Cachorra de leones

En el desarrollo de La Leona, está la primera línea de actores adultos, sus vericuetos, infidelidades, luchas. A cargo de los personajes esperablemente protagonistas: Pablo Echarri, Nancy Dupláa, Miguel Ángel Solá y varios otros. Pero también hay una segunda línea, teen, que sostiene una subtrama que crece y se fortalece día a día. En ese lugar está Antonia Bengoechea, la actriz de 18 años que no porta apellido pero sí tradición familiar: es la hija de Alejandra Darín. Y, sus obvias consecuencias familiares: sobrina de Ricardo, prima del Chino, etc. “A mi primo lo adoro. Me llevo bárbaro. Es un chico súper sensible, inteligente, divertido. Es especial”, resume.

Aunque tuvo otros trabajos, como algunas apariciones en tele y en cine (fue la pequeña de los hermanos de la película El Clan), el despliegue sucedió a partir de esta novela, donde su personaje se llama Abril, y es una pibita argentina que vivió en España un tiempo y que vuelve a BA por la muerte de su madre. Aquí, se enamora de Brian (Peter Lanzani) con quien, lleva adelante una relación incestuosa, de la que ella acaba de enterarse.

–¿Con qué te identificás de Abril?
–Somos completamente distintas. Sí somos adolescentes y mujeres. Nos parecemos en que ella va de frente y cree en la verdad, en que hay que decir las cosas como son. Yo soy bastante así, de buscar que las cosas estén siempre claras.

–¿Te preguntaban al principio si eras española?
–¡Sí! Yo tenía un leve acento trabajado, porque mi personaje había vivido en España. Pero la idea no era que me confundieran con española. La gente me escuchaba en la calle y me preguntaba: “dónde está tu acento gallego”. Y yo les decía: “¡Yo vengo de Chacarita!”. Ja.

Antonia cuenta que el año pasado tuvo que dejar el colegio por las grabaciones de La Leona, que ocuparon todo el año. Así que ahora le queda pendiente este Quinto Año, que va a tratar de ir cursando o dando libre. “La idea es hacerlo lo antes posible aunque no tengo apuro por el título”. Dice, también, que ya no está en pareja, aunque estuvo de novia durante cuatro años. Y, en el día a día, ahora estudia astrología, alfarería, piano, guitarra. Y proyecta una obra de teatro para septiembre.

–¿Te alivia o te pesa no llevar el apellido Darín?
​–Ninguna de las dos. Muchos relacionan cómo actuás con ser “hija de”, o “sobrina de”. A mí no me importa, no me engancho. No uso este apellido para abrir puertas. Cuando voy a castings, nadie sabe de quién soy familiar.