Cómo será la vida de Emily en París en la segunda temporada de este boom de Netflix

Emily en París fue una de las series que más furor generó a fines de 2020. Las postales parisinas, el mundo de las redes sociales y los innumerables outfits de Lily Collins captaron la atención de muchos que se volcaron a Netflix para ver la historia creada por Darren Star, la misma mente detrás de Sex and the City.

Al revés de muchos éxitos, pasaron varios meses hasta que se supo que el gigante del streaming estaba preparando una segunda temporada. Después de más de un año de espera, los diez nuevos capítulos llegan este miércoles 22 de diciembre.

Los primeros diez episodios mostraron a Emily Cooper (Collins), una joven ejecutiva de marketing de Chicago, tratando de adaptarse a la vida de París, adonde llega contratada por una empresa para brindarle una perspectiva fresca y más estadounidense.

La primera temporada fue vista en 58 millones de hogares alrededor del mundo en los días posteriores a su debut. Pero también recibió muchas críticas por parte de los franceses, que vieron varios clichés sobre el abordaje de su cultura.

Por eso se espera que la flamante entrega muestre a una Emily “más afrancesada”, afianzando su relación con la cultura francesa, con el idioma y con las nuevas costumbres. Al menos eso adelantó su creador hace un tiempo.

¿Qué trae la segunda temporada?

“Ya más asentada en París, Emily se maneja mejor por la ciudad, aunque todavía está adaptándose a las costumbres locales. Después de enredarse en un triángulo amoroso involuntario con su vecino y su primera amiga francesa, está decidida a concentrarse en su trabajo, que no deja de presentar nuevos tropiezos”. Ésa es la sinopsis oficial que compartió Netflix.

Darren Star detalló que el personaje de Lily Collins tendrá que tomar decisiones complicadas. Entre ellas, cómo lidiar con su vínculo con su vecino Gabriel y su novia Camille.

Si bien las cosas quedaban más que claras entre ellos al final de la primera temporada, queda pendiente el hecho de que ambos tuvieran que compartir varios meses más en el mismo edificio parisino. Ésa será una de las claves.

“En la clase de francés, conoce a otro expatriado que la enfurece, pero, a la vez, la intriga”, cierra el resumen de Netflix. Queda claro entonces que también habrá nuevos encuentros amorosos, tanto para Emily como para su jefa Sylvie (Philippine Leroy-Beaulieu).

Además, varios medios estadounidenses informaron que si bien la capital seguirá siendo el escenario principal, la segunda temporada se expande a otras ciudades de Francia, como la glamorosa y exclusiva Saint Tropez.

Un infaltable y las nuevas caras

Está claro que la nueva entrega tendrá un rasgo fundamental, algo que resultó siendo uno de los grandes atractivos de la ficción: el vestuario. Tratándose de París, la serie fue un punto de referencia para los amantes de la moda, con un gran despliegue en ese sentido, como lo fue en su momento Sex and the City, en ese caso, con Nueva York.

De hecho, la convocada para ocuparse del vestuario fue Patricia Field, la misma que durante todas las temporadas vistió a Sarah Jessica Parker y el resto de sus amigas en la famosa serie, con la que la comparación es constante.

El elenco de estos nuevos episodios repetirá la formación inicial en todas sus líneas: Lily Collins como Emily Cooper, Ashley Park como Mindy Chen, Lucas Bravo como el chef Gabriel y Camille Razat como Camille.

A ellos se suman tres nuevas caras. Lucien Laviscount dará vida a Alfie, un británico que conoce en la clase de francés y que logra sacar de sus casillas a Emily. Jeremy O. Harris será un diseñador de moda excéntrico y divertido. Y Arnaud Binard interpretará a alguien que genera interés amoroso en alguna de las chicas protagonistas.

Una serie que le escapa a la pandemia

En diálogo reciente con el sitio Variety, Lily Collins -además de protagonista, productora de la ficción- contó que la trama de la segunda temporada de Emily en París seguirá sin abordar la pandemia.

“La temporada uno fue como un escape en el momento en que se estrenó, y sentimos que eso tenía que continuar”, argumentó la hija de Philco. “No abordarlo trajo una sensación de escape, alegría y risas cuando más se necesitaba”, agregó.

Esa decisión trajo aparejado el problema de tener que filmar una historia donde no existe el COVID, con los protocolos propios que exige la pandemia, en una ciudad muy poblada donde la gente usa barbijos.

“Hubo un par de ocasiones en las que empezaban a rodar y yo decía: 'Esperen, la mitad de las personas en la escena todavía tiene barbijo'”.