Thiago Sucatzky, el hijo de una gloria de la Liga Nacional que ya se tuteó con la NBA y busca forjar su carrera en el básquet de Estados Unidos

Las pasiones, en muchas ocasiones, son cuestión de sangre. Este es el caso de Thiago Sucatzky, quien tiene 17 años y es hijo Facundo Sucatzky. La asociación de este apellido con el básquet es inmediata. El chico acaba de participar semanas atrás del campamento Básquetbol Sin Fronteras, organizado por la NBA y la FIBA, y dialogó con Clarín para contar su experiencia y dar a conocer su historia de vida.

Sucatzky llegó al mundo el 12 de abril de 2006 en Belo Horizonte, Brasil, pero su tonada cordobesa delata que su nacimiento en el país vecino fue por una situación particular. Claro, su padre encontraba jugando en el Minas de la liga brasileña y Thiago vivió hasta los 6 años allí. Al igual que su padre, el joven se desempeña como base. “Soy un competidor, un jugador que va al frente y que lucha por todo. Me gusta jugar muy fuerte para adentro, pero también me gusta involucrar a mis compañeros”, se describe a sí mismo.

A tan temprana edad, ya tiene varios momentos para el recuerdo. Con 15 años debutó en la Liga Nacional jugando para Atenas. Además, jugó el Torneo de las Américas con la Sub-16 de la Selección Argentina. Sin embargo, sus ganas de poder progresar lo llevaron a desembarcar en los Estados Unidos.

“Mi vida es el básquet y me fui del país por eso: quería crecer como jugador”, le reveló a Clarín acerca de la decisión que tomó. Aunque manifestó su sentimiento por Argentina: "Siempre tuve la remera de Argentina en el pecho y uno de los sueños es jugar con la Selección mayor y darle una alegría".

Además de jugar en su equipo de High School -escuela secundaria en nuestro país-, se entrena en Miami Prep y tiene muy en claro cual es su objetivo: “Aspiro mucho a jugar División 1 en el básquetbol universitario, ése es mi objetivo cercano y para eso estoy trabajando”.

Si la vida son momentos, sin dudas que haber participado del Campamento Básquetbol Sin Fronteras es una de experiencia invaluable, aunque Sucatzky aclaró que ser seleccionado es algo que ni siquiera había imaginado. “Es algo que me agarro de sorpresa, es algo increíble. Es una experiencia muy linda para todos los que estamos acá. Te cruzas con gente de otros países, hay un gran nivel basquetbolístico y grandes coaches. Para mí, es una gran oportunidad para mostrarme y disfrutar”, contó.

Los cambios y salir de la zona de confort nunca es algo fácil, pero sobre la base del esfuerzo y al trabajo las posibilidades de crecimiento son muchos mayores y más enriquecedoras. “La verdad que el juego americano cambia mucho. He aprendido muchas cosas y los consejos me han ayudado día a día a adaptarme a un nuevo país, un nuevo idioma y a una nueva cultura. Estoy yendo paso a paso, entrenando duro y aprendiendo cosas nuevas todos los días”, profundizó.

Aunque es mucho lo que le tocó vivir, no deja de ser un adolescente de 17 años. Allí es donde aparece la figura de su padre, quien jugó 20 temporadas, es uno de los bases más exitosos que tuvo la Liga Nacional y una fuente de consulta permanente. “Mi papá pudo vivir mis mismos pasos y me ha ayudado a afrontar todo lo que me va pasando con tranquilidad. Intento vivir las cosas con paciencia y constancia, pero también disfrutar el proceso y trabajar duro”, relató.

Al ser consultado por un referente no titubeó y soltó un nombre casi sin pensarlo. “Facundo Campazzo”, Ambos son bases y miden lo mismo (1,78 metro), por lo que seguramente es un espejo y ejemplo para seguir. Luego, contó por cual equipo de la NBA simpatiza: “Me gustan mucho los Golden State Warriors”.

Aunque tuvo la posibilidad de haber ido a ver partidos de la liga más importante del mundo y de ser el lugar donde aspira a llegar, soltó una intimidad. “Los ambientes de la NBA son buenos y la competencia es de alto nivel, pero personalmente me gusta más ver básquet europeo. El ambiente en Europa es distinto, en la NBA es más tranquilo”.

Sucatzky está dando sus primeros pasos y se nutre de herramientas para poder cumplir su objetivo: llegar a la elite de básquet. Si bien ya ha vivido ricas experiencias, aún le resta un arduo trayecto. Eso sí, tras su participación en el campamento Básquetbol Sin Fronteras, seguramente su desarrollo comenzará a ser seguido más de cerca.

El campus

El campamento Básquetbol Sin Fronteras, organizado entre la NBA y la FIBA, llevó adelante su decimosegunda edición entre el 22 y 25 de junio en el Cégep Édouard-Montpetit de Longueuil, cerca de Montreal. El objetivo de este campus es reunir a 63 de los mejores jugadores en edad escolar de 16 Países y territorios de Canadá, Latinoamérica y el Caribe y que puedan ser entrenados por jugadores, leyendas y entrenadores actuales y antiguos de la NBA, la WNBA y la FIBA.

En total, fueron ocho los argentinos que tuvieron la chance de participar: Alma Bourgarel, Julia Bosque, Malena Maggi, Stephanie Smidt Falter, Viktor Daniel Bender, Alonso Easterling, Tomas Fernández Lang y Thiago Sucatzky.

Entre los jugadores que participaron aparecen: Chris Boucher, Luguentz Dort, Bennedict Mathurin y Chuma Okeke. Además, también estuvieron Los entrenadores asistentes de la NBA Rodney Billups (Portland Trail Blazers), Joe Boylan (Minnesota Timberwolves), Quinton Crawford (Dallas Mavericks), Bruce Fraser (Golden State Warriors), Jay Hernández (Brooklyn Nets) y Eric Khoury.