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      Lo que se dice por cucaracha

      Lo que se dice por cucarachaCharly Garcia, entre rayos y centellas. Foto Guillermo Rodriguez Adami

      No era una cucaracha, era un escarabajo”. El que desentrañó el malentendido suscitado por La metamorfosis de Franz Kafka, años atrás, fue su colega Vladimir Nabokov, que además de ser un extraordinario escritor, y por más trabas que hubiese tenido hoy día para editar su Lolita, era un entusiasta lepidopterólogo. Y como tal, experto en mariposas, llegó a ejercer de reconocido conservador de la colección en la Universidad de Harvard. “Una cucaracha es un insecto de forma plana con patas grandes, y Gregor es cualquier cosa menos plano: es convexo en ambos lados, vientre y espalda, y sus patas son pequeñas”, completó entonces el escritor ruso-estadounidense para aclarar la verdadera naturaleza del calvario de Gregor Samsa en la clásica novela.

      “No era un escarabajo, era una cucaracha”, determinó un médico del Servicio Penitenciario Federal cuando el recluso Cristian “Pity” Alvarez se quejó de un zumbido permanente en sus oídos. “Cuando trago el humo siento como patitas en mi cabeza y me duele”, le dijo a su mamá, que accionó la consulta médica. El músico, que permanece internado en Programa Interministerial de Salud Mental Argentina (Prisma) del Hospital Penitenciario Central (HPC) de la cárcel de Ezeiza, habrá encontrado un profundo consuelo al extirpársele el insecto. Lo que no quita que un par de dudas hayan permanecido en su cabeza, si es que todavía puede tener algún tipo de memoria retrospectiva sobre su propia obra, plena en conspiranoias kafkianas y armaggedones de insectos y especies exiliadas.

      “No eran cucarachas, eran hormigas”. Ahora el que niega y afirma es quien suscribe, alguna tarde a finales de 2005, convocado a realizar una entrevista con el grupo Intoxicados en las oficinas del sello Pop Art, junto a La Trastienda, con motivo del lanzamiento del tercer disco de la banda, Otro día en el planeta Tierra. Al abrirse la puerta de doble hoja, dos entidades humanas con cabeza de hormiga me capturaron, vendaron mis ojos, y me condujeron escaleras arriba, acercándose los pasos a un cúmulo de gritos unificados en pedir ayuda. Cuando los captores descubrieron mis ojos, estaba frente a Pity Alvarez y Jorge Rossi, dos Intoxicados, separado por unas rejas. El reportaje consistió, entonces, en registrar el calvario de los dos músicos, que aseguraban ser presos políticos de las hormigas, listas para heredar el planeta y prestas para seguir manteniendo cárceles con internos humanos. Pity, además, señaló que había celdas VIP. “Lo ví yo, con mis propios ojos: hay calabozos donde les llevan huevo frito”.

      “No es un monstruo, es una araña”. La semana pasada, en el Gran Rex, Charly García nos recordó que, estando las cosas como están, no se puede hacer nada salvo ver películas.Incluso, mientras él toca. Suena Cerca de la revolución y en la pantalla se proyectan imágenes de El increíble hombre menguante (The Incredible Shrinking Man, Jack Arnold, 1957). Ahí se pueden ver los vaivenes de Scott Carey, un hombre que es sobrevolado por una nube atómica y, a los pocos días, comienza a transformarse en una miniatura de él mismo. Su nueva condición lo hace enfrentar con desafíos acordes, y así es como debe ponerle el pecho a una tarántula que casi lo dobla en tamaño. Es una batalla épica, y el bueno de Scott tiene que hacerse de un alfiler para poder utilizarlo como lanza y alejar el peligro mortal, mientras reflexiona: “Había pasado de cazador a presa”. Todo, mientras el país comenzaba a declinar otra vez y García cantaba: “Y si mañana es como ayer otra vez/ lo que fue hermoso será horrible después”.


      Sobre la firma

      José Bellas
      José Bellas

      jbellas@clarin.com