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      Pese al repunte de los precios de los granos, este año habrá menos superávit comercial que en 2022

      Los mayores gastos en importación de energía recortan los beneficios de la suba de los commodities agrícolas en medio de la sequía.

      Pese al repunte de los precios de los granos, este año habrá menos superávit comercial que en 2022Avanza la cosecha y aumentan los precios.

      La invasión rusa a Ucrania disparó los precios de los commodities y obligó a rediseñar los pronósticos de la balanza comercial argentina. Tras un inicio del año en el que el efecto de la sequía sobre el campo amenazaba con reducir marcadamente el superávit de US$ 14.750 millones que se obtuvo en 2021, ahora las proyecciones son ligeramente más holgadas.

      La guerra cambió la ecuación y hoy los analistas estiman que el saldo comercial del año estará entre US$ 13.800 millones y US$ 9.000 millones.

      La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la cosecha superará los U$S 41.000 millones, gracias a la suba de precios internacionales. Serán US$ 3.000 millones más que en la campaña anterior, pese a que medida en volumen, la cosecha será entre 5 y 7% menor por el efecto a la sequía. Pero la soja por arriba de los US$ 600 alcanza para compensar la falta de lluvias. 

      En base a los últimos cambios en los precios, EcoGo anticipa un superávit de US$13.800 millones. La economista Milagros Suardi plantea que "por el lado de las exportaciones, proyectamos que las divisas que ingresen por parte del sector agroindustrial van a estar 5% por encima del año pasado, o lo que es lo mismo van a acercarse a los US$ 38.500 millones".

      Para EcoGo, el salto que tuvieron los precios internacionales, "más que compensan la caída en las cantidades de soja y maíz afectadas por segundo año consecutivo por el fenómeno climático “La Niña”.

      La buena performance del campo compensará el mayor gasto en importación de energía, a partir de la suba de los precios del gas y el GNL generada por la guerra. Suardi señala que incluso con la buena noticia de un potencial aumento en las cantidades importadas de gas desde Bolivia, "las importaciones de energía rondarían los US$ 7.000 millones, una baja significativa respecto de los casi US$ 11.000 millones que proyectábamos previamente".

      La estimación de Abeceb es que el superávit será de US$ 12.000 millones, un monto importante pero insuficiente ante las necesidades de divisas que tiene Argentina.

      "En términos de mercado cambiario es un superávit bastante generoso, pero no quiere decir que el mercado esté holgado. La demanda de dólares continúa pese al cepo. Creemos que apretado y todo el gobierno va a cumplir con el Fondo Monetario, pero siempre manteniendo las restricciones cambiarias y al comercio", señala Elisabet Bacigalupo, responsable de análisis macro de Latinoamérica de Abeceb.

      Desde la consultora Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina ve una reducción del superávit comercial de bienes que lo ubicará en torno a los US$ 9.000 millones. "La sequia va a generar menores volúmenes de maíz, soja y sus derivados. Con estos precios, si tuviéramos los volúmenes del año pasado tendríamos US$ 10.000 millones más por las divisas del agro".

      Para el economista, la suba del gas generada por la guerra "va a llevar a que las importaciones de energía puedan duplicarse y eso explica buena parte de la reducción del superávit. Tambien los productos industriales que importamos van a tener algún tipo de suba y van a a achicar el saldo".

      Otro punto que jugará en contra es que por el lado de los servicios "se va a agudizar el déficit por la vuelta a la normalidad del turismo internacional".

      Desde el IERAL, Juan Manuel Garzón marca que las exportaciones agroindustriales aportarán US$ 44.500 millones en el 2022, un aumento de US$ 6.000 millones aproximadamente sobre el año pasado. "Si bien se prevé un ajuste de las cantidades (-7%, promedio ponderado), este estaría siendo más que compensado por los mayores precios internacionales (24% interanual)".

      Garzón plantea que dentro de la ecuación también hay que incluir a los fertilizantes importados, que también ven subir sus precios. Con una menor cosecha "si el consumo se redujese entre un 20% y 30% respecto del año pasado, la factura a pagar por estos insumos podría estar creciendo entre US$ 800 y US$ 1.200 millones".

      Con este mayor gasto, "la agroindustria podría generar un adicional de US$ 4.800-US$ 5.200 millones netos este año para afrontar mayores importaciones, entre ellas de gas natural", apunta Garzón.

      Pero también resalta que otro problema a tener en cuenta es el timing: los dólares adicionales de la agroindustria se generarán en el transcurso del año, mientras que las facturas más pesadas de las importaciones de productos energéticos caerán en los meses fríos.

      La cuenta del IERAL prevé un aumento de entre US$ 4.500 y US$ 5.700 millones en las importaciones energéticas. "Se trata de una cifra medianamente parecida al aumento de exportaciones netas agroindustriales. No vamos a ganar muchos dólares adicionales ni tampoco perderíamos muchos dólares", desliza.

      Con la guerra sin miras de terminar, Bacigalupo resalta que el monto del superávit comercial "está atado al precio de la energía. Si el GNL sube 10 dólares entonces el gasto en importaciones se incrementa en US$ 1.300 millones más y el saldo comercial terminará siendo más bajo".

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      Annabella Quiroga
      Annabella Quiroga

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