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      El Teqball, el deporte de los acróbatas de la pelota que atrae a los más jóvenes y busca ser también pasión de multitudes

      • Este domingo terminó el Mundial de Tailandia, el primero fuera de Europa, que tuvo a Ronaldinho Gaucho como embajador plenipotenciario.
      • Se trata de un mix de fútbol con tenis de mesa. Y tiene cerca de un millón de jugadores alrededor del planeta.

      Phakpong Dejaroen, de Tailandia, tira una acrobacia para vencer la resitencia de Vania Moraes Da Cruz, de Brasil, en la final de dobles mixtos del Mundial de Teqball. Foto: EFE
      Redacción Clarín

      El teqball, incipiente disciplina que mezcla fútbol y tenis de mesa, concluyó este domingo en Tailandia sus primeros Mundiales fuera de Europa, con récord de participantes y con el brasileño Ronaldinho como invitado de honor. "Yo jugaba a algo parecido cuando era futbolista, sobre una mesa un poco diferente", recordó el campeón mundial en Corea-Japón 2002, devenido embajador plenipotenciario de este deporte que cada vez suma más adeptos.

      Entretenido y espectacular, el teqball es una máquina de imantar a los más jóvenes, que tratan de emular al viejo crack de Barcelona y sus exquisitos dotes de malabarista de la pelota.

      ¿En qué consiste? Se juega en torno a una mesa con las esquinas curvas, dos jugadores o dos parejas se enfrentan en una especie de fútbol-tenis sin poder utilizar manos ni brazos. Con jugadas en las abundan las acrobacias para hacer el famoso smash o para complicar con los saques, los teqers rivalizan en elasticidad y destreza para imponerse en partidos que se juegan al mejor de tres sets.

      Creado en Hungría hace poco menos de 15 años, el teqball cuenta actualmente con más de un millón de jugadores, de los que cerca de un millar de deportistas participan en competiciones internacionales.

      Suphawadi Wongkhamchan, de Tailandia, vuela para conectar el balón. Foto: EFESuphawadi Wongkhamchan, de Tailandia, vuela para conectar el balón. Foto: EFE

      "Es la historia de tres húngaros que querían seguir jugando a fútbol sin lesiones", es decir, evitando los contactos, explica Viktor Huszar, uno de sus inventores.

      El empresario logró establecer contacto con Ronaldinho a través del entrenador neerlandés Henk ten Cate, que pasó por el MTK Budapest y el FC Barcelona como técnico adjunto.

      Los inventores del deporte patentaron el diseño de la mesa de bordes curvados, lo que hace imposible su producción por otras empresas que no sean la suya. "El deporte es un negocio", revela Huszar que sueña con un Clásico entre el Barça y el Real Madrid en versión teqball.

      La tailandesa Suphawadi Wongkhamchan y una espectacular pirueta. Foto: EFELa tailandesa Suphawadi Wongkhamchan y una espectacular pirueta. Foto: EFE

      El teqball ha seducido a varias estrellas del fútbol profesional, como Neymar o Sadio Mané, vistos en redes sociales en torno a la famosa mesa, que lo consideran un buen ejercicio para trabajar su técnica. Incluso clubes ya se unieron al movimiento armando equipos que los representan en los torneos.

      "En el teqball, hay que variar los toques. A los futbolistas no les gusta demasiado eso, no quieren pegar con el pie izquierdo cuando son diestros, o cambiar la parte del cuerpo, eso lo detestan", sonríe Hugo Rabeux.

      Este pionero del teqball en Francia, de 34 años, es uno de los pocos que pueden vivir de ese deporte, gracias a una decena de auspiciantes y a los premios económicos que embolsa en los torneos. "El que no logra buenos resultados no puede vivir de ello", explica este antiguo mediocampista defensivo que llegó a jugar en la quinta categoría del fútbol de su país.

      Organizados en la capital tailandesa, con DJ y juegos de luces, los primeros Mundiales fuera de Europa atrajeron a un número récord de participantes, 211 -80 mujeres-, procedentes de 61 países diferentes, según los organizadores.

      Ronaldinho Gaucho y Viktor Huszar, el dueño del teqball. Foto: EFERonaldinho Gaucho y Viktor Huszar, el dueño del teqball. Foto: EFE

      Algunos descubrieron hace poco ese deporte, como la camerunesa Marie Letitia Togodne Yaoussou, que comenzó cuatro meses antes de la competición. Aterrizó en el teqball desde el tenis de mesa: "Nunca antes había jugado a fútbol", confiesa la joven de 23 años, que trabaja en un despacho de auditoría en Duala.

      En la ciudad portuaria del país africano tiene que entrenarse sola ante la ausencia de más teqbolers. "Cuando el deporte se desarrolle la gente vendrá un poco más", concluye esperanzada.

      Boonkoom Tipwong, de Tailandia, y una patada espectacular. Foto: EFEBoonkoom Tipwong, de Tailandia, y una patada espectacular. Foto: EFE

      Fuente: EFE


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