Kicillof arranca la negociación por la deuda en default con el Club de París

El ministro de economía argentino, Alex Kicillof llegó a la capital francesa ayer por la noche para iniciar hoy, a las 10 de la mañana, las primeras negociaciones con el Club de París del gobierno kirchnerista por la deuda publica argentina.

La reunión con los acreedores argentinos se celebrará en el sexto piso del Ministerio de Economía francés, en Bercy con vista al Sena, donde funciona el informal club de acreedores argentino. No se sabe si las negociaciones finalizarán hoy mismo o se prolongarán un día más. En Francia es feriado mañana por el día de la Ascensión y el país entero se toma el largo fin de semana de vacaciones anticipadas en la primavera parisina.

Cansado después de un viaje que lo llevó primero a Roma en Aerolíneas Argentinas y después a París, con un suéter negro en y traje oscuro, Kicillof saludó a la corresponsal de Clarín con un beso y la atendió cordialmemente en la puerta de su hotel, un discreto cuatro estrellas de la rue St Didier. Junto a él, viajó su vocera. El secretario de Finanzas, Pablo López, había llegado por la mañana en vuelo directo desde Buenos Aires y no quiso hacer declaraciones.

“¿Cómo me preparé? Vengo en un avión, viajo hace 18 horas. Estuvimos trabajando y ya les conté a tus colegas en Buenos Aires. Mañana tenemos una reunión y empieza la negociación. Veremos”, dijo el ministro antes de perderse en el hotel Garden Elysee, tras bajar de un auto oficial de la Embajada.

Fue su vocera quien se encargó de explicar los planes de Kicillof y la delegación. “Argentina presentó sus lineamientos en enero. El Club invitó al país a que venga a encontrarse con los representantes de los acreedores. A partir de ahí, mañana( por hoy) se verán la cara por primera vez. Los países dirán”, explicó. Y agregó que se “comenzará una negociación más firme, basada en los lineamientos que Argentina presentó y tiene para ofrecer. Por lo tanto, la negociación tiene que ser en base a eso. No habrá mayores cambios y vamos a ver en que puntos se está. Es importante que se haya generado la convocatoria”, insistió.

-Y en la historia con el Fondo Monetario Internacional, ¿van a avanzar con o sin el Fondo? ¿Se van a encontrar con Christine Lagarde o no?

,
preguntó
Clarín
.

-No, para nada.

La delegación argentina no sabe cuánto durará la reunión. Hoy habrá una presentación en sociedad y una primera discusión, pero no tienen duda que tardará varios meses llegar a un final.

“Nosotros tenemos pasaje de vuelta hoy a la noche y el jueves. No se vino acá creyendo que el fin de la negociación es hoy, en ningún caso. Pero podemos estar conformes con que se avance bastante esta mañana”, dijo la vocera del ministro Kicillof.

“La negociación no es bilateral. Es genérica. Ningún país puede negociar por afuera. Estamos todos juntos. De ahí se va a ver: qué acepta cada uno, qué se puede mejorar, qué no se puede mejorar”, sostuvo.

-Todos dicen que va a ser largo, sugirió
Clarín
.

-En la historia no hubo ninguna negociación del Club de París que se haya terminado en menos de seis meses. Estamos preparados para eso.

-¿Y cuál es la cifra general del monto a renegociar?

-Es algo de lo que hoy se tiene que hablar porque cambió mucho. Es muy distinto, finalizó la vocera del Ministerio de Economía.

El Club de París prepara un comunicado para el final de la primera reunión. Se emitirá hoy a la tarde según informó el propio organismo ayer.

Fuentes de dos países europeos acreedores explicaron a Clarín que “existen diferencias y las negociaciones se prolongarán. No será un acuerdo fácil”, anticipan.

Después de una larga “conference call” entre ellos, son especialmente Alemania y Tokio los dos países que se han unido en un frente para forzar a Argentina a que acepte la intervención del Fondo Monetario Internacional en la negociación.

Gran Bretaña prefiere que sean los acreedores mayoritarios, que reúnen el 50 por ciento de la deuda, quienes decidan la suerte de la negociación. “Tenemos una deuda menor”, dijo una fuente británica. Y contó que no van a aceptar las acusaciones argentinas de que están bloqueando o ensuciando la negociación.