En Almagro, desde 1958 un negocio especializado en 18 variedades de aceitunas enormes y sabrosas

Presentes en las picadas y a la hora del vermut, en las empanadas de carne y hasta en la pizza; las aceitunas son protagonistas de los grandes placeres gastronómicos de los argentinos. Este fenómeno explica que La Esquina de las Aceitunas en Almagro -fundado por un inmigrante griego- haya resistido la prueba del tiempo ofreciendo aceitunas de la más alta calidad durante más de 65 años.

Este establecimiento familiar -hoy manejado por la tercera generación- ha mantenido su compromiso inquebrantable con la calidad, convirtiéndose en el destino predilecto de los amantes -locales y extranjeros- de las aceitunas en la Ciudad.

Allí las aceitunas son enormes, sabrosas y nada tienen que ver con las que se suelen vender enfrascadas en los supermercados. Y los clientes habituales no solo valoran la calidad de los productos, sino también la atención personalizada y el conocimiento profundo que los propietarios comparten sobre las distintas variedades de aceitunas mientras invitan a degustarlas.

La historia de La Esquina de las Aceitunas

Constantino Katsounis llegó a Argentina desde Grecia cuando era un joven con ganas de progresar. Ese ímpetu superador lo llevó a armarse un reparto de aceitunas y encurtidos: “Tenía un reparto que realizaba con una camioneta desvencijada”, cuenta su sobrino Claudio Katsaounis, quien hoy maneja el local junto a su esposa, Daniela.

Gracias a que “Costa”, como le decían al griego, se manejó con responsabilidad y pulcritud en su trabajo, un productor mendocino que tenía un local -y malas experiencias con socios porteños- le propuso abrir un negocio a medias para vender aceitunas al por mayor. El espacio que decidieron alquilar era una vieja casona de 1894 - de techos altos- en Guardia Vieja y Billinghurst, donde hoy sigue funcionando La Esquina de las Aceitunas.

El 27 de agosto de 1958, Costa abrió su local al público. “En ese entonces el Abasto funcionaba como un mercado que abastecía a la zona de frutas y verduras”, explica Claudio. La cercanía les jugaba a favor -el local está a tres cuadras del hoy shopping- porque los repartidores hacían una parada y se abastecían de aceitunas también. La prosperidad les tocó la puerta y al año pasaron a ser propietarios del local de Almagro.

“Don Costa” estuvo al frente del negocio más de tres décadas en las que el padre de Claudio fue la mano derecha. De chico Claudio frecuentaba el local a diario: “Cuando salía de la escuela venía caminando, mi papá me pesaba en la balanza mayorista y marcaba mi peso en una pared”, recuerda.

Ya más grande, daba una mano en el local pero su actividad principal era la abogacía. A sus 90 años, Don Costa confió en Claudio su bien más preciado y le pidió que se hiciera cargo del negocio familiar, legado que Claudio asumió y que hoy mantiene en alto con orgullo. En 2023 el local fue declarado sitio de interés cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la Legislatura Porteña.

Qué comprar en La Esquina de las Aceitunas

Todo aquel que no haya probado otro tipo de aceitunas que no sean las envasadas que se venden en los supermercados tiene que saber que en este local, esas no se encuentran, allí hay aceitunas de verdad. Una prueba de que las que venden Dani y Claudio en La Esquina de las Aceitunas son superiores es que se conservan en bidones de 180 kilos con agua de montaña, con conservantes mínimos. Y para que el producto mantenga la calidad regalan la salmuera.

Ambos reciben a los clientes con una sonrisa y pala en mano, que sumergen en los bidones repletos de aceitunas mientras explican que allí la especialidad son las variedades de tamaño grande: “Según el código alimentario, la aceituna tiene 5 tamaños, las que usan en las pizzerías llevan los tamaños más chicos. Acá vendemos las más grandes hasta llegar a la aceituna Mamut o Colosal. Son aceitunas de 100 frutos por kilo, la de las pizzerías tiene 260 frutos por kilo”.

Las variedades que venden son arauco, manzanilla, picual y aloreña, esta última solo en febrero. El 90% proviene de La Rioja, en Aimogasta, departamento de Arauco que se distingue no solo por su producción de oliva, también porque allí todavía crece el único sobreviviente de una tala masiva de olivos ordenada por los reyes del imperio español, tres siglos atrás. Con más de 400 años de edad se lo considera el ejemplar vivo más añoso del continente.

De Mendoza solo trabajan las descarozadas: “La aceituna grande si la descarozás perdés mucha carne por eso solo se descaroza la manzanilla, que es pequeña y redondita”, explica Claudio.

En la época de Don Costa se vendía más la aceituna verde que la negra, hoy la venta se emparejó y se venden por igual. Aunque el protagonismo se lo llevan las aceitunas rellenas. “Históricamente eran rellenas de morrón, hoy tenemos 15 variedades diferentes y se conservan en aceite oliva que es mucho menos invasivo para el producto que la salmuera".

Hay para elegir rellenos: queso azul, provolone, centolla, almendras, nueces, pasas de uva, jamón, salame, jamón crudo, atún, palmitos, entre otros. Estas se venden en frascos de 300 gramos y se consiguen a partir de los $ 3.396 dependiendo del relleno.

Dentro de las aceitunas de gran tamaño, la más grande es negra. Para entender el tamaño Claudio describe: “En una cuchara sopera entran dos aceitunas grandes y las de pizzerías entran 7 u 8”. Pero no es solo su aspecto, su carne suave y el sabor es delicioso. Las llaman Extra Grandes y se venden sueltas, los 250 gramos de esta aceituna valen $1.089.

Como era de esperar, el aceite de oliva que venden también es de gran calidad -del mismo productor-, lo hacen con aceituna arauco y es muy suave. Se venden en botellas de 250 cc a 5 litros. También tienen gran variedad de encurtidos “el que más sale es el pepino agridulce y el pickle”.

Tanto para un conocedor de aceitunas o simplemente para quien esté buscando una deliciosa opción para acompañar su mesa, este establecimiento emblemático brinda no solo productos excepcionales, sino también una conexión con la rica tradición gastronómica de la Ciudad. Eso sí, cuidado, porque quizás al degustar variedades difíciles de encontrar puede que se cambien los gustos. Como le pasó a esta cronista que era defensora acérrima de las aceitunas verdes y gracias a esta familia griega se pasó al bando de las negras.

La Esquina de las Aceitunas. Guardia Vieja 3602, Almagro. CABA. Lunes a viernes de 9 a 20 hs. Sábados de 9 a 14 hs. Instagram: @esquinadeaceitunas.