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      Luca, el hijo de Nancy Dupláa y Matías Martin, se prueba como conductor de TV, aunque confiesa que no consume mucha tele

      • Este lunes 8, junto a su papá, estrenará "El legado", por El Trece, un formato que hizo Guinzburg en 2002.
      • Cómo lleva ser hijo de famosos, su pasión por el cine, su familia ensamblada.

      Luca, el hijo de Nancy Dupláa y Matías Martin, se prueba como conductor de TV, aunque confiesa que no consume mucha teleA los 23 años, Luca Martin llega a las tardes de El Trece, para compartir pantalla con su papá. Foto Mariana Nedelcu

      Me siento como Alf, a veces. Porque nací en este mundo un poco ajeno a la realidad, como Melmac”, se adjudica Luca Martin comparando el medio que lo vio crecer -es hijo de Matías Martín y Nancy Dupláa- con un planeta paralelo.

      Pero lejos de desentonar -o cargarse prejuicios ajenos con los que “no podés pelear”- el histriónico joven, que este lunes 8 de enero a las 14.45 debutará por El Trece como conductor en dupla con su papá (en El Legado) dice que ese mundo le encajó “como un guante”.

      “La propuesta original fue a mi viejo y le sonó bien la palabra legado para hacer algo juntos. Siempre fantaseamos con la idea y queremos que sea genuino. Como cualquier padre-hijo con peleas, dudas, amor y cariño. Hay tanto en nuestra vida que sería bastante psicópata dejarlo afuera del programa”, dice ya con antecedentes radiales -a 7 años de estrenarse como columnista- y un mar de verborragia que liquida por knock out sus nuevos rounds frente a cámara.

      Premiar el conocimiento, aclara, no es el único gancho del programa (basado en el formato original que estrenó Jorge Guinzburg, en 2002) en el que el fin es acumular lingotes ajenos, en duplas de padres o madres e hijos, para luego canjear por efectivo.

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      Padre e hijo comenzaron un nuevo desafío juntos en la pantalla de El Trece.

      “Hay partes que fueron alteradas para encajar en la dinámica familiar, que es justamente el twist. Además logramos un formato picante, con duelos y una guillotina final bastante malvada”.

      Centennial por definición, pero criado entre decorados televisivos, desdramatiza el primer grabado en los estudios de Kuarzo, haciendo humor de su mano enyesada.

      Luca Martin tiene un camino hecho como columnista de radio. Foto Mariana NedelcuLuca Martin tiene un camino hecho como columnista de radio. Foto Mariana Nedelcu

      “Tuve que ir a un sanatorio a chequeármela porque me fracturé el cuarto metacarpiano en Navidad, jugando con amigos y me quedan dos semanas así. Pero salió todo bien y estoy muy cómodo”, avisa previo al debut que, lejos de ser accidentado, redobla su confianza.

      -¿Esa seguridad te allana el desembarco en la televisión?

      -No tanto, porque no es rigurosamente la primera vez que hago tele. Estuve en Canal Encuentro haciendo contenido en pandemia, películas, sets y acompañé a mis padres en filmaciones. Además del entrenamiento radial, nunca me incomodó la cámara.

      -No te da calor ponerte el traje de conductor.

      -Literalmente chivo un montón, pero eso viene antes del traje ja ja. Más que calor me da confort. Siempre fui parlanchín y sigo siendo verborrágico e insoportable, pero lo sé controlar más. Es algo que no notás, como la primera vez que te atás los cordones y después sólo es memoria de músculo.

      Matías y Luca Martín conducirán un ciclo de entretenimiento entre padres e hijos. Foto Mariana NedelcuMatías y Luca Martín conducirán un ciclo de entretenimiento entre padres e hijos. Foto Mariana Nedelcu

      -Hacerlo en dupla y con tu papá -experimentado frente a cámaras- le da otra entidad?

      -Definitivamente lo hace más llevadero. Es una segunda mano que te respalda. Voy a sonar cursi, pero mi viejo está ahí para protegerme, ayudarme. En inglés se diría to lift me up, para levantarme. Y jamás trabajamos en tan buen ritmo.

      -Llegás a las tardes de El Trece, pero sos de una generación que no consume TV abierta. Te veo más mirando Twitch que “Gran hermano”.

      -Ahora, porque estoy muy de novio y mi pareja estudió Periodismo, veo fragmentos de Gran hermano y Bendita. Hace mucho no veía tele y es una pequeña burbuja que representa un lado de la realidad importante a tener en cuenta. Aunque el contenido de Twitch que yo veo es extranjero, pero porque soy un snob boludo, no porque el contenido acá sea malo.

      -En sus comienzos, “Toto” Kirzner, hijo de Adrián Suar, eligió esperar para trabajar en Polka. En tu caso, fuiste vos el que insistió y tu papá ponía paño frío.

      -Mi viejo es responsable y no va a dejar que un pibe de 13 años se meta al aire a decir cualquier cosa. Soy súper autocrítico y jamás se lo pedí, hasta los 16. Un día él confió en que yo tenía algo para decir y empecé con columnas de cine, que hasta el día de hoy me encanta porque amo hablar de cine.

      "Un día mi papá confió en que yo tenía algo para decir y empecé con columnas de cine", reconoce Luca. Foto Mariana Nedelcu."Un día mi papá confió en que yo tenía algo para decir y empecé con columnas de cine", reconoce Luca. Foto Mariana Nedelcu.

      De hecho, hasta entrelazar llamada con Clarín, en la habitación de Luca se proyecta alguna saga repetida de Duro de matar. Nada novedoso en su programación cinéfila habitual.

      “Hoy ser cinéfilo pierde un poco de significado con la cinefilia de Twitter y esa adoración a directores o tipos de arte específicos”, advierte quien, entre novedades fílmicas y los clásicos de siempre, estima haber visto más de 400 películas sólo el año pasado. “Según mi Letterboxd (Aplicación de cine) miré 257 películas en todo el año que no había visto antes”, ratifica el dato.

      Pero la exclusividad no es un concepto que Luca, aficionado del dibujo “abstracto” y los mundos de fantasía, abrace como filosofía. “Me cebo dibujando personajes y me encantan los mapas. Fui community manager, productor, asistente de cámara y dirección. También quise ser actor de doblaje y estuve en una banda de rock, pero la música que hago ahora, en secreto, es sólo para mí”, aclara.

      -¿Sos un “todista”? Como se define Lali Espósito.

      -Para nada. De pendejo me gustaba decir que era Jack of all trades, que se traduce de una forma muy fea a “multiusos”. Es una referencia de póker. Pero no me considero un “todista”, sino más bien un maestro de nada.

      -¿Dirigir está en tu radar? ¿Te ves liderando equipos? Tu mamá, Nancy Dupláa, es una gran capitana de elencos.

      -Me reitero a la épica frase: “¿Qué quieres hacer? ¿Seguir o mandar?” Yo quiero hacer lo mío. Fomentar el pensamiento en grupo, pero sin dejar el individualismo.

      Sobre su mamá, ícono de la ficción argentina, revela: “Me da risa una coincidencia social cósmica, pero estoy empezando este camino en canal Trece, a los 23 y mi vieja también a la misma edad en el mismo canal. Eso me trae confianza”.

      -Participaste en “El gerente” y “Casi feliz”. ¿Te la has cruzado en algún decorado de ficción?

      -Estuve en dos capítulos de Graduados, con mi cara un segundo, y después en una escena de boda que había que llenar. También compartí con Pablo (Echarri, el marido de su mamá) la película No soy tu mami, sin escena juntos. Pero mi debut de cine fue en El Ángel, que es trampa porque la escena quedó eliminada.

      Familia ensamblada

      Con doblete de hogar -sus papás se separaron cuando era bebé y Matías viene de finalizar su matrimonio con Natalia Graciano- Luca reivindica la solidez del ensamble.

      “Nunca me consideré hijo único porque cada casa adonde iba tenía hermanos. Siempre hago un chiste para creerme guapo y digo que soy el bastardo. Morena, Julián (hijos de Nancy), Mía y Alejo (hijos de Matías) son mis hermanos de vida y de muerte. Es cliché, pero la familia es lo más importante”.

      -Decías que naciste en un mundo “ajeno a la realidad” por la fama alrededor. ¿Se gana más o menos con esas cartas?

      -Socialmente puedo ganar menos y he tenido situaciones laborales muy incómodas. Como si lo que obtuviste vos no te lo ganaste. Hay un prejuicio de la gente; cree lo que cree y con eso no podés pelear.

      -¿Es más fácil compartir trabajo con tu papá ahora que no estás atravesado por la adolescencia?

      -Más vale. Y te das cuenta lo tarado que eras cada año que pasa. Pero ser autocrítico me ayudó y agradezco ya no ser un adolescente. Pasé mucho tiempo de mi vida triste y enojado conmigo y hace poco me aprendí a valorar.

      -¿Enojado en qué sentido?

      -Uno es adolescente y odia todo lo que hace. Mi cuerpo, mi pelo, no sabés cómo hablar con una chica o chico que te gusta. Un día te relajás y, perdón viejo, te lo robo, pero vas creciendo y todo pasa.

      Y cierra: “A mis 23 no considero haber fallado en nada. Originalmente te iba a decir con mi figura, pero tengo 23... Puedo perder peso o no perderlo y estar feliz toda mi vida. Ser un Moldavsky cualquiera y estar contento así. Que, de hecho, cada día estoy más cómodo con la idea”.


      Sobre la firma

      Sabrina Galante

      Especial para Clarín

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