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      Sergio Hernández, con Clarín: “No somos candidatos al oro en Tokio 2020, pero nadie nos quita la ilusión”

      El entrenador de la Selección masculina de básquetbol explica en qué se parecen la Generación Dorada y esta camada que se forjó a su sombra, fue subcampeona mundial y va por más a los Juegos Olímpicos.

      Sergio Hernández, con Clarín: "No somos candidatos al oro en Tokio 2020, pero nadie nos quita la ilusión"Sergio Hernández, en una cortada de Núñez, posa durante la entrevista con Clarín. Foto Juano Tesone

      Sergio Hernández es un privilegiado. Dirigió a la Generación Dorada, el mejor equipo de la historia del deporte argentino, y condujo una transición hacia lo desconocido, que desembocó en lo inesperado: el subcampeonato mundial en China 2019 con una camada de jóvenes atrevidos. Aunque no sólo Luis Scola es el común denominador entre ambos procesos, sino que el entrenador tiene claro las similitudes entre aquellos amigos ganadores y estos amigos que siguen por su senda e irán al nuevo desafío: Tokio 2020.

      “Lo que une a ambos equipos en lo humano es que les encanta convivir. Están esperando este momento. La pasan súper bien. Parecería algo normal y no es tan normal, porque podrían pensar: ‘Uf, tengo que ir a la Selección’. Acá vale realmente eso del ‘viaje de egresados’ de todos los años -asegura Oveja-. Son tipos que vienen de 80 partidos con sus equipos, siempre bajo presión, y aun así vienen, están felices y se divierten”.

      -¿Qué te asombra del grupo?

      -Respeto la parte social del jugador porque confío mucho en cualquier persona de bien. No estoy atrás del jugador cuando termina el día. Me gusta que vaya al cine si quiere. Después no van, je. Les digo: “Esta noche tienen libre. Pueden ir a comer afuera”. No hubo una sola vez que hayan ido tres a un restorán y cuatro a otro. Van siempre juntos. “Para eso comemos en el hotel”, les digo. “A nosotros nos gusta estar juntos”, me contestan. Puede que en Las Vegas me pregunten: “¿Podemos tener dos horas libres para ir todos a ver al Cirque du Soleil”. Y van todos. Lo mismo pasaba con la Generación Dorada o la anterior. Tienen esa similitud y claro que influye mucho en el campo. En el Mundial pasado estuvimos muy por arriba de nuestro potencial. Es raro y esto tuvo mucho que ver.

      -¿A qué lo atribuís? ¿A la idiosincracia? ¿Hablás con otros entrenadores a ver si les pasa?

      -No, no es tan normal. Posiblemente sea nuestra idiosincracia, pero detesto ponernos de ejemplo. No me gusta. Si no nos hubiésemos clasificado a los Juegos Olímpicos. ¿estaríamos hablando de los valores y de la unión de esta generación, que son inalterables por un resultado? Me cuesta ponernos de ejemplo. Sí creo que los argentinos tenemos una cosa muy especial a la hora de ponernos la camiseta y que amamos competir. Todo lo que nos cuesta desde que nacemos hasta que morimos en este país hace que sepamos que la única manera de conseguir la gloria es jugando en equipo.

      Luis Scola arenga sus compañeros en el Mundial de China 2019.
Foto ReutersLuis Scola arenga sus compañeros en el Mundial de China 2019. Foto Reuters

      -¿Te sorprende a vos también que hayan tenido semejante rendimiento en China?

      -No hay que perder de vista que no llegamos a 2019 y ¡pum!: “¿Estos tipos dónde estaban?” No. En 2015 decidimos ir a los Juegos Panamericanos de Toronto con este grupo (siete de los doce subcampeones en China). Luis tuvo el gesto de conseguir el centro de entrenamiento de Houston Rockets para la previa, porque esta camada necesitaba ver el Norte. La mayoría jugaba en Argentina, donde no tenemos infraestructura de alto rendimiento, y todos abrieron los ojos cuando vieron cómo se entrena allá. Cuando terminó ese torneo, dije: “Acá hay algo”. Son los mismos que con Nocioni y Scola se clasificaron a Río 2016 y la mitad fue a esos Juegos Olímpicos.

      -Fue un proceso ordenado y conducido hacia un determinado fin.

      -Antes de la AmeriCup 2017, (el preparador físico) Manuel Álvarez les dijo: “En este proceso, Sergio no solo quiere que el equipo logre ganar la mayor cantidad de partidos, sino que insistamos en incorporar hábitos del alto rendimiento. Ustedes son atletas de alta competencia, que es el hábitat al que llegás porque sos alto, rápido o tenés puntería, pero no son de alto rendimiento. El alto rendimiento tiene que ver con los hábitos y el único que estoy seguro que los tiene es el señor (por Scola)”. Llegaron a la final con Estados Unidos y se siguieron cocinando a fuego lento en sus clubes.

      -Y explotaron con un rendimiento superlativo y la plata en China...

      -La preparación fue de altísimo nivel. A eso se le sumaron la química especial del grupo, la armonía, las ganas de jugar juntos, el respeto por el otro y por el rol, el deseo de competir y de darle lo mejor al equipo. Eso llevó a un rendimiento por arriba de las posibilidades y a una final del mundo, eliminando a Serbia y a Francia. Y ahora le agregamos que varios dieron un nuevo salto de calidad, porque acumularon experiencia, tuvieron performances increíbles y saltaron de Europa a la NBA o de un equipo chico a un grande en Europa. Pensá que Deck llegó al Mundial sin experiencia europea y hoy está en la NBA porque dominó Europa en su puesto en el Real Madrid. Pasa que podés decir: “Ahora la Selección es campeona olímpica”. Y no.

      -¿Qué esperás en Tokio?

      -Hay dos candidatos exclusivos al oro: Estados Unidos -sobre todo- y España, a la que hay que ver cómo le pegará el retiro de algunos y está en nuestra zona, a la que vendrán Lituania, con Sabonis y Valanciunas, o Eslovenia, con Luka Doncic. Son otros dos favoritos al oro. Y Japón, de local, no es el de hace 20 años: tiene dos NBA muy buenos (Hachimura y Watanabe), nacionalizados, un entrenador FIBA (Julio Lamas) y una liga japonesa que ha mejorado mucho. Es un equipo que va a romper los huevos. Hay que ser realistas: es duro. Pero ellos piensan lo mismo: “¡Uh, mirá el grupo que nos tocó, la puta madre!”.

      -¿Qué plus tiene la Selección para que ellos piensen lo mismo?

      -Argentina se ganó el respeto a nivel internacional hace 20 años y llega con el antecedente del Mundial 2019, donde no sólo fuimos finalistas sino que fuimos el equipo que mejor básquet jugó, salvo en la final en la que España fue mejor de punta a punta. Y ahora metimos jugadores en la NBA. Pero todos tienen jugadores en la NBA y no tomamos en cuenta cuántos tienen en la Euroliga, donde los top de CSKA, Fenerbahce, Barcelona, Real Madrid y Panathinaikos juegan a nivel olímpico todos los días del año. Nosotros tenemos muchos jugadores que no tienen ese roce diario: Gallizzi, Delía, Fjellerup, Vaulet. Lo juegan Campazzo y Deck hace dos años. Por eso tiene tanto valor lo que hizo Argentina en el Mundial. Nosotros seguimos teniendo las mismas virtudes y dificultades que antes. No es que si lo pudimos hacer diez veces, lo vamos a volver a hacer. No. Hay que pensar de nuevo cómo haremos para jugar con un tipo de 2,05 metros contra uno de 2,10 en el juego interior, donde tenemos menos fortaleza. Hay ilusión, pero las dificultades son terribles.

      -No te podés hacer cargo de la expectativa de la gente...

      -Imposible.

      -..pero el público vio lo que pasó en China y sabe lo que pueden dar. ¿Van a cargar con una mochila más pesada ahora como subcampeones mundiales?

      -Estos chicos ya manejaron la mochila contraria. No nos olvidemos que hace cinco años creíamos que había un pozo negro del que no íbamos a salir nunca más, que se había terminado todo al retirarse la Generación Dorada y que no íbamos a tener por muchos años jugadores en la NBA ni suceso a nivel Selección quién sabe hasta qué camada. El exitismo hace que rápidamente nos hayamos olvidado y pongamos a esta Selección como candidata al oro olímpico. Ahora bien, si el título sólo es que no somos candidatos al oro, es un problema. Nadie nos quita la ilusión. Y queremos que la gente tenga esa ilusión, pero no le queremos mentir.

      HS


      Sobre la firma

      Hernán Sartori

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      Mauricio Codocea
      Mauricio Codocea

      mcodocea@clarin.com

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