Noticias hoy
    • Lunes, 25 de marzo de 2024
    En vivo

      Así reaccionó una mamá tras enterarse de que su hijo tiene síndrome de Asperger

      Julia Moret es madre de Lucas, quien tiene este trastorno. En diálogo con Entremujeres, reveló cómo fue el proceso desde la primera consulta hasta obtener el diagnóstico.

      Así reaccionó una mamá tras enterarse de que su hijo tiene síndrome de AspergerLucas, protagonista de "Lamúsica que llevamos adentro". Gentileza Julia Moret.
      Redacción Clarín
      06/07/2017 11:42

      Yo me quiero portar bien”, repetía Lucas cuando alguna de sus maestras le contaba a Julia, su mamá, sobre un día difícil en el jardín. Así, con informes que destacaban la rapidez del niño en cuestiones intelectuales y la dificultad en sus “habilidades sociales”, esta madre comenzó su recorrido por consultorios que incluyeron psicólogas, terapistas ocupacionales, y neurolingüistas. No lo hizo sola, a su lado estaba su coequiper, Andrés, un marido dispuesto a susurrarle que “todo va a estar bien”, incluso, cuando quizás ni él estaba seguro de ello.

      Julia Moret repasó en su libro, La música que llevamos adentro (Paidós), el camino que trazaron hasta descubrir que su hijo tiene Asperger, un síndrome dentro del Trastorno del Espectro Autista. “Yo no tenía mucha idea de lo que era el autismo, tenía una idea muy estereotipada y muy alejada de mi vida, como que a mí nunca me iba a pasar”, dice a Entremujeres.


      Mirá también

      La autora prefiere no poner etiquetas y tratar de tomar el asunto con la mayor naturalidad posible. Así, en el libro relata el día a día de una familia cuya rutina se modificó por completo pero sin golpes bajos y sin intentar victimizarse, aunque no conmoverse resulta una tarea imposible para el lector. Es que esta madre habla de las dificultades cotidianas que impone este trastorno con tanta fuerza como dulzura, dejando su corazón en la mano ante cada anécdota.

      “Me cambió la vida. La primera vez que lo escuché, yo pensé que mi vida se terminaba. Tenía mucho temor y mucho rechazo, porque no manejaba mucha información”, sostiene esta contadora que, de repente, leyó cuanto material sobre autismo tuvo a su alcance y se contactó con organizaciones y padres que pasaban por la misma situación. Ahora, además de ser especialista en números, es -a nivel aficionada- una entendida en este trastorno que, según ella, “es tan amplio que adentro caen miles de posibilidades”.

      Dibujo de Lucas. Prensa Paidos.Dibujo de Lucas. Prensa Paidos.

      Mirá también

      Moret empezó este libro como madre, ya que escribía en cada minuto libre para tratar de registrar y entender qué le pasaba a su hijo. Hoy, sin embargo, definirla sólo como mamá sería injusto: Julia es una escritora que, con valentía y responsabilidad, se animó a exponer su dolor como si las letras hubiesen sido siempre parte de su vida.

      Para ella, “si bien tendemos a una inclusión, aún resta muchísimo porque falta mucha información. Hay miedo a la palabra autismo, no se trata con naturalidad”. Julia destaca que, tanto a nivel sociedad como Estado, “estamos muy atrasados con respecto a otros países”. Renovar un certificado de discapacidad, por ejemplo, es tarea de todos los años: “Hay una burocracia que desalienta”.

      A través de su experiencia con Lucas, ella -que aclara y resalta que no es especialista- destaca ciertos rasgos a tener en cuenta en un niño: si mira a los ojos, si juega solo, si alinea cosas, si tiene intereses muy restringidos o si le cuesta cambiar ciertos hábitos. Y añade que, “ante la primera duda, lo mejor es acudir a fuentes serias”.


      Mirá también

      Lucas asiste a una escuela que permite, con paciencia y contención, que esta familia trabaje en lo que el niño aún carece: “Un buen docente y una escuela contenedora sacan lo mejor del chico”, dice Julia. Sin embargo, esta madre resalta su más valioso aprendizaje fuera de toda institución y asegura: “Tengo un hijo que me enseña a ser mejor persona”. Y nuevamente, interpelándose (e interpelándonos), sin apelar al sensiblerío pero desatando una ola de sentimientos en cada uno de los que la leen, sostiene: “Cada uno puede tener sus propias batallas; sin duda, a mí me cambiaron mucho las prioridades”.

      En su primer libro -que seguro no será el último-, Moret lo resume así: “La gente discute: si se dice autista o si es un niño con autismo. No, no es Asperger: tiene Asperger. No, no se dice así, se dice tal cosa. A mí no me importa; decile como quieras. Como tengas ganas. Para mí es Lucas. Decile autista, asperger, aspie, freak o nerd. Valorá su esfuerzo: no seas tan duro; ni con él ni con nadie. No quieras cambiarlo. No pretendas que sea como el resto: todos somos diferentes. Decile como quieras; usá la palabra que quieras pero tené paciencia. Sé amable”.

      Por Mercedes Rivero, periodista.


      Mirá también


      Mirá también