El Banco de Japón (BoJ) se decidió este martes a responder a las expectativas del gobierno derechista japonés y plegarse precisamente a las medidas cifradas ardientemente queridas por el primer ministro Shinzo Abe.
El BoJ, estatutariamente independiente, también consintió en publicar un documento conjunto con el Gobierno en el que se compromete a luchar plenamente a su lado contra la deflación que mina de forma crónica la economía del país desde hace unos 15 años, y a favor del crecimiento, que patina por una morosidad interior sumada a una coyuntura exterior fluctuante.
"El Gobierno y el Banco de Japón se han puesto de acuerdo para aplicar conjuntamente una política reforzada con el fin de acabar rápidamente con la deflación y permitir que el país alcance un crecimiento económico duradero sobre fondo de estabilidad de los precios", escribieron.
Pasando de la palabra al acto, el comité de política monetaria del BoJ adoptó este mismo martes un objetivo de inflación del 2%, de acuerdo con las previsiones gubernamentales.
También decidió aumentar la suma de comprar de activos financieros diversos, entre ellos obligaciones del Estado, por segunda vez consecutiva, sin límite temporal, y mantener su tasa directora del día a día entre 0 y 0,1%, el mismo nivel desde octubre de 2010.
De este modo, el BoJ se compromete a luchar con más fuerza contra la deflación, tal como ha insistido en todo momento Shinzo Abe, que antes de llegar la poder a finales de diciembre insistió para que estas medidas se tomaran sin dilación.
Por otra parte, al estimar que esta política monetaria más determinada, completada en el presupuesto con un plan de estímulo masivo de 20,2 millones de yenes (175.000 millones de euros), la mitad provenientes del erario público, el Banco de Japón ha corregido sus previsiones de progresión del producto interior bruto (PIB).
Para el año de abril de 2013 a marzo de 2014, estima ahora que el crecimiento económico de Japón alcanzará un 2,3%, en lugar del 1,6% estimado con anterioridad.
En cambio, el BoJ ha bajado su evaluación para el año 2012-2013 que acaba en marzo por considerar que el PIB solo aumentará un 1% en lugar del 1,5% contemplado en precedentes previsiones que databan de octubre de 2012.
La deflación también debería ser más fuerte este año en curso (con un retroceso de los precios evaluado en un 0,2% contra el 0,1%), pero se espera una inflación del 0,4% para el año presupuestario que arrancará en abril.
Fuente: AFP
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO