos de todo. La experiencia fue increíble", relata el receptor-punta.

      "A nivel personal, fue un año sumamente importante de reconocimiento, de introspección. Tuve que invertir ese tiempo y esa soledad en mí. Iba a yoga, aprendí Tai Chi, hice cursos de meditación... Encontré las ganas, la motivación y la energía que necesitaba", reafirma en la charla con Clarín.

      Conte llegó a Shanghai después de recibir un mazazo en los Juegos Olímpicos. “Lo que pasó en Río fue un golpe sumamente duro porque el sueño parecía real. Después fui arrastrándome a China y me costó muchísimo levantarme. Por eso la idea de tomarme un año sin jugar en la Selección era para bajar los decibles a nivel deportivo”, sentencia.

      Esa ausencia con la camiseta nacional le sirvió también para fortalecer vínculos con sus seres queridos. Por eso cuando habla de los beneficios de esa decisión, no le cuesta encontrar el primer punto favorable. “Principalmente pude disfrutar de las relaciones humanas y compartir tiempo con mi familia y amigos”, dice sobre algo tan cotidiano que hasta parece raro escuchar.

      “Lo que pasó en Río fue un golpe sumamente duro porque el sueño parecía real", relató Conte en diálogo con Clarín. (EFE/MARIO RUIZ)“Lo que pasó en Río fue un golpe sumamente duro porque el sueño parecía real", relató Conte en diálogo con Clarín. (EFE/MARIO RUIZ)

      Es que así se divide un año en la vida de un jugador de vóleibol de elite: jugar 8 meses en un país, regresar a la Argentina y disfrutar de dos semanas libres antes de empezar a entrenar y viajar con la Selección, volver, otros 15 días para descansar, abrazar a familiares y amigos y subirse a un avión para retomar la rutina en algún club extranjero durante otros ocho meses.

      "A veces los objetivos deportivos y la edad hacen también que todo lo demás pierda un poco de importancia, pero después de 14 años de carrera, empezaba a sentirme solo. Y sin el amor que recibo y que puedo dar a mis seres queridos, no podría tener la energía para hacer lo que hago”, afirma el hombre que jugó en Italia, Rusia, Polonia y China.

      Su próximo destino, después del Mundial, será Brasil. “Puedo elegir dónde jugar y no es suerte, porque trabajé para eso. Estoy muy contento que se haya dado de esta manera. Siento que Brasil es lo que necesito en esta etapa de mi vida”, comenta el flamante jugador del Funvic Taubaté. Allí será dirigido por Daniel Castellani y se reencontrará con Nicolás Uriarte. "Es uno de mis mejores amigos y el mejor armador con el que he jugado”, lo describe.

      Estar cerca de sus afectos fue un argumento de peso para elegir su nuevo club. “China fue la preparación para que pueda atesorar y disfrutar de esto, que es la antítesis absoluta. El brasileño es parecido al argentino y estar cerca de casa es fundamental. Las últimas Fiestas que pasé con mi familia en Argentina fue en 2006”, recordó.

      Cuatro años después, disputó su primer Mundial en Italia. Y la aparición del “heredero” del gran Hugo Conte disparó inmediatamente las expectativas. Hasta el propio Facundo se ponía en aquel momento la vara muy alta asegurando que tenía dos objetivos: ser el mejor del mundo y ser campeón con Argentina.

      “Ser el mejor del mundo era tal vez algo que se esperaba de mí y no me hacía bien. Hoy lo único que quiero es ganar”, dice convencido. Y culmina con una reflexión: “Ser el mejor no significa ganar y ganar no significa ser el mejor. A veces jugué muy bien y perdimos y otras jugué mal y ganamos. Y al final lo que queda es la victoria o la derrota”.


      Un sueño Mundial

      Facundo Conte ya dio vuelta la página. "Lo de Río está superado", reconoce el punta, que se prepara para disputar su tercer Mundial. Atrás quedaron las dudas que provocó esa crónica lesión en su hombro derecho, que le hizo perder gran parte de la preparación y abrió un signo de pregunta sobre su presencia en la lista final.

      El grito desaforado de Facundo Conte en el partido que Argentina perdió con Brasil por los cuartos de final de Río 2016.
Foto: ReutersEl grito desaforado de Facundo Conte en el partido que Argentina perdió con Brasil por los cuartos de final de Río 2016. Foto: Reuters

      El misterio se resolvió recién la semana pasada, cuando Julio Velasco oficializó la nómina de convocados, donde se destaca el nombre del flamante refuerzo del Taubaté brasileño, que no quiere referirse a la salida del entrenador ("Prefiero hablar del Mundial y del equipo").

      "Estoy muy bien y contento con la recuperación. Hice todo lo que tenía que hacer y ahora estoy ansioso por empezar a jugar. Los tres amistosos ante Estados Unidos sirvieron para sacarse el polvo de encima", dice con alivio después de ver un negro panorama.

      La eliminación en cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 fue un golpe muy duro, pero Conte prefiere mirar para adelante: "Los argentinos tuvimos por suerte dos años muy buenos en nuestros clubes. Ahora vamos a jugar otra competencia importante. Lo de Río está superado. Estamos con mucha energía".

      La vista ahora está puesta en mejorar el noveno puesto en el Mundial de Italia 2010 y la undécima colocación de Polonia 2014. "Estamos en un segundo pelotón, pero el Mundial hay que jugarlo y todo puede pasar", explica uno de los referentes del plantel que será dirigido por última vez por Velasco. 

      Por eso inmediatamente deriva la charla a lo que puede ocurrir en la competencia que se celebrará conjuntamente en Italia y en Bulgaria entre el 10 y el 30 de septiembre. "Nadie juega para ser segundo, quinto u octavo. Todos jugamos para ser campeones y el equipo está muy bien. Las esperanzas estarán hasta que caiga la última bola", afirma.

      “El objetivo de ser campeón del mundo no cambió y nunca va a cambiar”, explica. Sin embargo, es consciente que hoy Argentina no está entre los candidatos para quedarse con el Mundial.

      “Queremos ganar y vamos a intentarlo como siempre lo hicimos, aunque la realidad es que debemos tener un momento excelente para que eso suceda. Deseamos estar allá arriba, pero tenemos que saber dónde estamos ahora para seguir mejorando y llegar en forma al Mundial”, se envalentona Facundo.

      Y culmina con una promesa: "Sabemos lo que significa jugar un Mundial, el torneo más importante después de los Juegos Olímpicos. Hay que dejar todo para que cuando termine el torneo sintamos que estamos vacíos".


      Sobre la firma

      Federico Brusotti

      Mendoza. Corresponsalía mendoza@clarin.com

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