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      Información, la clave de un buen viaje

      Saber cuándo viajar y conocer el destino son elementos fundamentales para armar un buen paseo y poder disfrutarlo tranquilamente.

      Información, la clave de un buen viaje CLAIMA20150325_4183 AP Consejos para viajeros
      Redacción Clarín

      Viajar en soledad podría parecer más complicado que hacerlo en compañía. Con el tiempo, las estadísticas han demostrado que existen problemas más frecuentes por la desinformación sobre el lugar visitado o los servicios adquiridos que por el hecho de viajar en soledad. Las demoras en los aeropuertos, los equipajes perdidos y los hoteles con pocos servicios tocan a los viajeros por igual. Por eso, si nos cuesta tanto viajar, si no tenemos demasiado tiempo, porqué no esforzarnos en su programación: la web será nuestra aliada principal.

      Tenemos un entrenamiento para los viajes digno de envidia para cualquier trotamundos: al mismo tiempo –y de reojo- contamos el vuelto en un negocio, cuidamos la billetera, los objetos que llevamos, si se nos alejan los chicos, las personas de la fila… Es decir, contamos con una práctica que hace que todas esas situaciones que nos hacen vulnerables como turistas ya las hayamos experimentado en nuestro lugar de residencia. Y ni hablar del tránsito en nuestras calles. Y eso es una gran ventaja porque no habrá congestión que nos pueda atemorizar.

      Sin embargo, de todas formas, a no confiarnos. Los turistas siempre tienen una falsa sensación de seguridad en un destino, mayor que aquella que tienen los residentes. No haber escuchado malas noticias del lugar nos hace creer que la probabilidad de su ocurrencia será menor. Y si no sabemos nada del lugar, qué mejor que un agente de viajes especializado, un repaso por los foros de viajeros o las advertencias que algunos países hacen de los destinos a través de sus Cancillerías. Éstas los clasifican en cuatros niveles: desde aceptables hasta la invitación a desistir de ese lugar y combinan la seguridad personal, las situaciones climáticas y las del terreno.

      Pero, sin dudas, el mejor consejo es ser turista y no parecerlo: máquinas fotográficas, mapas en mano y riñoneras, hacen advertir que estamos en presencia de un foráneo. Ni hablar que el peso del equipaje no sea impedimento para moverse. Más autonomía para tomar decisiones, más tiempo para disfrutar en el destino, para detenernos en lo novedoso, en lo diferente, y así transmitirlo a aquellos que siempre nos estarán esperando para que compartamos nuestras aventuras.

       

      Diego Benítez, Presidente de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo (Aadetur).