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      El gran secreto de Argentina no alcanzó para olvidar a Del Potro

      La ausencia de Juan Martín Del Potro resultó indisimulable para un equipo que igual lo dejó todo. 

      El gran secreto de Argentina no alcanzó para olvidar a Del Potro06 02 17 COPA DAVIS 2017 ARGENTINA VS ITALIA Quinto partido de la serie Fabio Fognini Guido Pella FOTO GERMAN GARCIA ADRASTI - FTP CLARIN _ADR4515.JPG Z GAdrasti

      Lo tuvo casi todo este fin de semana de Copa Davis. Un equipo reconvertido varias veces, otro que vino completo pero con integrantes lejos de su techo, el protagonismo de la lluvia y el viento, un escenario inédito y –digámoslo- deficitario. Alternativas cambiantes, buen tenis, polémicas varias. Y hasta Diego alentando a los gritos. No faltó nada. O sí. Faltó Juan Martín Del Potro. Y esa ausencia, guste o no, terminó condicionando la serie. Su desarrollo y su desenlace.


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      No por anunciado, el faltazo del as de espadas dejó de ser la noticia del fin de semana en Parque Sarmiento. Es cierto: fue el primero pero no el único. Federico Delbonis avisó desde Australia que el duelo de Zagreb había minado sus posibilidades. Horacio Zeballos volvió lesionado del otro lado del mundo. Y Diego Schwartzman aceptó el convite con entusiasmo pero sin el físico a pleno. Fueron tres bajas sensibles en un equipo que tiene buenos y muy buenos tenistas, aunque ninguno con el peso específico del tandilense. Y esa verdad, acaso una perogrullada para los seguidores del tenis, resultó determinante a la hora de contar los porotos.

      A lo largo de todo el derrotero del equipo campeón, las crónicas abundaron en elogios para el verdadero secreto de este grupo: el trabajo en equipo. Así en Polonia como en Italia, de Glasgow a Zagreb, hubo un elemento distintivo que empujó hacia adelante. La solidaridad, el saberse parte de un todo, la humildad para aceptar por igual roles estelares o secundarios. Ese mismo sentido de pertenencia a un grupo reapareció con claridad a lo largo de toda la semana en el Parque Sarmiento. Y bastó para llevar a los italianos, favoritos de la cátedra, a una definición agónica e infartante. Sus periodistas exégetas vinieron a buscar una cómoda victoria y terminaron rogando que Fognini por fin apareciera en escena.

      La performance del enorme y corajudo Berlocq, por ejemplo, empieza a gestarse no en el dobles, sino cuando acepta sumarse al equipo pese a no haber sido convocado de arranque. Ver ir y venir el miércoles al sparring Federico Coria entre Parque Sarmiento y el club El Abierto para pelotear a cuanto integrante del equipo se le pusiera enfrente, obligó a recordar con gratitud al santiagueño Trungelitti. Saber que Renzo Olivo estaba al lado del teléfono esperando un llamado resultó tan potente como escuchar deliberar al capitán Orsanic con Mariano Hood en pleno partido. Y advertir el entusiasmo de la veintena de colaboradores fue tan gratificante como ver a papá Leo Mayer abrazar a su hijito de días cuando moría el sábado. Quien no se conmovió con un Pella que, cabeza quemada y todo, estuvo a nada de ganarle a Fognini, carece de toda sensibilidad.

      Pero la Davis, tantos años tan esquiva, esta vez se puso demasiado exigente con los nuestros. Objeto de admiración en pleno Parque Sarmiento, habrá recordado los guiños del año pasado. Este fin de semana dejó que mandara la lógica, que ganaran los mejores aunque primero se llevaran un buen susto. Decidió que el sentido de equipo no sería suficiente para disimular una ausencia indisimulable.

      Con el mismo coraje, con idéntico sentido de pertenencia y con Del Potro en cancha, la serie se ganaba. El mejor jugador argentino, ese que empezó a marcar la diferencia precisamente en el dobles de Pesaro ante los italianos y que no pararía hasta destrozar a Marin Cilic el día de la consagración, tenía otros planes para el arranque del año. Lo veremos brillar desde este mismo mes y sentiremos como propias sus victorias en el circuito. Pero a este enorme equipo argentino, bravo y orgulloso, emparchar su ausencia le resultó imposible. Por cerquita que haya estado de otra hazaña.


      Sobre la firma

      Sergio Danishewsky

      sdanishewsky@clarin.com

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