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      Kicillof, con más controles y cambio diferenciado

      Kicillof, con más controles y cambio diferenciadoCLAIMA20131119_0036 MARÍA EUGENIA CERUTTI Injerencia. Kicillof ha trabajado en Aerolíneas, la expropiación de YPF, el control de la energía ... Está cerca de Moreno y lejos de De Vido. /MARÍA EUGENIA CERUTTI
      Redacción Clarín

      Axel Kicillof, actual viceministro de Economía, ahora designado para encabezar ese ministerio, venía trabajando febrilmente en las últimas semanas. Es el único del equipo económico que se había reunido con Cristina en los últimos días, aseguran en su entorno. El sabía que estaba a punto de quedarse con el premio que buscaba desde hace tiempo. El tipo de cambio diferenciado, sería el as que tiene en la manga. Mayor intervención del Estado es su bandera.

      Kicillof es un hombre hosco, de poco diálogo con empresarios, banqueros y hasta economistas. Seguro de sí (algunos dirían que hasta la soberbia), encabeza un grupo de jóvenes que muchas veces se confunde por su edad con La Cámpora, pero que no son de la tropa alineada con Máximo Kirchner. Son tecnócratas con fama de principistas y honestos que gustan de desarrollar modelos teóricos sobre cualquier tema que caiga en sus manos: Aerolíneas, la competitividad, YPF, Siderar ...

      Desde hace tiempo, Guillermo Moreno viene insistiendo ante empresarios que Kicillof sería el próximo ministro de Economía. Ambos tienen en común la bandera de la intervención del Estado en lo que sea: control de precios o a las importaciones.

      Juntos, por caso, azuzaron estos días a cerealeras, automotrices, bancos, fábricas electrónicas para que compraran los Baade. La duda anoche era: ¿seguirá Moreno o dejará su lugar a Augusto Costa, hombre de Axel? De todas maneras, más preocupado ha de estar Julio De Vido: Kicillof lo cruza cada vez que puede.

      En las últimas semanas, la puja dentro del equipo económico ha girado sobre cómo frenar la salida de dólares. El equipo encabezado por Hernán Lorenzino (con el aval de Amado Boudou) propiciaba tomar deuda en el exterior. Kicillof, en cambio, venía insistiendo en mayores restricciones que refinen y agudicen el cepo cambiario. En esa línea, propició el tipo de cambio diferenciado. Esto es, un dólar para los exportadores, otro para los importadores, otro para quienes quieran viajar al exterior.

      El sistema de cambio diferenciado, se supone ahora, sería el as con que Kicillof convenció en el desafío del momento a la Presidenta. El suele presentar soluciones abarcativas a cualquier desafío que se le presenta. Aunque Aerolíneas sigue deficitaria, en YPF lo corrieron, la Comisión de Energía que mandaría en el rubro quedó casi en la nada.

      Los especialistas dicen, sin embargo, que los programas de tipo de cambio diferenciado pueden ser exitosos en el corto plazo. Pueden llegar a generar fuertes ganancias al Estado en su primer año, por caso. Se revalúan las reservas, lo que genera la posibilidad de girar más utilidades del Banco Central al Tesoro. Se devalúa parcialmente la moneda, sin todo el impacto inflacionario de esa medida. Se puede orientar el uso de las divisas escasas.

      Pero luego las presiones son muchas: cada sector de la economía hará su lobby para pasar de un tipo de cambio a otro que le sea más beneficioso. Esos lobbys pueden ser territorio de corrupción, claro. Y además crecen subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones. Nada nuevo para los argentinos, por cierto.

      Kicillof es un hombre que reclama permanentemente números a las empresas: quiere definir cuánto ganan. Avala tasas de interés bajas, pese a la inflación o el atraso cambiario. Quienes en los 45 días que faltó Cristina creyeron que el discurso dominante era el acuerdo con el CIADI, la mejor relación con el FMI o las negociaciones con el Club de París, ahora tendrán que reevaluar su análisis de situación. Cristina, en términos económicos, parece responder a la realidad de hoy como siempre lo hizo en esta materia el kirchnerismo, con más de lo mismo. Kicillof parece llegar sólo para profundizar el modelo.


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