Crisis en Europa: caen las bolsas por temor al colapso de Italia

Tras el viernes negro de la semana pasada vino ayer el lunes negro, que fue peor, y todos temen que haya comenzado una semana de pesadilla. Italia estuvo en el centro de una tormenta que desestabilizó a las bolsas europeas a partir de la crisis que derrumbó la bolsa de Milán en un 3,96% por ciento (3,47% el viernes) y arrastró a los otros mercados del Viejo Continente. La pérdida de confianza en la capacidad italiana para afrontar la crisis y pagar los títulos de una deuda soberana que llega al 120% del Producto Bruto Interno, más la acción inevitable de los especuladores, hicieron trastabillar a la península, por los temores de contagio de la tragedia griega.

La situación ha golpeado también a España . Ayer, la prima de riesgo de la deuda española alcanzó su máximo histórico y cerró en 335 puntos básicos, su nivel más alto desde la introducción del euro en 1999, por la presión que ejercen las dudas sobre un posible segundo rescate a Grecia y las incertidumbres que han surgido en torno a Italia. Pero además, se teme un efecto contagio a raíz de la crisis en Portugal.

Italia se encuentra lejos de vivir la situación de Atenas. Grecia está fundida y aunque no lo dicen los líderes europeos ya se evalúa la perspectiva de un default. Pero la volatilidad de los mercados que se está viviendo con el profundo rojo italiano se suma a la desconfianza en el deteriorado gobierno del premier Silvio Berlusconi. En particular sufre el sector bancario, con pérdidas muy serias. En las últimas seis sesiones de la Bolsa, bancos y seguros h an perdido más de diez mil millones de euros de capitalización .

Unicredit y Banca Intesa San Paolo, los dos principales institutos de crédito de Italia, perdieron entre el 6 y el 7% solo en la sesión de ayer, pero durante las horas de agonía ambos entraron y salieron de las negociaciones tras ser retirados varias veces por exceso de rebajas, que oscilaron entre el 8 y 9% En Europa, el derrumbe italiano repercutió de inmediato en las otras bolsas. Lisboa perdió el 4,2%, Atenas el 3,5%, Madrid el 2,69%, París el 2,71% y Frankfurt un 2,33%. Solo Londres pudo contener la caída y cerró con una pérdida razonable del 1,07%. Ayudó a la City la hoy mágica circunstancia de que Gran Bretaña se negó a formar parte de la Eurozona de 17 países que tienen al euro como moneda única. Los “british” prefieren a la vieja libra esterlina y a mantener su propia política monetaria. Una bendición en las circunstancias actuales.

Pero la fragilidad financiera se reflejó en el “vuelo a la calidad” que en la mitad de la jornada bolsística emprendieron los fondos norteamericanos. En Italia se había fijado ayer como línea de defensa la prohibición de vender al descubierto los títulos del Estado. No sirvió para nada. Millones de obligaciones de deuda soberana italiana fueron vendidos a cambio de los seguros “bunds” alemanes a diez años y de bonos del Tesoro norteamericano, ambos considerados muchos más confiables.

El resultado fue que el “spread”, la diferencia entre los intereses pagados por los títulos italianos y los “bund”, se amplió a 3,05%. O sea que por el mismo título si es italiano se paga el 5,67%, mientras que los alemanes conceden solo el 2,67% anual por el “bund” decenal.

Este record negativo puede ampliarse durante una semana en la que el banco central italiano debe colocar muchos millones de euros de la deuda pública en los remates de títulos.

El euro pagó la crisis italiana con una caída de 1,42 dólares por unidad del viernes a 1,3990 de ayer.

Muy preocupada Angela Merkel, la canciller alemana, llamó a Berlusconi para decirle que mantenía su confianza en Italia, pero que era necesario acelerar el plan de austeridad de 50 mil millones de euros que ayer comenzó a tratar el Parlamento italiano en medio de una batalla entre el gobierno y la oposición. El presidente Giorgio Napolitano hizo ayer un llamado dramático a la “cohesión” nacional. Pier Luigi Bersani y Antonio Di Pietro, los dos principales líderes de la oposición de centroizquierda, prometieron dar su ayuda. Pero Bersani insistió en que el plan de austeridad es injusto con los sectores populares.

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