“El Toro” se llevó todos los laureles

No lo puede creer. Pasó más de media hora desde que terminó el último programa de La voz argentina (domingo a las 22, por Telefe), en el que se consagró ganador, pero la emoción le dura. Gustavo ‘ El Toro’ Corvalán pide agua y trata de tranquilizarse. Se acerca a su mujer, Natalia, embarazada de ocho meses, que lo espera a unos pasos de distancia con su hijo, Agustín, en brazos. Su familia, dice, es su “refugio entre tanta euforia”.

Hace un año, Corvalán era un albañil que cantaba los fines de semana en las “cantinas” de Rosario, su ciudad natal. Ahora, es un cantante que acaba de adjudicarse un premio de 50 mil pesos y un contrato con Universal Music para grabar su primer disco.

¿Podés describir lo que sentís en este momento?

Lo primero que se me viene a la cabeza es ‘felicidad, mucha felicidad’, porque sé que empieza un nuevo camino para mí, un gran cambio en mi vida y eso se lo debo a la gente que me apoyó para que yo llegara hasta acá.

¿Qué balance hacés de todo lo que viviste este año, en “La voz”?

Esto lo vivo como un aprendizaje y un premio por toda mi lucha y por todo lo que he pasado y vivido. Haber entrado en La voz... para mí ya era un premio, llegara adonde llegara. Siempre fui una persona que la peleó. Esto fue un gran paso, y me gustaría que la gente lo pudiera leer como que sí se puede .

Cuando quedaste entre los cuatro finalistas, ¿te imaginaste ganador?

No. Me sorprendí con el cuarto puesto: no creía que Mateo (Iturbide) fuera a quedar cuarto y eso me descompensó totalmente. A partir de ahí, pensé que podía pasar cualquier cosa. Yo me veía en la final con Mateo. Cuando vi que él se fue, dije: “Que sea lo que tenga que ser”. Y ahora estoy acá, realmente muy agradecido.

¿Cómo se sigue ahora que la competencia terminó, ganaste, y hay que sostenerse?

Lo pienso de esta manera: en cada programa lo mío fue un crecimiento. O si tuve algún error, en cada gala trataba de mejorar. Y yo lo veo así para mi vida personal también. Todo lo que he aprendido, lo bueno que he hecho, lo sostengo. Y lo que hice mal, lo quiero cambiar o generar algo nuevo que sea mejor. Y tener ahora la posibilidad de grabar un disco me lleva a pensar que con ese disco tengo que trabajar así también. Todo el tiempo tiene que haber un crecimiento para que la gente me siga eligiendo, no me olvide y se sienta bien escuchando mi música. A partir de ahora empieza una competencia conmigo mismo. Ahora mi rival soy yo.