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      Del efecto Blumberg a la inacción

      Redacción Clarín

      A María Raquel Pezzelato no se le conocen aspiraciones de ocupar una banca. Pero ayer formó parte de las comidillas del Congreso: varios diputados que se quedaron con las ganas de sesionar recordaban que por ser la esposa del jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, su caso salió publicado semanas atrás en los diarios de todo el país. Nada original: en Rosadio, unos “motochorros” le habían robado la cartera. Lo curioso es que el único proyecto de ley para repeler ese tipo de delitos no fue presentado por el bloque que maneja su marido sino por la opositora Coalición Cívica, hace tres días. De hecho, el elenco K tampoco había considerado necesario revisar su negativa a aportar al combate de la inseguridad el año pasado, cuando todavía dominaba el Congreso y la diputada María Laura Leguizamón, íntima de la Presidenta, fue asaltado en su auto en la Panamericana. Hasta el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, víctima días atrás de un robo a mano armada en su propia casa, dio aire a la estrategia kirchnerista de derivar al Poder Judicial la responsabilidad de solucionar el flagelo que más preocupa a los argentinos.

      En tren de justificarse, empinados legisladores oficialistas atribuyen la inacción a un ventarrón de mal entendido garantismo que le siguió a la ráfaga de mano dura que abrazaron -sin resultados a la vista- al subirse al tren del falso ingeniero Juan Carlos Blumberg, votándole las leyes que les exigió en el 2004, cuando encabezó las primeras protestas que interpelaron el poder de los Kirchner.

      De allí en más, el Congreso hegemonizado por el oficialismo abordó el tema de la seguridad por espasmos . A una sucesión de denuncias de violaciones difundidas por los noticieros respondió con la idea de crear un registro de violadores . El problema fue que la Cámara de Diputados, con la venia de su titular K, Eduardo Fellner, hizo caso omiso a su obligación de tratar la media sanción que venía del Senado y votó una iniciativa propia. La consecuencia es que los dos proyectos quedaron empantanados y a punto de perder estado parlamentario. A fines del 2008 impactó el caso del ingeniero Barrenechea, asesinado en la puerta de su casa por un menor, y el oficialismo se abrió en vísperas de los comicios del año siguiente a apurar un nuevo régimen penal juvenil. El Senado lo aprobó tras meses de debate. Pero en Diputados los debates en comisión quedaron suspendidos tras la derrota electoral del Gobierno, que dio instrucciones de no quedar pegados a la baja de la edad de imputabilidad (hasta los 14 años) incluida en el proyecto. La Comisión de Legislación Penal, en manos del cívico Juan Carlos Vega, anunció que lo repondrá en la agenda este mes.

      Por cierto, la oposición tampoco priorizó el abordaje de la inseguridad al tomar, este año, el control de las comisiones. Aunque tuvo los reflejos suficientes para incorporarlo a la agenda apenas la ola delictiva volvió a los primeros planos, con las salideras bancarias como modus operandi de moda. El “margarito” Gerardo Milman hizo punta con la serie de proyectos que el kirchnerismo bloqueó ayer y la Coalición Cívica de Elisa Carrió lanzó hace 48 horas un plan integral de seguridad. El Senado, paralelamente, debate un paquete de medidas preventivas que llegarán al recinto el 29 . Sólo una lleva firma oficialista: la de Miguel Pichetto, para desterrar los desarmaderos de autos.

      Excepción que confirma la regla .


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