“Melodías que se puedan recordar y cantar”

Fue (¿es? ¿será?) el saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditas de Ricota por 14 años y siete discos. Su sonido ha influenciado a una generación de bandas. Ahora lleva adelante Estrellados (la banda en la que también canta y que está terminando su cuarto disco) y Semidawi, el dúo con Semilla Bucciarelli (bajo ricotero y pintor digital) con quien realizan “cuadros sonoros”. Antes de presentar Semidawi el 4 de junio en el CAFF se sienta a pensar acerca de su instrumento.

Antropofagia. “Me gusta la diversidad. He estado en India, el Tibet, he viajado 8 años por Europa. Y aunque lo mío no es la música árabe y no la tocaría como un marroquí, ese espíritu me llega”.

Vientos en el rock. ”En la historia argentina hay antecedentes, como lo de Baraj en Alma y Vida o Pettinato con Sumo. Pero hasta Los Redondos no se había dado algo que fuera aceptado de manera tan potente. En el rock la guitarra siempre fue partenaire de la voz, así que agradezco haber entrado en la banda con un permiso y un espacio”.

Saxo ricotero. ”Los Redondos fue tan potente e influenció tantos caminos, cómo se produce un disco, la letrística, la manera de hacer un show. Eso fue y es tan intenso que los detalles musicales tenían otra jerarquía. Si la banda no hubiese tenido cohesión, todo se caía. Eramos grandes y todos lo entendimos: se trataba de crear melodías que se pudieran reconocer y cantar”.

Willy Crook. ”Los dos discos que grabó en Los Redondos fueron maravillosos. Si para hacer literatura inglesa hay clichés, para tocar también, y lo que hizo Willy es muy personal. Me dio pautas para encontrar lo que necesita el rock & roll”.

Elegidos. ”En el uso rockero del instrumento, el primero que me tocó fue Bobby Keys, de los Stones. Otro, Stan Bronstein que tocó con Lennon en Elephant’s Memory. En el jazz, Wayne Shorter es admirable y comparto su criterio de menos es más. De Maceo Parker disfruto la alegría que tiene, yo en general soy más dramático. Y Fela Kuti, su impronta, me completa esto que es elemental, que lo hace un artista. Es emocionante y urgente”.

Vamos las bandas. ”No trabajo de sesionista. Tocar con El Kuelgue o Triple Nelson se ha dado por vínculos afectivos. Y otra virtud del saxo es que lo puedo llevar en una valija, ir a tocar a la cárcel o con Vapors of Morphine, como hace dos semanas, una banda que admiro, fue tocar el cielo con las manos. Y confirmé que el público de Morphine, un público de culto, tarareaba las melodías, y también era un público redondo.