Noticias hoy
    En vivo

      Brujas y robots: la pelea que dan los futurólogos

      Las autoridades de Rumania, luego de comenzar a cobrar impuestos a las tarotistas y videntes, analizaban aplicar multas si las predicciones no se volvían realidad.

      Brujas y robots: la pelea que dan los futurólogosCLAIMA20110502_0136 Economía Insólita (Brujas y Robots)
      Redacción Clarín

      Las brujas no existen, pero que las hay, las hay. Y, lo que es peor: están furiosas porque enfrentan una creciente presión impositiva. Según un cable de la agencia Associated Press de principios de este año, las autoridades de Rumania, luego de comenzar a cobrar impuestos a las tarotistas y videntes, analizaban aplicar multas si las predicciones no se volvían realidad. "No pueden condenarnos a nosotras, deberían condenar a las cartas", le dijo Bratara Buzea, mandamás de la asociación de videntes rumanas a AP, "¿Y qué pasa si los clientes nos dan información falsa? No podemos ser culpadas por ello".

      Pero no todas las actividades de predicción están siendo cuestionadas a nivel estatal. Media docena de países ya tienen una oficina gubernamental, integrada por científicos de distintas disciplinas, encargada de proveer escenarios probables a 10, 20 y hasta 100 años, que sirvan de "input" para las políticas públicas. A la vanguardia se encuentran Inglaterra, Alemania, Singapur, China, Finlandia y Japón.

      "Nadie se está atribuyendo aquí la capacidad de ver el futuro", le contó a Clarín Martin Glasspool, director del "UK Foresight Program ", "Simplemente tratamos de proveer un rango de escenarios probables, construidos a través de métodos científicos, que le sirvan al Gobierno para pensar sistemáticamente en lo que puede pasar en las próximas décadas, y a partir de allí desarrollar políticas más robustas".

      En palabras de sir John Beddington, chairman y abanderado del proyecto, el objetivo es llenar el vacío que se produce de manera frecuente en el proceso de decisiones políticas entre el corto plazo (que tiende a imponerse) y el largo plazo.

      Aunque la mayor parte de los informes del programa tienen un tono e implicancias económicas enormes (demografía, envejecimiento, provisión de energía, agua, sustentabilidad, alimentos, flujos migratorios, salud), en el equipo de que depende de la Oficina Nacional de Ciencias trabajan unos 30 especialistas de las más diversas disciplinas. Glasspool, de hecho, es doctor en biotecnología.

      En el sitio www.sigmascan.org pueden encontrarse unos 300 informes cortos, de entre dos y tres páginas, sobre distintos temas, que van desde el "advenimiento de la rqueología molecular" hasta "la discusión por los derechos de los robots".

      Lo de los robots, cuenta Glasspool, le costó dolores de cabezas en burlas de los medios de comunicación, que se preguntaron si la plata de los contribuyentes estaba siendo bien invertida.

      -¿Cómo lidiaron con esto?-, preguntó Clarín.
      -Tratamos de no prestarle atención, creemos que lo que hacemos genera valor para la sociedad. Es clave en estos proyectos tener un chairman, como en nuestro caso Beddington, que sea un científico de reputación intachable y buenos contactos políticos. Además, en definitiva, somos muy baratos en el presupuesto.

      Brujas y robots, ¿quién prevalecerá en el futuro de la futurología?