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      ¡Pobre Lázaro Báez! Fue una víctima de la economía argentina

      Redacción Clarín

      Mientras los senadores opositores y el equipo económico se enredaron ayer en una discusión sobre dólares y cedines en el Congreso, el debate dejó un concepto que pasó más desapercibido: el Gobierno no criminalizará a quienes giraron fondos al exterior sin declararlos o evadiendo impuestos. “Se los quiere atacar”, justificó el viceministro de Economía, Axel Kicillof, quién explicó ayer que los argentinos fueron víctimas de 50 años de inestabilidad macroeconómica como consecuencia de “devaluaciones seriales”.

      Según el economista, los trabajadores de este país no tuvieron otra alternativa que, para cuidar su patrimonio de una inflación voraz durante décadas, refugiarse en dólares o en un paraíso fiscal (o en ambas).

      La presentación en el Salón Azul del Senado arrancó con una introducción del ministro de Economía, Hernán Lorenzino. Pero Kicillof tomó rápidamente la pelota y habló cerca de una hora. Explicó que en la Argentina los trabajadores prefirieron históricamente el dólar por encima del peso por culpa de “políticas económicas erróneas del pasado” y “crisis de la economía real”. Contó además que el salario cayó con cada devaluación. Y hasta mostró un cuadro con ocho episodios donde el bolsillo de los argentinos sufrió ante cada devaluación. Cada generación recordará su mojón: Perón (1955), Frondizi (1958), Guido (1962), Lanusse (1971), Isabel (1975), Videla (1981), Alfonsín (1989) y Duhalde (2002).

      El equipo económico explicó ayer que la economía se contrajo y la demanda de dólares se disparó en esos episodios. Y así parió lo que llaman ‘bimonetización de la economía’. “Pero existe una miopía sobre el fenómeno y se criminaliza a los argentinos que conservan dólares declarados y no declarados”, explicó Kicillof. ”No negamos la realidad, comprendemos el origen. Y ahora damos una salida provechosa para todos”. La pregunta de varios senadores ayer era si por esa puerta pasarán familiares o amigos de Lázaro Baez. Ellos también pudieron ser víctimas de la economía argentina.