Noticias hoy
    En vivo

      Virginia Innocenti: “Prefiero andar por la calle como una persona anónima”

      Tuvo un pico de popularidad en los ‘90 junto a Andrea del Boca, pero prefirió el camino “más silencioso”. Tiene vergüenza de las selfies y cuando no actúa, canta.

      Virginia Innocenti: "Prefiero andar por la calle como una persona anónima"Sangre tana. Innocenti arrastra una potente historia de inmigrantes. Recibió el premio como “embajadora de la italianidad en Argentina”. (Foto: Germán García Adrasti).

      Virginia Innocenti conserva un tesoro de cartón: el pasaje de barco de 1905 de Virginia Innocenti. Esa otra, la bisabuela, cruzó varias veces el Atlántico y, según marca el boleto de embarque en Montevideo, aquel año volvió a Bologna a reinventarse después de la tragedia. El océano, las proas, la inmigración y la italianidad hilaron esta historia de bombardeos, sobrevivientes, sicilianos, boloñeses y “ahogos de amor y comida”.

      La pequeña Virginia, durante unas vacaciones.La pequeña Virginia, durante unas vacaciones.

      “Vengo de una familia de mujeres fuertes”, avisa Virginia, “ni tuitera ni influencer, ni amiga de las selfies”. “Chiqui”, como la llaman en familia, seduce al público a la vieja usanza, golpeando puertas con el nuevo disco bajo el brazo (En la Luna). “Aquella Virginia que usaba el apellido del marido era la abuela de mi padre, intrépida esposa de un orfebre. Su marido llegó a Río Grande do Sul y sufrió la estafa de su socio. Le dio un ataque y murió dejando a cuatro hijos y a Virginia, quien regresa a Italia como una luchadora”, cuenta. “El abuelo Francesco después haría el camino inverso y volvería a la Argentina para instalarse. Llevo en la sangre esa intensidad y esa forma de renacer. Mi hermana siempre dice que hago una constelación familiar en el escenario”.

      Virginia Beatriz, 52 años, capricorniana, pasado educativo “mitad en aulas privadas, mitad en aulas públicas”, 40 ficciones televisivas, un Martín Fierro, tres discos editados, cuatro años de pareja con el director Hernán Belón. Quería ser veterinaria, pero estudió Letras durante un año en la UBA.

      (Foto: Germán García Adrasti).(Foto: Germán García Adrasti).

      Antes que actriz fue cantante. A los 16 estrenó un espectáculo de café concert en un pub de Anchorena y Peña, en lo que fue “la piedra fundacional” artística. Todavía recuerda en detalle aquella atmósfera de inocencia en el marco de la dictadura. “Había ido a tomar un té con mi noviecito de entonces y el dueño del lugar nos dijo: ‘Si conocen a alguien que cante, las puertas están abiertas’. ¡Yo escribía poesía desde los 9! Y me postulé”.

      “Así fue como cosí mi vestuario y me planté en el escenario. Cantaba temas propios malos, pero bien intencionados”, se ríe. “Todavía recuerdo los versos: Ya no me importa que no quede nada nuevo bajo el sol de este lugar/Quiero hacer un sol nuevo/ para vivir sin vacilar, para crecer sin preguntar/para vivir queriendo amar, para vivir distinto”, se sonroja después de recitar.

      (Foto Germán García Adrasti).(Foto Germán García Adrasti).

      “De algún modo estoy volviendo a los 16, a ese primer amor. A los 18 empecé a trabajar en la TV. Había estudiado teatro con Ricardo Passano y con Ricardo Bartís, pero en realidad , en un momento, se me ocurrió dejar la actuación por una mala elección amorosa”, confiesa.

      -¿Pensabas dejar lo que más amabas por pedido de un hombre?

      -Él era un chico celoso que quiso separarme de lo que al principio lo encandiló. Me convenció, entré a la universidad, hasta que un día me encontré conjugando un verbo y me dije: “¿Qué estoy haciendo de mi vida?”. Me pasé a la escuela de música y me reencontré con un ex compañero de teatro, Emilio Bardi, que trabajaba en ATC. “¿Qué hacés que no estás actuando?”, me preguntó. Y me invitó a una grabación de Colorín Colorado. Terminé encarnando a una bailarina. Tengo el VHS todavía.

      En 2010, en la piel de "Tita Merello".En 2010, en la piel de "Tita Merello".

      -¿Cómo fue aquel proceso de educación, primero en un colegio religioso privado y luego con “mudanza” a la escuela pública?

      -Nosotros éramos una clase media que vivíamos frente a Plaza Irlanda. Papá se ocupaba de tener la heladera llena. Yo estudiaba en el Santa Unión de Los Corazones, de Caballito, y pasé en la secundaria a la Escuela de Comercio 19 de Caballito. Me hizo muy bien la escuela estatal, me sacaron del frasco de mayonesa. Se me abrió un mundo a otras realidades.

      -¿Sos de los artistas privilegiados que no tuvieron que ganarse el pan en otro rubro que no fuera el de la vocación?

      -Sí. A los 12 animé fiestas infantiles, y en mi adolescencia llegué a vender objetos de cerámica y a tejer y diseñar ropa. Juntaba monedas para pagarme las clases de teatro, pero nunca tuve que trabajar, en todo el sentido de la palabra, en otra cosa. Yo me invento los trabajos. Si no me convocan, genero espacios y corro riesgos. Hago tutorías en el arte de la interpretación. La verdad: ganar dinero es mi fin último.

      Innocenti en la telenovela "Antonella", en la década del '90.Innocenti en la telenovela "Antonella", en la década del '90.

      ¿Cómo viviste ese pico de popularidad de 1992 con “Antonella”, telenovela con Andrea del Boca que triunfó hasta en Rumania y en la que eras villana? Da la sensación de que no estás cómoda en el lugar de la exposición permanente...

      -Prefiero andar por la vida como una persona anónima. Transitar tranquila la calle. Me parece una vida más vivible así. Tengo cierta fobia. Yo soy una trabajadora, disfruto de trabajar, no de lo de alrededor, lo extra, eso de vestirse de punta en blanco y estar en pose, de esa pátina de brillo para que la gente te compre como producto. Todo eso no tiene que ver con mi métier. Hasta me da vergüenza la selfie.

      En cine, en "Iluminados por el fuego", junto a Pauls. (EFE).En cine, en "Iluminados por el fuego", junto a Pauls. (EFE).

      -¿Mantenés relación con Susana Trimarco, a quien ayudaron desde la ficción “Vidas robadas”?. A diez años de esa telenovela y a 16 de la desaparición de Marita hay un agujero negro...

      -A lo largo de los años he mantenido contacto con Susana Trimarco, pero en el último año y medio no me he comunicado con ella. Siempre estoy cerca a las causas de derechos humanos. Esa es mi militancia.

      -¿Formás parte del colectivo de actrices que se sumó al pedido de despenalización del aborto?

      -Pertenezco al colectivo. Las mujeres ya no soportamos más ninguna forma de violencia. Estamos hartas de la hipocresía.

      En la tira "Campeones", junto a Osvaldo Laport.En la tira "Campeones", junto a Osvaldo Laport.

      -¿Qué otra gran pasión te define? ¿Podrías ganarte la vida en qué otro rubro?

      -Reciclar casas podría ser mi otra profesión. O producir artistas, cuidarlos. Y soy más peligrosa en un vivero que un shopping. Tengo un pequeño jardín. Hice clases de huerta. Me maravilla una semilla, todo lo que tiene que ver con la creación.

      -¿Te refugiás en la terapia?

      -Desde los 18 años. Si no fuera por el psicoanálisis, no estaría así. Me terminé de criar con el psicoanálisis, soy fan desde siempre, pero digo: “Hay que ser muy cuidadoso de a quién uno le entrega el alma”. Le debo a mi trabajo con la terapia el ser quien soy. Para poder procurarse una vida digna, uno tiene que trabajar mucho. Todos cargamos con mochilas, mandatos y marcas de nuestros ancestros que extirpar.

      -A propósito de eso: ¿Ya te despegaste de las marcas de esa Virginia Innocenti de finales de siglo XVII?

      -Ya hice un trabajo y ya dejé todo lo que en mí había de ella. Le diría: que descanse en paz, que el círculo ya está cerrado.

      Sábados de canciones

      Presenta su nuevo disco, En la luna, con Sergio Zabala en guitarra. Los sábados, a las 21.30, en El Camarín de las Musas. Zambas, tangos, boleros, clásicos de Leonardo Favio, Carlos Gardel, Nino Bravo y Chico César, más poemas y canciones compuestos por ella.


      Sobre la firma

      Marina Zucchi
      Marina Zucchi

      mzucchi@clarin.com

      Bio completa

      Tags relacionados