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      El largo, largo adiós

      Mariano Mores El músico volvió a despedirse "definitivamente" de los escenarios, como ya lo había hecho en 2006.

      El largo, largo adiós  CLAIMA20110515_0155 COMPOSITOR Sus inmortales tangos compensan sus pecados orquestales.
      Redacción Clarín

      N o se puede asegurar que Mariano Mores le diga adiós definitivamente a los escenarios. Si de él se tratase, parecería que mientras el cuerpo aguante y el público siga interesado habrá más despedidas. Como la que ya había realizado en 2006.

      El show fue básicamente el mismo de la última década y media.

      "Show" es la palabra operativa.

      Frente a la antinomia "tango para bailar" versus "tango para escuchar", lo de Mores es "tango para mirar": bailarines, arreglos con efectismo hollywoodense y, desde épocas más recientes, pantalla de video.

      Todo está amparado en algunas de las páginas más bellas de la música popular argentina. Pero -esto se dijo tanto que ya parece un lugar común más que una verdad- la magnitud del talento compositivo de Mores es inversamente proporcional a su gusto en arreglos y orquestaciones.

      Su concepto de "orquesta lírica popular" degeneró en una formación donde los teclados ocupan no sólo el lugar de la sección de cuerdas -engulléndose al violín y contrabajo presentes-, sino de otros instrumentos como la guitarra y el vibráfono; a veces suena como un archivo midi de computadora. ¿Por qué un espectáculo tan rentable no invierte en más músicos? Cuando cumplió 90 años, Mores fue acompañado por una orquesta de cuarenta integrantes. ¿No era esta ocasión suficientemente especial? Es difícil encontrar momentos en que la batería, siempre difícil de incorporar con gracia al formato tanguero y folclórico, no moleste.

      A través de la pantalla, Mores y sus músicos realizan dúos virtuales: con un joven Mores, con su fallecido hijo Nito y con Gardel (Volver, sobre la grabación original); incluso con la orquesta del cumpleaños 90. Los cuadros de baile -como la metamorfosis del gaucho en compadrito, striptease mediante- son dignos de una escena de Los Productores de Mel Brooks. El bis, con la compañía al completo entonando Así es mi tierra bandera argentina gigante de fondo- es de un nacionalismo rancio.

      Parece testearse la posibilidad de que algún día su nieto Gabriel que con su teclado dobló varias de las partes de piano de Mores, como se notó desde la apertura Una lágrima tuya- encabece la formación. Gabriel es también maestro de ceremonias y canta -bien- los tangos más conocidos. La participación vocal de Silvia y Ariel, respectivamente hija y sobrino de Mores, se explica únicamente por motivos familiares.

      Nadie esperaba que Mores cambiase justo ahora. De hecho, el público sabía lo que iba a encontrar y salió contento. Pero no deja de ser una pena que Mores y los suyos no hayan considerado una propuesta más sutil, Ya que de todas maneras

      EL REEMPLAZO


      Por motivos de salud, Cacho Castaña fue reemplazado por Raúl Lavié, quien cantó "Cafetín de Buenos Aires" y señaló sobre el retiro de Mores: "Estoy pensando que va a ser como la despedida de Los Chalchaleros." La invitada de hoy será Valeria Lynch


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