Noticias hoy
    • Jueves, 28 de marzo de 2024
    En vivo

      La electrónica le gana al rock en la playa

      Del pogo a la onda “cool”. Es la vedette en los balnearios. Ayer, el DJ Paul Oakenfold juntó a unas 25 mil personas.

      Redacción Clarín
      19/01/2012 02:20

      Cae la tarde en los balnearios del Sur. Se va el día, que fue largo e intenso. Hay música y muchos grupitos de jóvenes se mueven al compás de una melodía arrítmica, de esas que no tienen un estribillo que ponga la piel de gallina. A veces, cuando la cadena de sonidos sube su volumen y parece que llegan a hacer cumbre imaginariamente, levantan los brazos, agitan las manos. Ya nadie se mira a la cara cuando baila, nadie se sonríe frente a la complicidad de la letra de una canción. Son muchos y están juntos, pero bailan solos. Porque cuando la arena todavía está tibia en Mar del Plata, lo que suena es chill out, dance, electrónica.

      Esta ciudad que fue la fortaleza del rock durante muchos años, se está despidiendo del pogo frenético que levantaba arena. Años atrás por estas playas pasaron los grandes: Divididos, Los Pericos, Los Fabulosos Cadillacs, Los Piojos. Ya tocó Catupecu Machu, el sábado lo hará Babasónicos y el martes será el turno de Las Pelotas y Kapanga. Pero los shows de música electrónica, con figuras internacionales de primer nivel, ya juntaron unas 300 mil personas. El dance es un fenómeno que demanda cierta exclusividad social, pero de a poco se va masificando. Eso marcó el ritmo del verano en esta ciudad.

      “Algo está pasando con la electrónica, es cierto. Guetta la rompió en Mar del Plata y Pueblo Límite, en Gesell, por ejemplo. En la grilla de verano de este año fue definitivamente una tendencia”, analiza Tuti Tutehin Baldinu, director de T&T Group, que desde hace años promociona los shows gratuitos y al aire libre en Arenabeach. Ayer fue el turno de Paul Oakenfold, que concovó a unas 25 mil personas en ese balneario, que terminaron bailando bajo la lluvia. En ese mismo lugar, hace unos días, se había presentado Poncho, responsable del soundtrack del verano, “Please Me”.

      Para tener una idea de cómo creció la movida electrónica, por ese mismo parador el año pasado sólo se había tocado Jhon Creamer. En cambio, en lo que va de enero, ya hubo por lo menos cinco shows electrónicos. En diferentes balnearios también tocaron Catarina Spinetta, Festa Bros, Audio Bullys y Silver City. Y ayer, en el 12, se dio el gusto Zeta Bosio, el ex bajista de Soda Stereo, que desde hace varios años hace sus presentaciones en formato pasadiscos.

      ¿Pero hay más gente entusiasmada con el dance o es el género el que muestra más apertura? “Se dan las dos cosas. El espectro de público es más amplio y la electrónica, de a poco, deja de ser sólo para entendidos”, opina Javier Zuker, referente del estilo e integrante de Poncho. A diferencia de los recitales de rock, la puesta en escena –en general, con arte digital– suma. Lo que restó es cantidad de plomos. Nostalgia rockera, ya no se ven esos pibes sobre el escenario llevándose una guitarra y dejando otra, ni reponiendo palos de batería y púas.

      Para las marcas de cerveza o de telefonía, el recurso chill out es una opción a la del raggae, que le pelea el puesto a la electrónica. “El público es tranquilo. Las contratamos porque sabemos de antemano que no habrá desmanes”, explica una jefa de productos de una firma de cerveza. Para los que asisten a este tipo de recitales la tranquilidad es requisito excluyente: “No te empujan, no bardean. Cada uno está en la suya”, opina Delfina, de 30 años, de paso por La Feliz. Y entre todo es inevitable recordar a Pappo en su cruce con DJ Deró: “Toda la vida estudiando un instrumento y el pibe enchufa y dice que toca”.