Un exprofesora de 93 años de una facultad de medicina privada de la ciudad de Nueva York donó mil millones de dólares a la universidad, garantizando que los estudiantes no tendrán que pagar más cuota ni matrículas anuales.
La donación es una de las acciones de filantropía más grandes jamás recibida públicamente por una institución educativa en Estados Unidos, y hará que la matrícula anual de casi 60.000 dólares sin descuento sea gratis para los estudiantes.
"La Facultad de Medicina Albert Einstein ha recibido un regalo transformador de Ruth L. Gottesman, Ed.D., presidenta de la junta directiva del Einstein y miembro de la junta directiva del Sistema de Salud Montefiore", dijo la organización en un comunicado.
La escuela y su hospital afiliado, el Centro Médico Montefiore, están ubicados en el Bronx, el distrito más pobre de la ciudad de Nueva York, donde las cifras de salud son algunas de las peores del estado del este estadounidense, según estadísticas oficiales.
Gottesman, de 93 años, fue profesora clínica de pediatría en la Einstein y esposa de David Gottesman, un exfinanciero de Wall Street. Fueron importantes donantes del centro educativo durante toda su vida.
Quién es Ruth Gottesman
Doctorada en Educación por la universidad de Columbia, la profesora se unió al Centro de Evaluación y Rehabilitación Infantil de la Albert Einstein en 1968.
Allí, en una época en la que los problemas de aprendizaje a menudo no se reconocían y se diagnosticaban erróneamente, desarrolló modalidades de detección, evaluación y tratamiento ampliamente utilizadas que han ayudado a decenas de miles de niños, según la universidad.
Pero, ¿de dónde procede la fortuna que permitió tan generoso regalo?
La benefactora también es la viuda de David "Sandy" Gottesman, quien fue uno de los primeros inversores en Berkshire Hathaway, el conglomerado multinacional de Warren Buffet.
Sandy, con quien Ruth estuvo casada durante 72 años, falleció en septiembre de 2022 a la edad de 96 años.
“Me dejó, sin que yo lo supiera, una cartera completa de acciones de Berkshire Hathaway”, dijo la profesora al diario The New York Times. Las instrucciones eran muy simples: “Haz lo que creas correcto con él”.
Aunque nunca llegó a saber lo que su esposa decidió finalmente hacer con la fortuna, es probable que hubiera dado su aprobación.
A lo largo de su vida, el inversor, cuya fortuna fue valorada por Forbes en US$3.000 millones en el momento de su muerte, donó 330 millones de dólares a obras caritativas.
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